Política

Paul Sfeir, consejero constitucional por Atacama: “Si Chile lo necesita, haremos valer nuestra mayoría”

* Las puertas abiertas pero con límites claros. El aborto, el Estado Social y Democrático de Derecho y agrandar el Estado, son los temas que aprobleman al consejero constitucional, Paul Sfeir, quien da su primera entrevista en exclusiva a Diario Chañarcillo luego de ser electo.

El comunicador, nacido en Viña del Mar y hace poco representante de la tercera región en el Consejo Constitucional, viene de unos meses complicados. Reunión tras reunión, Paul Sfeir llegó directamente desde el bus a las oficinas del diario. Asesorías técnicas, presentación de enmiendas, negociaciones con las bancadas y más, ha sido la tónica de su vida desde el 7 de mayo.

“Me van a tener que echar a escobazos de Atacama”, dijo en tono irónico, quien en su momento fue acusado de turismo electoral. Hoy, tras meses de trabajo silencioso, expone que como republicanos van a escuchar a todas las voces y que no pretenden “avasallar” por su mayoría. Aunque, si estiman que le conviene a Chile, ocuparán ese recurso.

 

Una visita para informar

Se le ha visto poca aparición en medios regionales, consejero. ¿A qué se debe su visita a Atacama?

Hay mucho trabajo de contacto con la sociedad para llevar al proyecto lo que la gente en la calle reclama. Mi visita hoy tiene que ver con informar a la gente todo aquello que hemos hecho en el Consejo hasta ahora, tratar de dar las primeras luces de las propuestas-enmiendas que ingresamos y explicar lo que se viene. Tuvimos un arduo trabajo desde que salimos electos, desde reuniones con asesores para explicar a la bancada republicana cómo venía el anteproyecto, asesorías técnicas para quienes no somos abogados y un montón de otras instancias. Nuestro fin es venir a informar para que la decisión final, sea cual sea, sea informada. Creo que en el proceso anterior fue deficiente en ese sentido, en cómo fue a tomar la decisión la gente.

 

En su agenda aquí en la región, ¿con quienes se van a reunir?

Tendremos reuniones con la directiva del Partido Republicano en Atacama, también con empresarios y gente en las comunas. No nos vamos a quedar solo en Copiapó. Vengo con la misión de conversar con las bases, porque también quiero llevarme nuevas instrucciones que puedan haber para manifestarlas en el Consejo. Esto es muy dinámico, es posible que existan nuevas propuestas y yo con gusto las voy a tomar. 

 

¿Con qué empresarios en particular?

Vamos a estar con la Corporación para el Desarrollo de la Región de Atacama (Corproa) y personas individuales. Eso hasta ahora entiendo de la agenda. También estaremos en radios, en Vallenar, Diego de Almagro y ojalá en Chañaral. Quiero dejar en claro que si tienen ideas que proponer y nos ven por ahí, estamos a la orden. La idea es que nos nutran y que nos acompañen.

 

Puertas abiertas pero enmiendas claras 

Más de 400 enmiendas republicanas al anteproyecto constitucional. Ustedes dicen que esto no es un “punto final” sino más bien un “punto de partida”. ¿Entonces la discusión del proyecto final parte desde ustedes? Se lo pregunto porque son amplia mayoría en el Consejo.

 

No parte desde nosotros. Parte desde la discusión que tendremos en la siguiente etapa, donde estaremos conversando las propuestas de cada tendencia política. Si la pregunta de fondo es si nosotros vamos a pasar una aplanadora, la respuesta es no. La lectura del PRep como mayoría en el Consejo no es esa, sino entender la decisión de la sociedad civil en elegirnos y por qué fue. Sé que en medio han habido preocupaciones, pero esa no es la línea. 

