La insólita presencia de Pedro León Gallo en la firma del acuerdo constituyente
Una inesperada conexión histórica donde Atacama fue protagonista: El hombre del cuadro que presidió la firma del acuerdo constituyente en el Congreso la figura señera de Pedro León Gallo.
Como lo recuerda la historia Pedro León Gallo, fue el primer intendente de Copiapó, y caudillo de la revolución de 1859, fue uno de los baluartes de la creación de un proceso que buscaba derogar la carta magna de 1833.
Miembro fundador del Partido Radical, además fue cabeza del Ejército constituyente, del diario El constituyente, y bajo su mando la ciudad tuvo una moneda propia: el peso constituyente. 160 años después, y como un sorprendente guiño, su imagen se posó detrás de los líderes políticos que anunciaron un inédito pacto nacional para cambiar la Constitución.
Es que en esta ocasión los presidentes de partidos políticos de oposición y del oficialismo no están bajo la mirada desde un cuadro de cualquier personaje. Estaban bajo la atenta mirada de un hombre que hizo noticia hace 160 años, aunque quizás, en la prisa y emoción del momento, no repararon en ello. Y no cualquier hombre, sino posiblemente el más simbólico de los esfuerzos constituyentes que se han hecho a lo largo de la historia del Chile independiente. “Historia que comenzó a escribirse en la región de Atacama”.
A última hora del pasado jueves, en un salón del Congreso Nacional, los parlamentarios desde el Frente Amplio a la UDI daban cuenta del acuerdo que busca reemplazar la constitución de 1980. Lo que seguro varios de ellos ignoraban era que ese individuo también fue parte de un proceso constituyente.
Heredero de una de las fortunas más importantes del país de la segunda mitad del siglo XIX, como la del mineral de Chañarcillo, (región de Atacama) Pedro León Gallo no se quedó solamente en administrar un patrimonio. Masón, ex alumno del Instituto Nacional, fue parte fundamental de la llamada Revolución de 1859, cuando la ciudad de Copiapó se alzó con la idea de reemplazar la entonces vigente carta fundamental de 1833 por una que garantizara más libertades y menos centralismo. Pedro León Gallo, fue aclamado como Intendente de Copiapó por los insurgentes que se levantaron contra la administración del Presidente Manuel Montt Torres a contar del 5 de enero de 1859, con la toma de las ciudades de Copiapó y Caldera. Este fue el comienzo de la llamada “Revolución constituyente”. Curiosamente, Gallo había combatido a favor de Montt –de quien era pariente- durante el motín de Urriola, el levantamiento de 1851 que pretendió derribar al gobierno.
Líder del “Ejército Constituyente”
Pero lo “constituyente” no se quedó solamente en una mera denominación. Una de sus primeras medidas fue la creación del llamado “Ejército constituyente”. La cosa era en serio. A pulso, el mismo Gallo utilizó sus recursos y medios con tal de facilitar la tarea. “Hacia fines de abril de 1859, el Ejercito Constituyente llegó a movilizar 1645 hombres, lo que correspondía casi a un 4% de la población masculina de la Provincia de Atacama. Los rebeldes construyeron carros blindados para el Ferrocarril Copiapó-Caldera, e incluso realizaron una improvisada industria de armamento, fabricado cañones gracias a la importante presencia de técnicos y maestranzas en la zona”, contó este año a Culto el historiador Joaquín Fernández Abara.
Incluso, el levantamiento tomó ribetes independentistas. A lo Cataluña, Copiapó tuvo su propia bandera (azul con una estrella amarilla), y una moneda propia con un nombre sugerente, más hoy: el peso constituyente. Gracias a la riqueza minera, fue la misma familia Gallo quien colocó los recursos para la acuñación del circulante.
Pero el protagonismo no solo corrió por cuenta de Gallo y la oligarquía minera. “Sectores artesanales y de pequeños mineros ocuparon mandos medios y de suboficiales en el Ejército Constituyente y de hecho hacia el final de la Guerra demostraron un importante grado de radicalidad: tras la derrota de Pedro León Gallo algunos artesanos se negaron a deponer las armas, y resistieron casa por casa en Copiapó la arremetida final de las tropas gobiernistas”, contó Fernández Abara a Culto.
Como si fuera poco, Copiapó tuvo su propio himno patrio. ¿El nombre? “La Constituyente: canción popular”. Escrita por el poeta Guillermo Matta, el mismo quien adornó con uno de sus versos el monolito en Tiltil en homenaje a Manuel Rodríguez.