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Primeros dos años de Nueva Atacama marcan una mejora sustancial en calidad del agua

Desde que la compañía comenzó a ser administrada por el Grupo Aguas Nuevas, en agosto de 2018, ha cumplido su plan de compromisos con la comunidad de la región con hechos concretos.

Nueva Atacama (antigua Aguas Chañar), inició formalmente sus operaciones al alero del Grupo Aguas Nuevas en agosto de 2018, adquiriendo una serie de compromisos con la comunidad, entre ellos mejorar tanto la calidad del agua potable, como la experiencia de servicio de los vecinos de la región.

A dos años de su llegada, la compañía expone los principales hitos conseguidos y los desafíos que vienen bajo un escenario de escasez hídrica y efervescencia social, lo que se traduce, primero, en el cumplimiento total de la normativa medioambiental, la calidad del agua y el énfasis en la atención a sus clientes.

“cuando llegamos sabíamos que era un desafío enorme; la empresa tenía largo tiempo endeudada con la comunidad, y muchos nos advirtieron de esto”, sostuvo Carlos Barboza, gerente Regional de Nueva Atacama, al tiempo que acotó que “también sabíamos que la compañía destacaba por su valioso personal: resiliente, con la experiencia de haber enfrentado grandes catástrofes”.

“Con el apoyo del Grupo Aguas Nuevas, no cabía duda que era posible cumplir con el objetivo de satisfacer las demandas históricas con relación al servicio de la sanitaria en Atacama”, agregó. Y enfatizó que, desde ese momento, los cambios han sucedido día tras día, y el esfuerzo de los trabajadores de la compañía ha sido fundamental para avanzar.

“Su disposición y entrega han sido vitales en esto; somos conscientes de la historia que arrastra la empresa y, por eso, hemos realizado acciones concretas para cumplir con los compromisos”, señaló.

MEJOR CALIDAD

Cuando Nueva Atacama llegó a la región, Copiapó, Tierra Amarilla y Chañaral contaban con una calidad deficiente de agua potable, lo que -según Barboza – era notorio en la percepción organoléptica; es decir, en el sabor, color y olor del agua potable.

Por ello, gran parte de los trabajos e inversión iniciales se destinaron a mejorar estas condiciones y con el personal, los equipos de ingeniería y el apoyo desde Santiago, lo lograron, de acuerdo con lo que afirma el gerente.

Cerca de $ 10 mil millones destinó la empresa para cumplir con este objetivo, lo que significó la construcción de una nueva planta de potabilización en Tierra Amarilla y la ampliación de dos plantas de purificación por osmosis inversa en Copiapó, además de la adecuación de distintas redes de distribución a nivel regional.

“El desafío de infraestructura fue importante y se logró. El equipo trabajó con lo comprometido en lo que denominamos Plan de Calidad, pese a todas las dificultades”, enfatizó Antonio Díaz, gerente de Infraestructura de Nueva Atacama, que en primera instancia lideró este proyecto desde Aguas Nuevas.

Él indicó que el desafío no era menor, ya que se trabajó en infraestructura que ya existía y estaba en funcionamiento. “Este plan demuestra que, con el enfoque adecuado y las herramientas necesarias, se puede entregar un buen servicio, pese a las condiciones adversas que aparezcan”.

Sergio Muñoz, gerente de Operaciones de la compañía, que lleva la gestión y el control de la producción de agua potable, agregó, por su parte, que desde diciembre pasado se envía agua totalmente en norma a Chañaral y que, desde abril de este año, Copiapó y Tierra Amarilla cumplen a cabalidad con la normativa chilena N° 409 de calidad del agua.

“Este ha sido el principal cambio operacional, teniendo hoy en día una realidad muy distinta a la que vivieron los habitantes de la región en años anteriores. Estamos entregando la mejor agua de la historia en esta zona, pese a ser el desierto más árido del mundo, logrando esto con buenos controles y eficiencia, lo que confirman las mediciones de calidad publicadas por la Superintendencia de Servicios Sanitarios”, argumentó.

CONTINUIDAD

Juan Bolaños, gerente de Clientes de Nueva Atacama, lidera los equipos que mantienen interacción permanente con los clientes de la región, tanto en la entrega del servicio como en el área comercial, y él sostiene que, como forma de trabajo, lo primordial es la conciencia de la entrega de un servicio básico a la comunidad.

“Se observó un cambio en el modo de ver y hacer las cosas, con la visión de Aguas Nuevas y sus filiales, cuya prioridad es el cliente, lo que se refleja en hechos concretos como nuevas herramientas y recursos para mejorar”, resaltó Bolaños.

Sobre las inversiones, el ejecutivo puntualizó que más de $ 8.500 millones se han dispuesto para renovaciones de redes de agua potable y de aguas servidas, además de instalación de válvulas, grifos, tecnología para control de datos y la incorporación de nuevos camiones para una gestión oportuna.

“Esto redunda en la mejora del servicio, donde ya tenemos disminución de los cortes no programados -causantes de molestias a clientes-, los que bajaron en un 54 % y por otro lado, la cantidad de clientes afectados lo hizo en un 77 % en el último año”, explicó.

TRABAJO A FUTURO

Desde la empresa, señalan que los próximos desafíos están vinculados a su consolidación y a mejorar la percepción de los clientes. Esto, con acciones ligadas a la mejora continua, con una próxima certificación ISO, junto con buscar la eficiencia de la compañía para hacerla aún más sustentable.

“Han sido 2 años de esfuerzo y dedicación, donde todos quienes somos parte de Nueva Atacama hemos entendido lo que la comunidad quiere de nosotros. Nos hemos puesto en su lugar.

Los cambios y la percepción de las mejoras no se dan de un día para otro; son procesos más largos. Ahora, estamos pasando a una nueva etapa, donde ya hemos cumplido con la base y debemos ir al siguiente nivel”, resaltó Carlos Barboza, Gerente Regional de la empresa.

Foto: Nueva Atacama

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