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Recordado copiapino Emilio Fuentes López falleció a los 104 años

A la edad de 104 años, serenamente y rodeado de sus familiares, falleció el recordado ex profesor y funcionario judicial, Emilio Eduardo Fuentes López, copiapino generoso, amante de la agricultura, y formador una destacada familia junto a su esposa Marina Zapata Varas, quien lo sobrevive.

Los que conocieron a Don Emilio recuerdan su trato afable, su criterio prudente, a la vez que su alto sentido de la rectitud moral y cívica, materias a la que dedicó su enseñanza a generaciones de hombres de la Escuela de Minas de esos tiempos.

Uno de sus alumnos destaca, “nos mostró lo relevante y significativo que tiene para cada persona conocer y respetar los deberes y derechos, para que cada cual pueda elegir en propiedad lo que desea hacer consigo mismo, y a que nadie se le permita elegir por uno”.

Emilio Fuentes recorrió el siglo XX de nuestra ciudad. Nació en 1916, quedando huérfano de madre a la temprana edad de cuatro años, posteriormente fue interno en el Liceo de Hombres, donde recibió una formación sólida, en tiempos en que la calidad de la educación pública era muy superior.

En el Liceo conoció a quien fuera su pareja de toda la vida, la también docente, Marina Zapata. Juntos parten a la Universidad de Chile a seguir sus carreras de derecho e inglés, respectivamente, sin embargo al fallecer su padre, don Juan Pablo Fuentes, deciden volver a Copiapó al sector del Pueblo San Fernando para formar su familia.

Capacitado como profesor básico, comenzó haciendo a clases en Tierra Amarilla, hasta donde llegaba a caballo para brindar su sabia palabra. Posteriormente, entra como funcionario al Juzgado del Trabajo, siendo oficial primero y posteriormente secretario, institución en la cual jubiló en los años setenta.

Al mismo tiempo que estas labores, la agricultura fue una de sus pasiones. Instalado en la hijuela que lo viera nacer, cultivó la tierra y desarrolló el ganado, siendo fundador de la centenaria Sociedad de Agricultores del Pueblo San Fernando.  

De su unión con Marina nacieron Patricia, Jorge y Ricardo (QEPD), todos profesionales formados en la casa de Bello, quienes se destacaron en sus propios campos.

Don Emilio fue uno de los últimos de su especie, radical, bombero y masón, triada que envuelve una responsabilidad ética de la que poco conocemos hoy.

En su larga vida fue admirador de la democracia, por eso el recuerdo de otro de sus ex alumnos nos dice mucho: “en octubre de 1973 entró a la sala, pasó lista y nos dijo, jóvenes todo lo que les he enseñado en estos años desde ahora no tiene ningún valor… tomó su libro de clases y se despidió”. Se había instaurado la dictadura.

Emilio Fuentes López será recordado por formar buenos ciudadanos y forjar lazos de fraternidad en su querida tierra copiapina.

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