Nosotros vamos a proponer nuestras ideas y cada fuerza tendrá que defender las suyas, pero nosotros no imponemos la agenda. Ahora, el partido lleva propuestas claras con sus tendencias valóricas, pero el 1 de agosto es donde empieza todo ese proceso de discusión. Estas nuevas indicaciones serán enviadas al Comité de Expertos y el Comité de Admisibilidad para verificar que las bases constitucionales no fueron tocadas, y luego ya vendrá este proceso que ya es más llamativo para la prensa.

 

La pregunta es, ¿Cómo le asegura a la ciudadanía que están abiertos a discutir estas enmiendas y no a trabajar para aplicarlas tal cual?

Simplemente la intención es “no pasar máquina”. Ahora, si somos mayoría y tenemos que hacerla en función de la conveniencia de Chile, lo vamos a hacer. Sin embargo, la garantía de que no pasaremos la aplanadora es que tenemos la puerta abierta a todas las bancadas. Si quisiéramos hacerlo, ni siquiera nos abriríamos a las conversaciones y solo trataríamos de conquistar votos y obtener los 3/5 necesarios. Hay que tener claro que esto es Chile, pero si algo que se propone atenta contra el país, vamos a tener posiciones bastante fuertes. No permitiremos que se humille o se intente refundar al país.

 

La presidenta del Consejo Constitucional y militante de su partido, Beatriz Hevia, dijo que “no hay una puerta cerrada a discutir”. ¿Entonces están dispuestos a conversar todo, incluso lo valórico?

Sí, absolutamente todo. Te aseguro que tendremos muchos votos sorprendentes…

 

¿En qué sentido?

Es probable que gente de tendencias que no lo podías creer, piensen de manera bastante similar a los republicanos. Hay una tendencia a indisponer, por el pensamiento “humano”, de un sector hacia otro, y no es tan así. Puedo asegurarte que el punto de encuentro de los 50 consejeros constitucionales es la preocupación social de Chile. A pesar de ser mayoría, no estamos solos, y hay que escuchar.

Con la consejera Marcela Araya tenemos un punto que nos une y lo hemos dicho abiertamente en el hemiciclo: Atacama entrega mucho y recibe poco. Tenemos diferencias políticas tremendas, pero ese punto nos hace trabajar a los dos por la región. 

 

Aseguran que las enmiendas que presentaron van en línea con sus principios, intentando representar a sus 3,5 millones de electores. Pero de todas formas la presidenta del Consejo y militante de su partido, dice que “no se está pensando en hablar a un público específico”. ¿Cómo se debe entender entonces?

Sin lugar a dudas hemos llevado las propuestas en base a nuestros preceptos valóricos. No hay nada de malo en ello, así es la política. Esto no es una guerra, y nuestra visión dista mucho de ir disfrazados de “Pikachu” o tocar la guitarra. Las puertas están abiertas salvo que se quiera refundar Chile o proponer cosas que lo pongan en peligro.

 

¿Dónde está el peligro?

No van a entrar a discutir estas ideas que, según ustedes, puedan poner en peligro a Chile. ¿Cuáles son esas?

Hay varias, te puedo decir las ideas con las que yo tengo aprehensiones y las que tiene nuestro modelo de pensamiento. Somos defensores de la vida desde su concepción hasta la muerte natural…

 

¿Una idea contraria a eso, pone en peligro a Chile?

Sí, porque entramos en una batalla valórica. No a lo mejor al nivel de un bombardeo, pero sí pone en peligro la “identidad de pensamiento” de quienes vienen después. Cuando el Gobierno dice que defiende la vida pero a su vez apoya el aborto, como lo expuso el ministro Álvaro Elizalde, a mi se me arma un doble discurso que no comprendo. ¿Hay que redefinir lo que es la vida? No, no hay punto de discusión. Es un tema ético que tendremos que zanjar, pero nuestra propuesta es clara en que el niño es niño, sea no nacido o no.

 

¿Y el Estado Democrático de Derecho?

