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San Pedro: Una infraestructura clave que sigue sin uso y frena su desarrollo

La localidad de San Pedro, en la comuna de Copiapó, se proyecta como un importante polo de crecimiento urbano en la Región de Atacama. Sin embargo, su desarrollo se ha visto limitado por la falta de servicios sanitarios adecuados, a pesar de contar con una infraestructura construida y lista para operar.

En 2017, la Intendencia Regional de Atacama encargó la construcción de una Planta de Tratamiento de Aguas Servidas (PTAS) y una red de alcantarillado para la localidad. Este proyecto, que respondía a una necesidad urgente de la comunidad, fue completado dentro del plazo establecido y cuenta con la infraestructura y los permisos necesarios para su funcionamiento. No obstante, hasta la fecha, la planta no ha sido puesta en operación.

UN CRECIMIENTO POSTERGADO

La imposibilidad de habilitar este sistema sanitario ha tenido un impacto directo en el desarrollo de San Pedro. En los últimos años, se ha planteado la posibilidad de construir nuevos proyectos habitacionales en la zona, pero sin la operatividad de la PTAS, su materialización se ha vuelto inviable. Asimismo, las actividades productivas y comerciales en la localidad han enfrentado restricciones debido a la falta de acceso a un sistema de saneamiento adecuado.

Empresas y emprendimientos locales que requieren resoluciones sanitarias para operar han encontrado dificultades en la obtención de permisos, ya que la factibilidad de alcantarillado es un requisito fundamental. La ausencia de esta infraestructura en funcionamiento no solo limita el crecimiento del sector, sino que también afecta la actividad económica y la generación de empleo, convirtiéndose en una barrera para la inversión local.

UN PROBLEMA MULTIDIMENSIONAL

El retraso en la habilitación de la PTAS de San Pedro no es solo una cuestión administrativa. Se trata de un problema sanitario, social, ambiental y económico, que impacta transversalmente en la calidad de vida de sus habitantes y en las oportunidades de desarrollo del sector.
Desde el punto de vista ambiental, mantener inoperativa una infraestructura que ya está construida y que podría estar en funcionamiento genera un impacto innecesario en términos de sustentabilidad. En lugar de optimizar los recursos existentes, se mantiene una situación de incertidumbre que podría derivar en mayores costos para el Estado si se decide construir una nueva planta en lugar de poner en marcha la actual.
Desde la perspectiva social, la comunidad de San Pedro sigue esperando una solución que le permita acceder a servicios básicos esenciales. La falta de saneamiento adecuado no solo compromete la salud pública, sino que también limita las posibilidades de expansión y bienestar de la población.

UNA SOLUCIÓN PENDIENTE

El retraso en la habilitación de la PTAS ha generado cuestionamientos sobre las razones que han impedido su puesta en marcha. Si bien han existido dificultades administrativas en torno al terreno donde se emplaza la planta, recientemente la Municipalidad de Copiapó adquirió formalmente el predio, despejando uno de los principales obstáculos para su operatividad.

La comunidad de San Pedro, que ve en esta infraestructura una oportunidad para mejorar su calidad de vida y proyectar su desarrollo, espera que las autoridades entreguen una solución definitiva. Mientras tanto, el tema sigue pendiente, afectando no solo a los habitantes de la localidad, sino también a futuras inversiones y proyectos que dependen de contar con servicios básicos para poder ejecutarse.

Al respecto, Guillermo Daviú, Presidente de los Agricultores señaló que “para nosotros esta historia viene desde 2015 cuando Don Miguel Vargas era intendente y nosotros hicimos una mesa de trabajo con varias peticiones, entre ellas se pedía la planta para superar la situación que vivía la población, la planta se hizo para una cantidad de población que aumentó y la planta estaba sobre saturada, la única forma era hacer esta planta era con ciertas proyecciones, que es su momento fue de un 10% anual de crecimiento para 2 mil personas y ampliable a 4 mil” agregó que “en la primera planta, en la primera presentación que se nos hizo se consideraba la construcción con toneles y esa planta quedó botada, nos tomamos la carretera pidiendo una planta que permitiera el funcionamiento, hoy en día las aguas se represan y esas aguas pasan por el camino de animales y con eso cruzan al otro lado de las carretera y se anega con esas aguas la población, por lo que nosotros con máquinas debimos romper la carretera secundaria para que el agua pasara al río, afectando a los dueños de la casa patrimonial de Piedra Colgada”.

“Esta situación no tiene solución, incluso los conductos de las aguas están a otro nivel, no de suelo y todo se represa en este sector. El río está hecho por el hombre, y todos los proyectos que nos han presentado dan con un meandro en este sector y el objetivo de ese meandro es bajar la velocidad del flujo, se suponía que las aguas de San Pedro por lluvias iban a entrar ahí, pero entran en Perales, mientras no se tenga consciencia de eso, y que el meandro no tiene sentido, porque si se construyera en Perales, sí podría captar el agua que se produzca en el río y beneficiar a toda la comunidad” explicó Daviú.

Son varias las organizaciones, juntas de vecinos y dirigencias que de hecho se encuentran organizando un “cumpleaños” para conmemorar los diez años que lleva la planta inutilizada. La comunidad ha hecho diversas propuestas para albergar servicios sociales; dicho proyecto después se transformó en una propuesta habitacional, que consideraba hasta 5 mil viviendas, aun cuando aún no se ha instalado, por ejemplo, un retén de Carabineros, servicios de salud, bomberos o incluso locomoción pública, ni tampoco se ha considerado el eventual aumento de matrícula de los colegios.
Es por esto por lo que, para la comunidad, es clave nuevamente empujar y levantar porqué es clave considerar la habilitación de la PTAS, que se ha convertido en una necesidad urgente dentro de las otras necesidades que la comunidad intenta levantar para continuar con su desarrollo en el marco de un estándar mínimo de calidad de vida.
Desde la comunidad, incluso señalan “la operación de la planta pasa por termas políticos y no considera que requerimos urgente destrabar su funcionamiento; y también el desarrollo de otros aspectos que son claves para el desarrollo de la comunidad”.