Teatro que late al ritmo de niños y la inclusión: “Corazón de Madera” y “Mowgli” combinan la expresión artística con la enseñanza
En un escenario donde los títeres cobran vida, los sonidos despiertan emociones y los clásicos vuelven a contar historias, la compañía de teatro independiente liderada por la pedagoga teatral Monserrat Calahorra Scheggia, ha logrado algo único: emocionar, educar y encantar, todo al mismo tiempo.
“Corazón de Madera” y “Mowgli” son las dos obras que actualmente recorren jardines, colegios y centros culturales, llevando no solo entretenimiento sino también valores y reflexiones profundas a los más pequeños. Ambas producciones están pensadas como experiencias integrales, que combinan música en vivo, escenografía colorida y marionetas cuidadosamente diseñadas. Pero más allá de lo visual y sonoro, lo que se rescata es el contenido: la honestidad, el respeto, la nobleza, el amor por la naturaleza y la valentía son solo algunos de los valores que estas puestas en escena buscan transmitir.
Monserrat Calahorra, directora del proyecto y con una vasta experiencia en teatro infantil, señala que “los cuentos tienen una magia. Entran en el inconsciente de los niños y si están acompañados de una propuesta visual, musical y narrativa de calidad, se transforman en una poderosa herramienta educativa”. Su preocupación por generar un espacio lúdico, pero también formativo se evidencia en cada detalle de la obra. “Estamos educando de una manera muy entretenida, interesante y apoyando la malla curricular a través de estos clásicos”, afirmó.
En este viaje emocional, la música juega un papel protagónico. Johnny Cubillos, músico y percusionista de la compañía, destaca cómo cada platillazo o melodía incidental acompaña y potencia la historia. “La musicalización es como el 60% de la obra”, explica. “Hay momentos fuertes donde aplico percusión intensa y otros más tenues que requieren suavidad. La música marca los contrastes, de menos a más y de más a menos”. Johnny recuerda especialmente la obra “El Principito”, con música original que, según él, “te llega a la fibra y te arranca lagrimones”.
La compañía se sostiene a través de la autogestión. No cuentan con proyectos financiados ni fondos externos. Todo lo que se ve en escena —vestuario, escenografía, música, transporte y técnica— es fruto del esfuerzo del propio equipo. “Somos una compañía independiente, y eso significa invertir en nuestras propias ideas, con amor y compromiso”, subrayó Calahorra.
Además de las funciones en colegios y centros culturales, el grupo ofrece presentaciones para cumpleaños y eventos, siempre con el mismo espíritu educativo y emocional. La invitación está abierta para quienes quieran llevar una obra significativa a sus espacios: una que entretiene, enseña y emociona por igual.