Para mí es un tema. Creo que el modelo de subsidiariedad es más conveniente, es más directo y no es tan invasivo con la gente. El Estado metido tan adentro me hace ruido, cuando hablamos de sociedades libres el estatismo me hace ruido. Por eso no soy de izquierda, soy de derecha. 

 

Pero por otro lado está la crítica hacia el Estado subsidiario que aumenta la privatización y no da lugar a derechos sociales…

El tema está en quien pone la interpretación. Está el caso de Italia donde funciona y el otro que es España, donde están en crisis. A mí me preocupa, porque la visión la pone actualmente un gobierno de extrema izquierda. Si tuviéramos un gobierno de derecha, probablemente no me intranquilizaría tanto porque tendríamos un Estado preocupado de la productividad y en cómo luego financiar los derechos sociales. Siento que la izquierda piensa al revés, primero lo social y luego de dónde lo sacamos. Cuando un país va caminando hacia la improductividad, yo no puedo prometer cosas.

 

De extremo a extremo

¿Qué elementos usted tiene para decir que este es un gobierno de “extrema izquierda”?

 

¿No lo es un gobierno que quiere celebrar 50 años de algo que nos mantiene divididos? Después, la simpatía con otros gobiernos de extrema izquierda. el Partido Comunista formando parte. El Frente Amplio es quien está al mando y son quienes causaron el 18 de octubre. Lo que se ha tratado de hacer con Chile desde un poco antes de 2019, es síntoma de un pensamiento extremo. También está lo de la Comisión de Desinformación que puede transformarse en una Ley Mordaza. Aquí un ministro llama a un conductor para decirle un tema que no quiere que hable, y quiero quitarme el color político para defender que eso no es posible. Los comunicadores debemos intentar juntar al país y no polarizar, pero tengo esperanza en nuestro proceso.

(Nota del periodista: Las información entregada por el consejero, según lo vertido por expertas y el mismo presidente del Consejo para la Transparencia, constituyen una opinión. De hecho, la comunidad en torno a las comunicaciones afirma que es apresurado hablar de censura o control de medios. Asimismo, el decreto del Diario Oficial CVE 2331911 que crea la Comisión, establece que es una entidad temporal que asesora, recomienda y elabora informes sobre sus temáticas encomendadas. Por otra parte, no hay antecedentes que liguen al Frente Amplio como colectividad artífice de hechos delictivos relacionados al “estallido social”).

 

Nada por sobre la Constitución

Hay un hecho en particular que preocupa. Ustedes quieren darle un rango “infraconstitucional” a los tratados internacionales. Entre estos tratados, hay importantes convenciones sobre derechos humanos y acuerdos comerciales. ¿Es una propuesta que han reconsiderado? A la luz de las diversas críticas no solo del mundo político sino de expertos.

Nada fuera de la Constitución y nada por encima de la misma. Es el texto que nos rige como ciudadanos, y lo justo es que estos pactos internacionales, que son amplios, sean revisados al menos por dos poderes del Estado porque son importantes. Creemos que estos tratados deben pasar por la Constitución, no lo veo fuera. Y tiene los lugares para discutirse, el Congreso sobre todo.

 

Entonces para ustedes los tratados comerciales de derechos humanos y comerciales, importantes para el país, deben estar sujetos a la discusión política de la Constitución…

Sí, señor.

 

¿Y qué ocurre con el comisionado experto, Flavio Quezada, quien dice que esto sería un grave retroceso en materia de DDHH? Aludiendo a que podrían volverse inconstitucionales ciertos avances de la Corte Suprema al respecto.

Estaría diciendo que entonces él no confía en el Estado. Nos estaría diciendo que no confía en nuestras instituciones y eso ya es un problema de él. Si nos vamos a saltar desde ya a la Constitución, qué sentido tiene lo que estamos haciendo. 

 

Los descolgados de Chile Vamos

Finalmente no todo Chile Vamos se acopló a la totalidad de sus enmiendas. ¿Cómo les llega esta decisión? 

