Chile y el mundo

Porque el Combate naval de Iquique no fue una derrota, sino que una “victoria pírrica”

(Por Rodrigo Ferrada).- El 21 de mayo de 1879 ocurrió una gesta histórica que terminaría cambiando la historia de Chile y la geopolítica sudamericana para siempre. El Combate Naval de Iquique, y su acontecimiento paralelo, el enfrentamiento de Punta Angamos.

Desde esa fecha durante la Guerra del Pacífico, hasta la actualidad, Chile celebra la ocasión como “Las Glorias Navales”, en reconocimiento al heroísmo de Arturo Prat, el Sargento Aldea, y los demás que saltaron al abordaje del monitor acorazado peruano Huáscar, sacrificando sus vidas por la patria, lo mismo que hizo el resto de la tripulación de la Esmeralda, al hundirse dignamente sin rendición.

Pero el hecho bélico que se conmemora hoy, tiene algo controversial. Muchos consideran el Combate Naval de Iquique como una derrota. Probablemente, si salimos a hacer una encuesta en las calles, la mayoría de la gente dirá esto.

Pero hay un aspecto que es olvidado, nublado por las emociones que provoca el hecho, esto es, el punto de vista táctico, logístico y estratégico que significó a la larga la gesta de Iquique, que, a pesar de terminar con la muerte de Prat y el hundimiento de la esmeralda, significó, a la larga, la victoria chilena en el conflicto bélico y su consiguiente expansión territorial.

VICTORIA PIRRICA

Así, lo sucedido ese 21 de mayo en las costas de Iquique, y en Punta Angamos, es, desde el punto de la objetividad de la doctrina militar, no una derrota, sino que lo que se denomina una “victoria pírrica”, esto es, un triunfo en batalla, pero que se consigue a un altísimo costo, tanto material como humano, pero que a la larga trae consecuencias que convierten el hecho en victoria.

Y si, si analizamos el punto de vista táctico militar, el sacrificio de Prat y sus hombres permitió al ingenioso y avezado marino Carlos Condell, Capitán de la Covadonga, la otra frágil goleta de madera roñosa y antigua que fue enviada a bloquear el entonces puerto peruano junto a la Esmeralda, lograr la hazaña de hundir al otro monitor acorazado del Perú, la Independencia, en el sector de Punta Angamos.

CONDELL, EL HÉROE OLVIDADO

Sin duda la figura más recordada de este momento histórico es la de Arturo Prat y su inmolación por Chile, pero se baja el perfil del otro héroe de la gesta, Carlos Condell.

Mientras Prat resistía con una bravura inusitada junto a su tripulación, los cañonazos y las embestidas del espolón del Huáscar, muriendo al final en el abordaje, Condell, se retira de Iquique y navega hacia punta Angamos, provocando el primer error táctico de Perú, la Independencia se separa del Huáscar y va a dar persecución a la Covadonga, pero Condell, navegó con una habilidad extraordinaria pegado a los ásperos arrecifes de la zona. La Independencia, buque más pesado y de mayor calado, no pudo sortear esos obstáculos, y termina encallando, quedando inmovilizada, oportunidad que aprovecha Condell para posicionarse y cañonear al acorazado peruano varado, destruyéndolo.

LAS CONSECUENCIAS

Al final del fragor del combate, Chile perdió una goleta de madera de la época colonial, mientras que Perú perdió un monitor acorazado de última generación. Esto dejó al Huáscar, solo, y desde ese entonces solo pudo dedicarse a evadir la cacería de parte de la flota chilena, haciendo breves incursiones atacando puertos, para luego seguir huyendo, es decir, la Armada Peruana perdió la iniciativa. Pronto el Huáscar sería acorralado en Punta Gruesa, su Capitán Miguel Grau resultaría muerto en acción, y el buque capturado. La marina peruana entonces, fue eliminada del conflicto, entregando total control del mar a Chile en la guerra, lo que es vital para la logística, ya que, en ese tiempo, donde no existía el transporte aéreo, las rutas marítimas eran esenciales para el despliegue de tropas y suministros en un amplio frente como fue en ese entonces lo que ahora es el norte grande chileno.

Además, el sacrificio de Prat y sus hombres inspiró a la nación, que acudió en masa a reclutarse para pelear por Chile, aventureros, patriotas, valentones, incluso mujeres y niños que estaban dispuestos a dar su vida por la patria conmovidos por la inmolación de Prat.

Condell, por su parte, aunque de menor perfil en la actualidad, en la época a la que nos remontamos, fue recibido como un héroe absoluto por la ciudadanía.

En suma, las acciones de Iquique y Angamos no solo fueron cruciales para el triunfo chileno, sino que incluso, podríamos decir que fue a la larga, el motivo que llevó a Chile a la victoria final.