Inclusión y empleo local: El recorrido de Salares Norte para transformarse en la iniciativa líder de Gold Fields en sustentabilidad

* En su última etapa de construcción, el proyecto estrella en materia greenfield de la empresa Gold Field espera terminar de constituir también su proceso operacional para producir al 100% en el año 2024. Una rápida resolución ambiental, colaboración con las comunidades y alta seguridad son los pilares que buscaría impulsar la aurífera en Atacama.

 

La minera de origen sudafricano, Gold Fields Limited, realizó un recorrido por las instalaciones de su nuevo proyecto aurífero “Salares Norte” ubicado en la región de Atacama. Junto a medios locales, la gerencia presentó en detalle sus procesos operacionales, de construcción e innovaciones en el rubro de la planta que pretende revolucionar la región.

Esta iniciativa buscará marcar un precedente en la compañía y en la región, transformándose en uno de los centros de extracción y producción de oro a cielo abierto con altos estándares en materia de sustentabilidad, impulso al empleo local, trabajo con las comunidades, seguridad e inclusión. 

“Este proyecto es muy diferente a lo que hay en Atacama, incluso en el país. Nosotros no depositamos el relave húmedo en un paredón, donde se acumulan residuos. Tenemos un depósito de relaves previamente filtrado. Entonces, a diferencia de otras minas que filtran el mineral que luego se transforma en concentrado de cobre u otros elementos, lo que hacemos aquí es filtrar el desperdicio: recuperamos casi el 80% del agua, solo un 17% se desecha”, explicó el gerente de construcción de la mina, Fabian D’Urso. 

Cerca de un 85,9% de Salares del Norte se encontraría operativo. La planta, que duraría 11 años y viene trabajando desde 2007 en labores preliminares, está en su última etapa de instrumentalización, a la espera de terminar las construcciones en el segundo trimestre de 2023. 

Según la página de la empresa minera, Salares Norte se ubica a 180 kilómetros al noreste de la ciudad de Diego de Almagro y a 330 kilómetros de la capital regional, Copiapó. En el campamento, con capacidad para albergar a 2080 trabajadores, se percibe entre 3700 y 3920 metros de altura. El “barrio cívico” y la mina, donde yacen el centro de operaciones y la gerencia, se pueden alcanzar casi 5 mil metros. 

Avances en seguridad y sanidad

Frente a los peligros que puede generar la exposición a la falta de oxígeno en el lugar, la minera enfatizó en que “este proyecto fue diseñado en un 50% para ser modularizado”. En otras palabras, las estructuras metálicas y eléctricas que necesitan de una amplia cantidad de trabajadores para su instalación, fueron adquiridas ya montadas.

Así, según el gerente D’Urso, los niveles de peligrosidad por trabajos en altura y el tiempo se ven reducidos. El trabajo se abocaría a la unión entre las cañerías de los módulos en sus áreas específicas.

“Se hizo un estudio de las rutas con la empresa contratista Fluor Corporation (encargada de edificar la mina desde 2020), así que cualquier medida de seguridad tuvo que ser supervisada, y adecuamos los módulos y construcciones para que sean aptas conforme a las exigencias ambientales y la seguridad de nuestra gente”, desarrolló el jefe de construcción.

Desde esta premisa, la empresa instaló nueve radares fotográficos por todo el trayecto con el fin de monitorear la velocidad. 

Sobre los efectos de la pandemia en la elaboración del proyecto, se adaptó, a través de un trabajo colaborativo con el Ministerio de Salud, todos los niveles operacionales de la mina. “Tuvimos que trabajar muy de cerca con las autoridades sanitarias, porque más allá de las medidas de prevención convencionales, desarrollamos una logística que evitara el contacto entre los trabajadores de distintos sectores para así no intensificar la propagación”, se explicitó en la charla oficial del recorrido.

Según la autoridad de la mina, esto permitió que no existieran episodios graves de contagios en el proceso de construcción del campamento. No obstante, aseguraron que adecuar las medidas significó un compromiso de todo el personal: empresas partícipes del proyecto, buses interurbanos y trabajadores de distintas áreas. 

Liderar en sustentabilidad

En palabras de D’Urso, una de las principales metas de Gold Fields es transformarse en “líderes mundiales en producción sustentable”. “Otras empresas se rigen por el retorno monetario a sus accionistas, mientras que nosotros ponemos nuestras fuerzas y estrategia en producir respetando el entorno”, detalló.

Parte de las iniciativas que materializarían esta misión, sería la implementación de tres estaciones fotovoltaicas que transformarían el 20% del consumo de diésel del campamento y planta en energías renovables. Esta innovación nace de las restricciones eléctricas producto de la lejanía con centros urbanos de proporción energética, misma situación que los llevó a innovar en materia hídrica.  

En esta línea, portan de cinco camiones permanentemente regando las rutas hacia la mina. Esto se realiza con el propósito de no levantar polvo y así generar partículas nocivas en el aire. El uso de camiones se complementa, según la gerencia, a través de constantes revisiones de la Comisión de Evaluación Ambiental de Atacama. De hecho, Gold Fields fue aprobado de manera unánime por esta instancia hace dos años.