 

Anoche muy tarde se entregaron finalmente las enmiendas, así que debo ponerme al día. Entiendo que son cinco enmiendas coincidentes donde se va con propuestas conjuntas. Las demás no significan un quiebre, sino que vamos a proponer ideas por separado.

 

Hay puntos claves donde Renovación Nacional y Evópoli se descolgaron. Por ejemplo, reducir el número de parlamentarios…

 

Nosotros tenemos una propuesta de 132 parlamentarios, pero es una propuesta que estamos dispuestos a conversar. Ahora, agrandar el tamaño del Estado no es algo que apoyaremos, pues siempre intentamos ver la manera de cómo esta vorágine no se trague los recursos. Agrandar el número de parlamentarios, además, es tremendamente impopular, pero nosotros no lo hemos propuesto por populismo. Tampoco pueden haber 60, hay que ser realistas.

 

Usted ha deslizado varias críticas hacia Chile Vamos. Según lo que ha vivido en el Consejo, ¿mantiene esos cuestionamientos? En su momento los trató de “ex centro derecha”.

 

Eso lo dije para las personas que nos tildaron de “extrema” o “ultra” derecha. El Partido Republicano está en el mismo espectro político desde su fundación. Quienes lo vean más lejos, es porque ellos se han ido alejando. Eso se lo dije a algunas personas de RN y se enojaron conmigo, pero ellos se alejaron, nosotros no. Estamos donde mismo: una derecha clásica pero moderna.

 

Se les acusa desde el oficialismo de “distorsionar” el anteproyecto de los expertos. Incluso dijo que Chile Vamos debería pedirles “mesura”. ¿Tomarán en cuenta este llamado?

 

No sé qué más mesura quieren, porque nosotros nos hemos mantenido callados. En los medios hablan los consejeros de izquierda. Yo me he mantenido al márgen. De hecho, es la primera conversación que tengo desde que tomé posesión de la consejería. El Gobierno está haciendo lo que tiene que hacer, y si resulta un proyecto de Constitución que no les sirve a su visión, van a llamar a rechazarlo.

 

¿Ustedes no están por rechazar el proyecto?

 

No estamos por aprobarlo ni por rechazarlo en este momento.

 

Pero usted quería mantener la Constitución vigente…

 

Sí, estoy defendiendo los valores y los principios de la Constitución vigente. ¿Pero eso me impide querer conocer cómo viene esta propuesta?

 

Entonces si este proyecto les es favorable van a llamar a aprobarlo.

 

Si concuerda con los valores y la visión que tenemos de Chile, claro que sí. Claro que puede haber algo mejor que esta Constitución, pero aún no lo sabemos. Aunque a mí me sigue pareciendo que es maravillosa. Modificar es lo mejor que nos pudo pasar, pero eso el Congreso no lo hizo a lo largo de los años. Pero eso es muy diferente a refundar.

 

¿Según usted no se ha configurado en el Consejo un ánimo refundacional?

 

No, la estructura del país se mantiene. 

 

No un turista pero sí honesto

Para aprovechar de preguntar cosas que quedaron pendientes de la región. En su momento a usted se le acusó de turismo electoral, ¿cree que ha defendido bien los intereses de Atacama en su trabajo?

 

Yo creo que sí. No es tan fácil probarlo, porque las constituciones no tienen temas tan regionales. Hemos empujado harto el tema de la descentralización. Siempre he estado en contra del turismo electoral, pero me llamaron para cumplir un cupo y ahora me tendrán que sacar a escobazos de aquí. 

 

¿Pero entonces usted no hizo turismo electoral?

 

Vine a llenar un cupo conforme a la necesidad que tenía el partido. Lo dejé absolutamente claro desde el principio. La gente sabe que yo nací en Viña del Mar y que yo vengo a aprender.

 

Se lo pregunto porque cuando usted llegó dijo “volví a mis tierras”…

 

Sí, si no la asumo como mía cómo podría representarla. Insisto, me tendrán que echar a escobazos de aquí.