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RUTA DE LA MEMORIA DE LA UDA COMO OBLIGACIÓN MORAL

La restauración democrática en Chile ha estado marcada por la lucha de las distintas agrupaciones de víctimas y otros colectivos de la sociedad civil enfocada en la memoria y la reparación de las víctimas de la dictadura militar y de la violencia política. Cierto es que el Estado, a través de diferentes informes y comisiones, como la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación y la Comisión Valech, se ha documentado el sufrimiento de muchas víctimas, entre ellas jóvenes estudiantes universitarios y profesores, cuyas vidas fueron interrumpidas violenta e injustamente. La jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) ha sido fundamental en ampliar el concepto de «víctima» en casos de violaciones a los derechos humanos. Tradicionalmente, la noción de víctima se limitaba a la persona que había sufrido directamente el daño o la violación de sus derechos. Sin embargo, la Corte IDH ha reconocido que el impacto de dichas violaciones trasciende a la persona afectada y puede alcanzar a sus familiares, herederos, cónyuges, compañeros, y otras personas con las que mantenían relaciones estrechas. Este reconocimiento se basa en la comprensión de que las violaciones graves a los derechos humanos, como desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, tortura y otras, no sólo afectan a la persona que directamente sufre el hecho, sino también a su entorno cercano, generando sufrimiento y afectaciones psicosociales y emocionales a quienes están vinculados de manera cercana con la víctima.

En respuesta, diversas instituciones educacionales han implementado iniciativas para rendir homenaje a la memoria de las víctimas y contribuir a su reparación. Estas iniciativas incluyen la construcción de espacios de memoria, la realización de actos conmemorativos, así como la incorporación de programas académicos y de investigación sobre derechos humanos, como es el caso de nuestra Universidad. En efecto, la Universidad de Atacama ha sido parte activa de este proceso, participando en la recuperación de la memoria histórica de quienes, en su momento, fueron estudiantes y profesores víctimas de la dictadura. Estas acciones no solo buscan rendir homenaje a las personas afectadas, sino también concienciar a las nuevas generaciones sobre la importancia de la defensa de los derechos humanos y la preservación de la memoria histórica para evitar la repetición de estos hechos atroces.

No olvidar las violaciones a los derechos humanos es crucial para garantizar justicia, reparación y evitar la impunidad. La memoria dignifica a las víctimas, educa a las nuevas generaciones y fortalece la democracia al prevenir la repetición de estos crímenes. La memoria es una forma de justicia, un escudo contra la impunidad y una herramienta para la construcción de un futuro más equitativo y respetuoso de los derechos fundamentales. Mantener viva la memoria histórica es fundamental para contrarrestar estos intentos de negar o justificar las atrocidades del pasado. Hoy, más que nunca debemos recordarlos y recordarlas, porque su sacrificio no fue en vano, porque en nuestros y nuestras jóvenes de hoy debe florecer la esperanza de ese Chile más justo por el que abogaron y colaborar en ello es objetivo y fin de nuestra Ruta de la Memoria

 

Dr. Rodrigo Cardozo Pozo

Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales

Programa Interfacultad de educación e investigación en Derechos Humanos.