HIJO DE MINERO
POR GUILLERMO ZURITA BARRAZA,
SEREMI DE GOBIERNO,
REGIÓN DE ATACAMA.-
Como era de costumbre salía a su trabajo temprano en la mañana a esperar el bus que lo llevaba a sus labores diarias. Se subía al bus, a eso de las 6 a.m. y al ingresar sus compañeros de trabajo lo reconocían y lo saludaban con mucha gratitud, era un buen líder poco carismático, pero riguroso en los quehaceres diarios que imponía (..) el cerro como se dice en jerga minera.
Llegaba a la mina y se programaba la jornada con la reunión del turno y de ahí a “darle al cerro”. Algunos decían: “hoy será necesario mantener en cero los niveles de accidentes en nuestra faena”; pero para él era una Ley, siempre preocupado que durante el transcurso del día todos realizaran las labores encomendadas y lo más importante, era que todos los compañeros regresaran del turno bien a casa, a abrazar a sus familias, a chutear la pelota con sus hijos o simplemente ir a compartir un té de hoja en un tacho de loza. tal cual era la tradición minera de antaño.
Se esforzaba con ser un ejemplo, limpiaba su camión y lo dejaba radiante para que su compañero de turno entrante tuviera la maquina en las mejores condiciones. Le tiraban más de un chiste al ver radiante la máquina que con cariño describía al llegar a casa.
Algunos de sus jefes comentaban que la maquina N°52 brillaba entre el polvo y el sol, que entregaba siempre la mina.
Este era comentario obligado entre los demás que no podían entender esa dedicación absoluta por su máquina. A diario se definía como camionero y ya en su niñez veía “como poder conducir una nave”, como le gustaba decir, con los tarros de leche condensada que sobraban de los desayunos en su casa, se ponía armar máquinas y camiones donde las ruedas eran del plástico de algunas botellas, era su mundo y ahora lo hacía realidad.
La rigurosidad lo formó con rostro duro y cansado, pero tenía un buen corazón, se preocupaba que todo estuviera en orden y que los riesgos se minimizaran en el cerro. A él no lo movía el fútbol, ni era hincha de Colo Colo o la U, a él le gustaban los camiones y el cerro, ver el proceso para extracción de mineral y que se cumpliera con la seguridad.
Esa fue una enseñanza que entregó a sus hijos y que también le daba a sus compañeros, con un ritmo cansino llegaba a casa y hablaba sobre cómo cuidarse de los riesgos de la faena. Esas palabras hacen mucho sentido hoy en día: ¡Cuídate o el Cuidémonos!, porque a diario surcamos el riesgo de la pandemia, una que no ha dado respiro y que lamentablemente ha dejado a varias familias lamentando la pérdida de sus seres queridos, varias celebraciones esperando y muchos abrazos sin respuesta.
Hoy debemos hacer honra a esa frase “cuídate”, que la rigurosidad descrita por este minero de paso cansino, nos pueda guiar y hacer tomar conciencia en estos difíciles momentos que vivimos, las tasas de contagios no dan tregua y será necesario poder hacer un esfuerzo adicional en la lucha con la pandemia desde el ámbito sanitario, económico y político. Hoy debemos seguir comportándonos como el minero!!, el que hacia brillar su camión!! el 52!!, y que vociferaba con sus compañeros de oficio que debían cuidarse para llegar bien a casa (…) y así darle un beso a sus hijos y abrazar a su señora. Hoy es cuando todos los que vivimos en esta comunidad debemos ser “hijo de minero”, aquel que se despide de su padre, pero que con el correr de las horas no sabe a lo que el cerro le puede deparar.
Como en toda actividad existen riesgos y son impredecibles, pero hoy el riesgo de la pandemia se combate vacunándose, reduciendo la movilidad y respetando las normas de distanciamiento social. Las lecciones de este minero calaron hondo en sus hijos y compañeros de trabajo de la mina que lo acompañan hasta hoy en sus labores. Hoy somos todos, tú, yo y el de lado, hoy debemos mantenernos unidos, dialogantes y sobre todo empáticos ya que todos tenemos una responsabilidad y no es otra que derrotar esta pandemia y así poder volver a abrazarnos. Los riesgos siempre existirán, pero serán tarea de cada uno en ponerle atajo, hoy más que nunca somos todos, hoy más que nunca somos hijo de Minero!!.