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Misioneros y jóvenes de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días realizaron acción social por Navidad

El día 21 de diciembre del 2021 los misioneros y jóvenes de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, del Programa “Manos que Ayudan”, se reunieron en el Centro de Estaca de Copiapó para armar cajas con alimentos no perecibles para la Corporación Oncológica de Copiapó. Los alimentos de las cajas se reunieron en base a la colaboración de todos los miembros de la Iglesia de los distintos Barrios de la Estaca de Copiapó y Manos que Ayudan, integrada esencialmente por lo jóvenes de dicha Iglesia,  quienes armaron las 45 cajas para la donación.

La Corporación Oncológica de Copiapó, acoge a 75 niños con cáncer en la Región de Atacama y reciben su tratamiento en el Hospital San José del Carmen  de Copiapó, algunos y otros fuera de la ciudad.

En esta ocasión hizo entrega de las 45 cajas la Presidencia de la Estaca de Copiapó a la tesorera de la Corporación Oncológica, Karen Grossi Brizuela, quien acompañada por las voluntaria Tamara Brizuela, Graciela Cristi Y Elizabeth Fredes, más las familias Saavedra Carraco y la madre de Arlet Godoy las recibieron muy agradecidas.

La madre de un menor señaló que un diagnóstico de cáncer es perturbador a cualquier edad, pero especialmente cuando el paciente es un niño. La Iglesia de Jesucristo, quiso ir en apoyo a las familias de estos menores a fin de aportar con un granito de arena a la economía familiar en este tiempo de Navidad. Y de alguna manera dar un apoyo social, el cual es muy importante para disminuir el sufrimiento familiar y disminuir el stress, situación que les hace permanecer fuertes para hacer frente a la vida. También este apoyo social es menester para ayudar a mejorar la calidad de vida, especialmente la espiritual y social. Por esa razón, la Estaca de Copiapó decidió apoyar a la Corporación Oncológica de Copiapó a fin de aliviar un poquito las necesidades de la familia en estas fiestas de Navidad en el que se celebra el nacimiento de Jesucristo, el Salvador y Redentor del mundo y dar apoyo espiritual además del temporal. También es una manera de recordar el amor universal de Nuestro Padre Celestial por cada uno de sus hijos y los miembros de la Iglesia en esta oportunidad quisieron dar lo mejor de sí mismos al entregar alimentos y preparar las cajas. Navidad es un tiempo para mantener el espíritu de Cristo, porque el espíritu de la Navidad es el Espíritu de Cristo.

Los jóvenes, misioneros y líderes del programa “Manos que Ayudan” expresaron su sentir y su testimonio en cuanto nuestro Salvador Jesucristo.
“Gracias a que él vino a la tierra, tenemos un ejemplo perfecto a seguir. Al esforzarnos por ser más como él, tendremos alegría y felicidad en la vida y paz cada día del año. Es su ejemplo que, al seguirlo, hace que dentro de nosotros sintamos más bondad y amor, más respeto y preocupación por los demás”, dijo uno de ellos.
“En esta época de Navidad, época gloriosa del año es un tiempo muy ocupado para la mayoría de nosotros. Sin embargo el  verdadero gozo de la Navidad  se encuentra  cuando hacemos del Salvador el punto central de la temporada”.

“Él que nació en un establo, fue acunado en un pesebre, descendió de los cielos para vivir en la tierra como hombre mortal y para establecer el reino de Dios”, “Su glorioso Evangelio moldeó las ideas del mundo. Vivió para nosotros y murió por nosotros. ¿Qué podemos darle a cambio?”.

“El dar, no el recibir, hace florecer plenamente el espíritu de la Navidad. Nos sentimos más amables el uno con el otro. Tendemos la mano con amor para ayudar a los menos afortunados. Nuestro corazón se ablanda y perdonamos a los enemigos, recordamos a los amigos y obedecemos a Dios. El espíritu de la Navidad ilumina la ventana panorámica de nuestra  alma por la que contemplamos la vida agitada del mundo y nos hace interesarnos más por las personas que por los objetos”.

“Para comprender el verdadero significado del espíritu de la Navidad, sólo necesitamos recordar a quién celebramos, entonces se convierte en el Espíritu de Cristo”.

“Que podamos dar como el Salvador dio”, “Dar de uno mismo es un don sagrado”. Damos como un recordatorio de todo lo que el Salvador ha dado. Además, podemos dar regalos que tengan un valor eterno, junto con nuestros regalos que con el tiempo se rompen o se olvidan. ¡Cuánto mejor sería el mundo si todos diéramos regalos de entendimiento y de compasión, de servicio y de amistad, de bondad y de dulzura!”.

“ Nos centramos  en el Señor y en la vida eterna  lo que nos ayudará no sólo en la Navidad, sino en todos los desafíos de la vida terrenal”.
La paz puede llegar a todos los que siguen la invitación “Ven, sígueme” del Salvador, si elegimos andar por las vías del Maestro”, dijo una señorita miembro de la iglesia.
“Cada año en la Navidad testificamos, igual que los pastores, que Jesucristo es el Hijo literal del Dios Padre Eterno y viviente.  “Los pastores reverentemente se acercaron al establo para adorar al Rey de Reyes. ¿Cómo lo adoraremos nosotros?”. Interrogante que cada uno debe contestar. Es en  estas festividades donde el centro de todo debe ser  Jesucristo, el Salvador del mundo.

El Programa Manos que ayudan consiste en el  servicio al prójimo, tal como Jesucristo lo hizo y  es una característica importante de los seguidores de Él. “Manos que Ayudan” ofreció esta oportunidad para que organizadamente los miembros de la Iglesia dieran de su tiempo y talentos para bendecir a los necesitados, en esta ocasión los jóvenes misioneros miembros de la Iglesia de Jesucristo hicieron este hermoso trabajo.

Por medio de este Programa Manos que Ayudan, tanto jóvenes y adultos se sensibilizan más con los desafíos que afrontan los demás. La experiencia de vida y todo o que pasó la socia de la Corporación Oncológica, Fresia Carrasco Julio, inundó el corazón de bondad y amor de todos los presentes Cuando los miembros de la Iglesia siguen el ejemplo del Salvador de tender la mano y ayudar a los demás, eso ayuda a fortalecer sus propios testimonios, trae un beneficio espiritual y los miembros de la Iglesia pueden demostrar los frutos de su fe. Este proyecto fue una valiosa oportunidad para que los jóvenes   mostraran el amor verdadero de Jesucristo hacia su prójimo y recordar que la maravilla y el asombro de la Navidad es sólo un principio. La Navidad nos recuerda que el pequeño nacido en Belén nos ha dado un propósito en la vida, y lo que nos pase después dependerá en gran medida de la forma en que aceptemos y sigamos a nuestro Salvador, Jesucristo” aquí en la tierra.

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