LA COLUMNA MARCIAL
«LA CLASE DE PRUEBA»
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A menudo me llaman, escriben o se acercan al Dojo personas pidiendo información sobre los turnos, costos y requisitos para matricular a sus hijos. Todo estaría bien si no fuera porque seguido de eso, viene la famosa frase preguntando: «podría tener una clase de prueba?». La respuesta es tajante y es NO, no acostumbro ni me gusta dar esas «clases de prueba» por muchos motivos y solo por mencionar algunos:
-No tiene ningún sentido.- Los padres lo que buscan en su mayoría es ver si su hijo sonríe o llora. Si hace lo primero se queda si hace lo segundo «mejor regreso».
-Nadie se adapta en una clase. – Ni siquiera nosotros siendo adultos nos adaptamos a un trabajo en un día, mucho menos un niño de 5, 6 o 7 años, si a nosotros nos toma en algunas ocasiones meses congeniar con nuevos compañeros e inclusive el nuevo jefe, pues piensen lo difícil y la paciencia que conlleva hacerlo con un niño. NO LO VA HACER EN UNA CLASE.
-Qué criterio podría aplicar el Sensei, para saber si su hijo se adapta? Sabe de Karate el papá o mamá? Sabe de algún arte marcial? Ha practicado deporte alguna vez? Si la respuesta a alguna de estas tres preguntas es Sí, tengan por seguro que estas personas son las que NO piden la clase de prueba, más por el contrario lo inscriben sin preguntar, pues saben que cualquier deporte requiere disciplina y constancia, no una clase para «adaptarse».
Un karateca (y cualquier deportista) no se forma en un día, no se le descubre en una clase ni despega en un campeonato. Requiere tiempo, meses, incluso años.
Quizá algunos me critiquen y algunas personas expongan sus puntos por las cuales piden la clase de prueba. Lo cierto es que yo no lo hago ni lo haré, el que quiera entrenar que entrene, que se proponga hacerlo y luchar hasta donde el tiempo lo permita, el que quiera mirar, en YouTube hay bastante con qué.