Gremios aprovechan la coyuntura social para hacer sus propias peticiones
(Por Frenny Kelly Granado). La masiva manifestación que unos jóvenes santiaguinos iniciaron por el aumento de 30 pesos al valor del boleto en el Metro, fue la coyuntura que esperaban las diferentes organizaciones sociales para levantar la voz contra la estructura política del Gobierno, y si bien, luchan al unísono por los problemas que los atañe, también hacen peticiones particulares desde sus propias trincheras.
Los profesores municipalizados exigen la cancelación de la deuda histórica, estabilidad laboral y doble proceso de evaluación; los empleados de la salud piden fortalecer la red pública, incorporar una mayor cantidad de recursos humanos y presupuesto; la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) reclama una jornada laboral justa, reconocimiento a la actividad sindical y el presupuesto, mientras que los transportistas de locomoción colectiva exigen la eliminación del impuesto específico de combustibles.
Ese fue el panorama que se vivió durante este miércoles en la comuna de Copiapó, luego que los diferentes gremios se agruparan para marchar por las calles para expresar sus demandas sociales. Solo la CUT tenía miras de entregar su pliego de peticiones al intendente, Patricio Urquieta, pero éste no estaba en la sede del Gobierno Regional.
La agenda la marcó cada grupo; los transportistas, representantes de los jardines administrados Vía Transferencia de Fondos (VTF) y las asistentes de la educación de Tierra Amarilla salieron desde el frontis de la Municipalidad; mientras que los docentes, la CUT y los demás gremios, del Colegio de Profesores, en la calle Vallejos.
La ruta contempló, como todos los días, bordear la Plaza de Armas Arturo Prat y desfilar por el casco histórico, así que -como de costumbre- se llevó a cabo con absoluta normalidad; sin disturbios, ni impedimentos al derecho de manifestarse.
Juan Castillo Cortez, presidente de la Federación Regional de Taxis Colectivos, ratificó que los colectiveros de las 15 líneas de Copiapó aprovecharon esta brecha protestataria para recordar que durante muchos años han luchado para que se eliminen los impuestos que -en este momento- cobra más de 300 pesos de sus ingresos por cada litro de bencina que surten a sus vehículos.
“Hoy en día el gremio está trabajando a media máquina y nuestro sustento es con lo que hagamos día a día, así que necesitamos que nos den respuestas a las demandas que son legítima”, puntualizó el vocero, al tiempo que aclaró que la movilización fue voluntaria, por tanto, hubo un gran número de conductores que decidieron no abandonar la jornada de servicio.
El presidente de los asistentes de la educación de Tierra Amarilla dijo que los 170 trabajadores se adhirieron al paro, pero que, aun así, en dicha comuna se cumplen con los turnos éticos y la asistencia escolar, solo que con un horario reducido desde las 8:00 de la mañana hasta las 13:00 horas debido a la tranca de las calles.
Ellos piden, entre otras cosas, el incentivo al retiro porque “la gente se está muriendo y no les pagan (…) yo tengo tres personas que, desde el 2016, esperan la cancelación; ellos a penas caminan y tienen que seguir trabajando porque si se retiran no les van a solventar la deuda”.
En tanto Rogelio Pizarro Díaz, presidente comunal del Colegio de Profesores en Tierra Amarilla, explicó que además de ellos estuvieron los integrantes de la educación, que son unos 250, además de todos los empleados de la Municipalidad, salud y los sectores indígenas que “también tienen el derecho de poder manifestarse”.
Él fue enfático en aclarar que, pese a la firmeza con la que han hecho sus demandas sociales, están en contra de todo lo que tiene que ver con hechos violentos, ya que “nuestra marcha es extremadamente pacífica”.
Finalmente, Emilio Díaz, presidente de la CUT Provincial Copiapó, explicó que no se han delisgado de los lineamientos que se han dirigido a nivel nacional desde la Mesa de la Unidad Social para sumarse a las exigencias que, en su caso, van asociadas con mejoras salariales y otras peticiones.
De igual forma habló de un proceso constituyente que permita diseñar una Constitución mucho más directa; “queremos elementos básicos como la seguridad social, garantía a la educación y a la salud, así como el congelamiento de los servicios básicos, no solamente luz y agua, sino también gas e internet”, concluyó.
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