Otro precedente que marcó el trato de la minera con las autoridades, es la rápida Resolución de Calificación Ambiental que recibieron. Normalmente, este tipo de informes tardan más de 18 meses en ser aprobadas si existen complejidades o sensibilidades en la zona. Este proyecto, catalogado como greenfield, demoró menos del promedio según D’Urso.

Hace dos días, desde la gobernación regional, delegación presidencial y seremías, dieron su visto bueno al proyecto tras la visita de sus principales autoridades a las instalaciones. “Nuestro contacto no es solo cuando ellos vienen a monitorear; con cada una de las instancias oficiales hemos ido trabajando el proyecto desde el inicio”, precisó el gerente.

Sobre un compromiso con la preservación de la biodiversidad, su política en torno a los animales silvestres y la flora se vería en el paso “Cuesta Vicuña”. En el viaje, D’Urso contó que deben parar el viaje cada vez que uno de estos animales se encuentra en la zona, con el fin de no perturbar su curso natural. Además, dentro de la planificación se incluyó causar el menor impacto a las flores típicas de ese sector.

Trabajo con las comunidades

Según las autoridades de Gold Fields, existe un vínculo profundo con las comunidades de la zona para levantar el proyecto. Actualmente, tendrían comunicación con cuatro grupos indígenas de la etnia Colla en la provincia de Chañaral.

Pese a que desde el inicio del proyecto existió esta vinculación, en 2015 estas se profundizaron producto del aluvión. Según se contó en la charla de apertura, la empresa ayudó a estas comunidades con labores humanitarias tras la catástrofe climática que sufrió la región de Atacama. Hasta el día de hoy, Gold Fields recibe inducciones de estas comunidades para entender su cosmovisión y guiar el sistema de trabajo en sus tierras.

Por otra parte, D’Urso informó que tienen un convenio con el Liceo Manuel Magalhaes Medling de Diego de Almagro para que sus estudiantes realicen pasantías en el proyecto. De hecho, ya hay egresados y certificados en la empresa ICV, que trabaja en la extracción minera. En esta línea, existirían también vinculaciones con establecimientos educacionales en Chañaral.

Inclusión y empleo local

Según los datos de Gold Fields, un 30% de las mujeres que trabajan en la compañía son por contratación directa de ellos. A nivel nacional, según la Consejo de Competencias Mineras y Eleva de Fundación Chile, en 2022 se registró un alza de 15% en la participación de mujeres en el rubro. 

En lo global, considerando las empresas contratistas y otras partícipes del proyecto, este porcentaje bajaría a 26%. Sin embargo, en contraste con los estudios anteriores, la generalidad en este sector de la economía es de un 10,3% según la Comisión Chilena del Cobre en su último informe de género (2021). 

En el caso del Liceo Magalhaes, se inició un programa en 2022 de operación de camiones que resultó en la graduación de diez estudiantes, donde existió paridad de género. 

Sobre la mano de obra local, según el gerente de operaciones, Richard Lizana, más de un 41% de personas de Atacama estarían trabajando solo en el sector de planta operacional. Un 19% serían mujeres, de un total de 160 personas ya contratadas. 

Lizana también es parte del Comité de Cultura de la planta Salares Norte, instancia que se encarga de generar espectáculos y actividades recreacionales que ayudan a las y los trabajadores a sobrellevar las labores de la zona. Entre los espacios de cultura son canchas de fútbol y conciertos. 

“Es una tremenda oportunidad para crear una cultura de trabajo diferente. Esto es lo que queremos seguir impulsando en la empresa”, agregó el jefe operacional.

Lo que viene

Tras dos años de constituirse el panel de operaciones, el término del proceso de construcciones y una serie de ratificaciones a nivel ambiental y comunitario, Gold Fields se prepara para poner en marcha una de las plantas de producción de oro y plata más innovadoras en la región.

En esta línea, el superintendente de operación en minas, Christian Cartagena, dijo la mina se encuentra totalmente equipada para proceder a su operación en expedito. Llevan dos años en trabajos y se espera que a finales de 2024 se empiece la producción en plenitud con cerca de 1200 trabajadores.

Luego de terminar las construcciones, Salares Norte entrará en una etapa de “comisionado” y “precomisionado”, donde se realizará una revisión de todas las instalaciones con el propósito de asegurar certeza ambiental, laboral y técnica. Este proceso se espera dar pie en julio de este año, junto con el término de la constitución del equipo de operaciones.

Desde la gerencia de operaciones, se afirmó que los procesos de comercialización estarían en etapas tempranas de negociación. Sin embargo, habría una gran cantidad de mercados interesados en trabajar con la empresa, que se propone producir 2,8 millones de onzas al año de metal doré (oro – plata), traducidas en 350,000 onzas anuales equivalentes de oro.