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La Mina de Hierro Boquerón Chañar. ¿Regresa como opción de futuro para una industria de Acero Verde en Chile?

En la árida geografía de la Región de Atacama, a pocos kilómetros de la comuna de Vallenar, se encuentra el yacimiento de hierro Boquerón Chañar, un activo minero de Corfo que ha estado en el inventario de la corporación estatal durante años. Con reservas estimadas en 300 millones de toneladas, este yacimiento no solo representa una oportunidad económica, sino que también se alinea con la creciente demanda
global por prácticas más sostenibles en la minería y la producción de acero.

CORFO, la corporación estatal encargada de fomentar el desarrollo económico en Chile, posee en la zona un total de 3.414 pertenencias mineras que abarcan más de 17.000 hectáreas. A pesar de varios intentos de licitar este valioso recurso, como ocurrió en 2006-2007 cuando fue adjudicado a Minera Hierro Paposo, el proyecto no logró despegar debido a la crisis financiera de 2008, que paralizó los mercados y limitó el acceso a financiamiento.

Sin embargo, el nuevo enfoque del gobierno, bajo la visión del ministro de Economía, Nicolás Grau, busca revitalizar el potencial de Boquerón Chañar al vincular su explotación con la producción de “acero verde”. Este término se refiere a un proceso de fabricación de acero que utiliza hidrógeno verde en lugar de combustibles fósiles, reduciendo significativamente las emisiones de carbono. La estrategia es clara: la mina debe alimentar la industria del acero verde en Huachipato, donde la usina cerró sus puertas tras 74 años de actividad.

“Si uno tomara la viabilidad económica de un proyecto de producción de acero de manera aislada, eso por supuesto que es desafiante en el caso de Chile. Pero lo que nosotros estamos planteando es que, dada la pertenencia que tiene Corfo de esta mina de hierro, vamos a licitar la operación de esa mina de hierro, con la condición de que parte de ese hierro tenga que ser utilizado para la producción de acero verde”, afirmó el ministro Grau.

La propuesta del Ministerio de Economía no solo busca reactivar la industria del acero en el país, sino también crear valor agregado nacional a través de la producción de acero que cumpla con estándares ambientales más estrictos. La licitación está programada para el año 2025, y se espera que antes de que finalice la actual administración, se inicien los trabajos para recuperar la producción de acero en
condiciones competitivas.

Sin embargo, a pesar del optimismo que rodea este proyecto, los especialistas advierten que la explotación de mineral de hierro y la producción de acero verde son dos procesos distintos que requieren consideraciones técnicas y económicas por separado. La implementación de hidrógeno verde en la producción de acero es un desafío que todavía presenta un horizonte de tiempo extenso. Esto significa que, aunque Boquerón Chañar pueda ser una fuente de mineral esencial, la transición hacia un acero verdaderamente sostenible no es inmediata.

El uso de hidrógeno verde en las acerías implica resolver una serie de cuestiones técnicas, como la disponibilidad de fuentes de energía renovable y la infraestructura necesaria para su producción y transporte. La producción de acero verde, aunque prometedora, requiere un enfoque estratégico que integre estos desafíos y permita un desarrollo sostenible a largo plazo.

La mina Boquerón Chañar, entonces, se erige no solo como un recurso mineral, sino como un símbolo de las posibilidades que ofrece la minería verde en Chile. La intersección entre la minería y la sostenibilidad es más relevante que nunca, y su éxito dependerá de la capacidad de los actores involucrados para adaptarse a un futuro que exige innovaciones radicales y un compromiso con la protección del medio ambiente. Si el país logra convertir sus recursos en un modelo de producción sustentable, podría liderar el camino hacia un nuevo paradigma en la industria minera y siderúrgica a nivel global.

En un mundo donde la presión por adoptar prácticas más sostenibles es cada vez mayor, Boquerón Chañar podría convertirse en un pilar fundamental en la búsqueda de un equilibrio entre el desarrollo económico y la responsabilidad ambiental. La mirada está puesta en 2025, y el futuro del acero verde en Chile está en juego.
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El acero verde La producción de «acero verde» implica un enfoque significativamente diferente al de la producción tradicional de acero, especialmente en lo que respecta a las emisiones de carbono. A continuación, se detallan algunos de los aspectos clave:

Reducción de Emisiones de CO2:

– Proceso de Producción: En la producción convencional de acero, el principal método utilizado es el alto horno, que utiliza coque (un derivado del carbón) como agente reductor. Este proceso emite grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) debido a la combustión del carbón. En contraste, la producción de acero verde busca reemplazar el coque con hidrógeno como agente reductor. Cuando el hidrógeno se
utiliza para reducir el mineral de hierro, el único subproducto es el vapor de agua, lo que significa que se eliminan prácticamente las emisiones de CO2 asociadas con este proceso.

2. Uso de Energías Renovables:

– Descarbonización de la Energía: La producción de acero verde no solo depende del uso de hidrógeno, sino también de la fuente de energía utilizada para producirlo. Para que el acero sea verdaderamente «verde» el hidrógeno debe generarse a partir de fuentes de energía renovables, como la energía solar o eólica. Esto implica que el proceso de producción de hidrógeno debe ser descarbonizado, lo que contribuye a una reducción aún mayor de las emisiones de gases de efecto invernadero.

3. Ciclo de Vida del Producto:

– Análisis del Ciclo de Vida (ACV): La producción de acero verde también implica considerar el ciclo de vida completo del acero, desde la extracción del mineral hasta su procesamiento, uso y reciclaje. Un enfoque integral ayuda a identificar y mitigar las emisiones en cada etapa del proceso, no solo en la producción.

4. Estandarización y Certificación:
– Normativas y Certificaciones: Para que el acero producido sea considerado «verde» es probable que deba cumplir con ciertas normativas y certificaciones que verifiquen su bajo impacto ambiental. Estas regulaciones pueden incluir límites específicos de emisiones de carbono y requisitos de transparencia en la cadena de suministro.

5. Reducción de Huella de Carbono:
– Objetivos de Sostenibilidad: Las empresas que producen acero verde pueden contribuir a los objetivos globales de sostenibilidad y reducción de emisiones, como los establecidos en el Acuerdo de París. Esto es crucial para combatir el cambio climático y cumplir con las metas de reducción de emisiones a nivel nacional e internacional.

6. Innovación y Tecnología:

– Desarrollo Tecnológico: La transición hacia el acero verde implica la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías y procesos que minimicen el uso de carbono. Esto no solo incluye la producción de hidrógeno, sino también el desarrollo de métodos de captura y almacenamiento de carbono (CAC) que podrían complementar la producción convencional.

En resumen, la producción de acero verde representa un cambio radical en la industria siderúrgica, con un enfoque en la reducción drástica de las emisiones de carbono. Al sustituir el coque por hidrógeno en el proceso de producción y utilizar fuentes de energía renovable, se busca no solo minimizar el impacto ambiental, sino también contribuir a la lucha contra el cambio climático, haciendo de esta práctica una parte esencial de un futuro más sostenible.