FMI advierte sobre fragmentación política en Chile y dice que «preocupa la incertidumbre» en torno a las isapres
El Fondo Monetario Internacional (FMI) entregó su declaración tras el término de la misión del Artículo IV correspondiente a 2023. La entidad resaltó que los desequilibrios macroeconómicos que Chile acumuló durante la pandemia se han corregido en gran medida, pero advirtió que la coyuntura externa sigue siendo complicada. Asimismo, destacó que las prioridades en materia de políticas están «reorientándose hacia lograr una economía más inclusiva, dinámica y verde».
«Para tales efectos, resulta necesario reformar el régimen tributario y de pensiones para financiar las necesidades sociales, así como también, realizar esfuerzos para promover la inversión, especialmente para avanzar hacia una transición verde, incluyendo una estrategia clara a largo plazo para desarrollar la industria del litio», afirmó el organismo internacional. Por otro lado, dijo que la adaptación continua de los muy sólidos marcos institucionales de políticas de Chile a nuevos desarrollos, en particular los marcos de política fiscal, monetaria y del sector financiero, reforzará la resiliencia en un mundo más propenso a shocks.
Con respecto a la situación de la economía, destacó que la necesaria aplicación de políticas macroeconómicas más restrictivas ha facilitado la normalización de la demanda interna tras los desequilibrios que surgieron durante la pandemia.
«La actividad económica ha empezado a dar indicios de estabilidad en el segundo semestre de 2023», dijo.
«Se prevé que la inflación se desacelere a un 4%- 4,5% para finales de 2023 y que converja hacia la meta de 3% en el segundo semestre de 2024», afirmó el organismo.
Así, el personal técnico del FMI proyecta que el crecimiento trimestral retorne a su ritmo potencial durante el 2024, con cifras de crecimiento del PIB real de 1,5–2% ese año, y 2–2,5% a mediano plazo. «Se prevé que la inflación se desacelere a un 4%- 4,5% para finales de 2023 y que converja hacia la meta de 3% en el segundo semestre de 2024», señaló.
En tanto, se proyecta que el déficit en cuenta corriente se reduzca a 3¼ por ciento del PIB en 2023 y a alrededor del 3% del PIB a mediano plazo. «Los principales riesgos externos son incertidumbres en torno a un periodo prolongado de tasas de interés altas en el mundo, la volatilidad de los precios de las materias primas debido a la desaceleración en China y la intensificación de los conflictos regionales en el mundo», advirtió la entidad.
En cuanto a los riesgos internos, mencionó que la polarización y fragmentación política podrían llevar a demoras adicionales en las reformas. Además, el descontento social por la desigualdad y la situación de la seguridad sigue estando presente. «También preocupa la incertidumbre acerca de la solvencia de las instituciones de salud previsional (Isapres)», aseguró.