Tecno feudalismo: qué es y por qué debe ocuparnos
Por Vanessa Carrasco, escritora.
Recientemente hemos sido testigos de la ceremonia de toma de posesión de Donald Trump quien por segunda vez es elegido por los estadounidenses como presidente. En dicho acto fue -al menos llamativa- la presencia de empresarios multimillonarios, quienes, además, como en el caso de Elon Musk, formarán parte de su gabinete y de su círculo más cercano.
Que los dueños de las empresas tecnológicas más grandes del orbe se encuentren en un acto político configura, sin duda, parte del nuevo escenario que varios autores ya han calificado como tecno feudalismo.
Primero, refresquemos el concepto de feudalismo, como un sistema político, social y de orden económico que surgió en Europa durante la Edad Media, en el que los señores feudales, dueños de grandes extensiones territoriales, requerían del trabajo de los vasallos para producir dichas tierras a cambio de protección y permisos para trabajar en ella, gozando de la protección de reyes o emperadores que solo hacían crecer su poder.
Dicho esto, el tecno feudalismo es una teoría que plantea que nos encontramos en un escenario post capitalista en el que tal como los señores feudales, unos pocos son dueños del escenario tecnológico global y sus vasallos, todos quienes ocupamos estas redes y tecnologías; contando también en este modelo, los nuevos señores feudales con la protección de ciertos reyes o emperadores.
Así, Mark Zuckerberg, CEO de Meta o Elon Musk, propietario de Tesla Motors, serían el símil a un señor feudal mientras que millones de usuarios entregamos nuestros datos e información a cambio de estar presentes y utilizar las redes y tecnologías que ellos desarrollan.
Quienes sostienen esta teoría, afirman que tal como en el feudalismo, nos encontramos en una relación de dependencia que genera que estos nuevos señores feudales acumulen más poder y, por lo tanto, puedan ejercerlo no solo en el ámbito económico, sino también en espacios de lo político y lo social.
Y para muestra un botón, recientemente Instagram (cuyo dueño es Meta) censuró una y otra vez la columna del periodista Daniel Matamala, en la que justamente cuestionaba el peligro que representa el modelo de poder que estamos presenciando.
El año pasado, el economista greco-australiano Yanis Varoufakis publicó “Tecno-Feudalismo: el sigiloso sucesor del capitalismo” en donde expuso principalmente los riesgos que este sistema representa para las democracias y cómo el poder que concentran las nuevas megacorporaciones amenaza la soberanía de los Estados.
A pesar de ser un concepto relativamente nuevo, en el año 2021 Mackenzie Wark ya describía ferozmente el escenario en su libro “El capitalismo ha muerto: el ascenso de la clase vectoralista” en donde analiza los orígenes y las consecuencias de la nueva política de la información, el Big Data y expone cómo la nueva clase vectoralista está dominando por completo los procesos productivos. Y aun cuando no menciona el concepto propiamente tal, anuncia los riesgos de la muerte del capitalismo y un sucesor aún más peligroso y se pregunta ¿Lo que viene puede ser peor?
Nuestros datos entregados a través del uso de redes sociales y tecnologías alimentan algoritmos que luego nos muestran perfiles desarrollados para nuestro consumo y entonces, nuestros datos son la nueva moneda de cambio, un diseño que no solo es utilizado en el mercado sino también en campañas políticas y ha sido usada de hecho por compañías como Cambridge Analytics en las elecciones estadounidenses de 2016.
Empresas oligopólicas que transcienden los Estados y cuyos límites son difíciles de establecer y determinar. El nivel de influencia y la transparencia respecto de los diseños de algoritmos son, por ejemplo, algunos de los desafíos que se plantean respecto del control que pudiera ejercerse sobre ellas.
Cómo proteger o mejorar la democracia con estos actores gigantes y transnacionales; bueno Brasil estableció a través de sus tribunales de justicia la obligación a X de controlar las cuentas que incitaran el odio. Estados Unidos recientemente ha procesado a Meta por comportamientos en contra de la ley antimonopolio y también ha prohibido TikTok.
Si estamos en presencia del nacimiento de una nueva era y si es el tecno feudalismo nuestra nueva realidad, discutible aún, pero conveniente empezar, al menos, a familiarizarnos con esta nueva teoría.