Gran Expectativa para la Fiesta de la Virgen de la Candelaria 2025
La celebración espera congregar a más de 50.000 fieles y contará con actividades religiosas, culturales y un fuerte despliegue organizativo.
Por Felipe Mery Tapia.
La Fiesta de la Virgen de la Candelaria 2025 se perfila como uno de los eventos religiosos más importantes de Atacama. Este año, la celebración tiene un matiz especial, ya que la fiesta principal coincidirá con el domingo 2 de febrero, algo que ocurre solo cada siete años. Según el Padre Francisco Javier Medina Tabilo, párroco del Santuario de la Candelaria, esta coincidencia potencia su significado, alineándola con el calendario litúrgico universal y transformándola en un mayor motivo de gozo para la comunidad.
Desde el 23 de enero hasta el 2 de febrero, el santuario será testigo de una serie de actividades que reflejan la fe y devoción popular de miles de creyentes. La procesión de las candelas, programada para el sábado 1 de febrero, y la misa solemne del domingo 2, son solo algunas de las instancias más esperadas, las cuales atraerán a fieles de todo el país.
El Padre Francisco Javier destacó que, este año, alrededor de 60 bailes religiosos provenientes de localidades como Diego de Almagro, Chañaral, Vallenar y Huasco acompañarán las festividades. Estos grupos, coordinados por la Federación de Bailes Religiosos, no solo enriquecen la celebración con sus expresiones de fe, sino que también representan un importante legado cultural y espiritual.
UN EVENTO MASIVO CON PREPARACIÓN ANTICIPADA
Clasificada como evento masivo, la organización de la fiesta ha requerido estrictas coordinaciones entre el santuario y diversas instituciones gubernamentales como Senapred, Carabineros, la Delegación Presidencial, el Ministerio de Transportes y el Ministerio de Salud. “El Santuario se nos hace pequeño con la cantidad de peregrinos que nos visitan”, comentó el sacerdote, quien explicó que 25 comisiones trabajan desde septiembre para garantizar que todo esté preparado.
La logística incluye medidas para el resguardo de la seguridad de los asistentes, la habilitación de espacios, servicios básicos y una programación que involucra a las parroquias de toda la diócesis. Además, durante los días de celebración, el santuario contará con la colaboración de 16 coros y equipos de voluntarios que atenderán las necesidades espirituales y prácticas de los peregrinos.
“Lo hermoso de esta organización es que es completamente voluntaria. Muchos hermanos incluso solicitan sus vacaciones para dedicar estos días al servicio de los demás, desde la limpieza hasta el acompañamiento espiritual”, agregó el Padre Francisco Javier.
SUEÑOS DE MODERNIZACIÓN: EL FUTURO DEL SANTUARIO DE LA CANDELARIA
Paralelamente a los preparativos de la fiesta, el Santuario de la Candelaria se encuentra en la etapa de diseño de un ambicioso proyecto de remodelación. Este proceso, liderado por un equipo de arquitectos de La Serena, contempla la modernización total del templo, lo que lo convertirá en uno de los más modernos del país.
“Estamos soñando cómo será nuestro santuario en el futuro. Ya hemos realizado una primera reunión de participación ciudadana con juntas de vecinos, integrantes de bailes religiosos y miembros de la comunidad para recoger ideas. Esta etapa concluirá en octubre de este año, y se estima que las obras comiencen entre 2026 y 2027”, explicó el Sacerdote.
La remodelación incluye estudios de suelo, conservación de las pinturas históricas y una inversión significativa. Este esfuerzo no solo busca mejorar la infraestructura para acoger a los miles de peregrinos que llegan cada año, sino también consolidar al santuario como un espacio de encuentro espiritual y cultural en la región.
UNA DEVOCIÓN QUE TRASCIENDE GENERACIONES
La Fiesta de la Virgen de la Candelaria no solo es un evento religioso, sino también un reflejo de la profunda identidad cultural de Atacama. En ella convergen generaciones enteras de familias que, motivadas por mandas y promesas, participan activamente en cada una de las actividades.
“Es maravilloso ver a papás jóvenes con sus hijos, a mamás, y también a jóvenes comprometidos que integran los bailes religiosos, reafirmando que la piedad popular no tiene edad”, comentó el Padre Francisco.
Con el santuario declarado como templo jubilar este año, los fieles podrán recibir la indulgencia plenaria al cumplir con los requisitos establecidos por la iglesia, sumando un motivo más para participar en esta celebración, siendo un espacio de fe, jubilo, encuentro y tradición que une a la región de Atacama y trasciende más allá de sus fronteras.
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