Entrevista a Marcelo Díaz Suazo sobre el proceso constituyente
Marcelo Díaz Suazo es académico y abogado, fue Decano de la Facultad de Derecho de la UDA y Presidente del Colegio de Abogados de Atacama. Hoy disputa un cupo como candidato a Constituyente al interior del PPD con el Presidente Regional de ese partido, el audiovisualista Octavio Meneses.
P: ¿Por qué ha optado por una candidatura desde un partido político cuando la ciudadanía exige independencia y entiende ésta como “no militancia”?
R: Hay muchos argumentos para resolver dicha inquietud, pero me gustaría resumirlos en lo siguiente: Soy respetuoso de las instituciones, porque creo en la institucionalidad, y los partidos políticos son instituciones claves para el desarrollo y fortalecimiento de la democracia. Si queremos más y mejor democracia, los partidos políticos cumplen un rol relevante en esta tarea, con formación doctrinaria, liderazgos potentes y mayor democracia interna. El actual proceso constituyente no sería tal si en noviembre del año pasado, partidos políticos de gobierno y oposición no se hubieran puesto de acuerdo, en un consenso histórico y con honrosas excepciones, para ofrecer al país un camino institucional que permitiera resolver pacíficamente la grave crisis que dejó al descubierto el estallido social de 18 de octubre de 2019. Por lo demás, y respecto del PPD, mi partido, no hay que olvidar que éste nació para recuperar la democracia en Chile y, hoy, es parte activa del actual proceso constituyente, abierto a la ciudadanía, donde el 50% de sus candidatos a la Convención Constitucional serán independientes, pero no neutrales, porque todos, militantes y no militantes, queremos un país más solidario, respetuoso de los Derechos Humanos, con igualdad de oportunidades, sin excepciones ni privilegios, y la nueva Constitución deberá ser capaz de plasmar este deseo mayoritario.
P: ¿Por qué necesitamos una nueva Constitución?
R: Porque nuestra sociedad requiere de un pacto social renovado; un nuevo trato acorde a la realidad que hoy vive el país y que -como ya señalé- quedó de manifiesto con el estallido social del 18 de octubre de 2019. La amplísima mayoría obtenida por el “apruebo” en el plebiscito de 25 de octubre pasado así lo demuestra. Dado su origen, en dictadura, la Constitución Política de 1980 no da respuesta a esa realidad. Por ello, una nueva Constitución se transforma en la mejor vía para alcanzar ese nuevo pacto social y canalizar el descontento ciudadano por un camino institucional. Así lo entendieron los líderes políticos que suscribieron el acuerdo que ha permitido llevar adelante el proceso constituyente, cuyo hito fundamental -hasta este momento- ha sido el plebiscito del 25 de octubre.
P: Y, ¿es posible alcanzar un acuerdo?
R: Yo creo que sí. La gran participación en el plebiscito, sobre todo de jóvenes, a pesar de la pandemia, y las restricciones de desplazamiento que ella implicaba, comprueban el espíritu de diálogo de la ciudadanía, que -ante el conflicto- busca vías pacíficas de solución a la crisis que enfrentamos. El diálogo resulta fundamental para salir adelante, y otros candidatos a constituyentes, como Agustín Squella, quien fue mi profesor en la Escuela de Derecho, así ya lo han hecho patente.
P: De lograrse el acuerdo, ¿cómo debería ser la nueva Constitución?
R: Ya hay una base, la reforma constitucional que permitió dar inicio al proceso constituyente señaló con precisión que el texto de Nueva Constitución “deberá respetar el carácter de República del Estado de Chile, su régimen democrático, las sentencias judiciales firmes y ejecutoriadas y los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes”. No obstante, además, me parece, compartiendo con lo que opina la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país, según lo demuestran todas las últimas encuestas de opinión, los chilenos y chilenas aspiramos también a la concreción de un Estado Social de Derecho, de un Estado proactivo, que promueva la justicia social en el marco de una democracia representativa y una economía social de mercado.
P: ¿Un Chile socialdemócrata?
R: Sin lugar a dudas, y enhorabuena, porque éste es el ideario que he abrazado toda mi vida. Porque soy un socialdemócrata de siempre, y no de última hora, como algunos descaradamente intentan presentarse. Para mí, al igual que para la mayoría de nuestros compatriotas, educación, salud, vivienda y seguridad social son Derechos Humanos fundamentales, que merecen protección jurídica, incluso más allá de las legislaciones nacionales, a fin de garantizar el bienestar de la población. Por ello, su consagración en una nueva Constitución debe ser una tarea primordial.