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DESAFÍOS Y REFLEXIONES SOBRE LA EDUCACIÓN TÉCNICA PROFESIONAL EN LA REGIÓN DE ATACAMA

Director Ejecutivo (S) del SLEP Atacama,
Luis Adasme Padilla.

Como Servicio Local de Educación Pública (SLEP) de Atacama, creemos en la importancia estratégica de la Educación Media Técnica Profesional (EMTP) como el motor que impulsará el desarrollo de nuestra región y que aportará al futuro de las y los jóvenes de esta. Aunque miremos el panorama con un sentido alentador, es necesario mirar con un sentido crítico los avances y desafíos.

Es cierto que la EMTP ha experimentado un crecimiento importante en Chile, con casi el 40% de los estudiantes de 3º y 4º medio inscritos en programas de educación técnica profesional. Sin embargo, la cantidad no siempre se traduce en calidad, y es aquí donde debemos centrar nuestra atención. ¿Estamos ofreciendo una educación técnica de alto nivel que prepare a nuestros jóvenes para el mundo laboral y las demandas del siglo XXI, y que conversa con las vocaciones productivas de nuestra Región de Atacama?

Se mencionan avances legislativos que supuestamente han fortalecido la EMTP, como la redefinición curricular de las especialidades y la creación de CFT estatales. Según un artículo publicado por la Universidad Alberto Hurtado, estos cambios son un paso importante, pero aún queda mucho por hacer para mejorar la calidad de la educación técnica. ¿Se han traducido estos cambios en una mejora real en la calidad de la educación que reciben nuestros estudiantes?

Uno de los puntos críticos a abordar es la brecha de género en la EMTP. Según el mismo artículo de la Universidad Alberto Hurtado, es alarmante que en 2020 solo el 15% de los estudiantes de especialidades STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) en esta modalidad fueran mujeres, mientras que, en la educación universitaria, ese porcentaje se duplica. Esto pone de manifiesto una desigualdad que debe abordarse con seriedad y urgencia.

La EMTP no solo debería ser vista como una vía para salir de la pobreza, sino como una opción de crecimiento formativo de calidad, articulada a una red integrada con el subsistema de educación impartida por CFT e Institutos de Formación de Técnicos de Nivel Superior. Sin embargo, en muchos casos, persisten carencias en los instrumentos de aprendizaje y en el contenido pedagógico. Además, el gran problema que se genera en la transición de la formación al mundo laboral sigue siendo un desafío para muchos estudiantes.

Es evidente que se necesitan recursos y colaboración del sector privado, especialmente de las empresas mineras que operan en nuestra región. Según el mismo artículo, la colaboración con el sector privado puede ser beneficiosa, pero debe gestionarse con cuidado para garantizar la calidad y la independencia de la educación. No debemos olvidar que la educación es un bien público y, como tal, es responsabilidad del Estado garantizar su calidad y accesibilidad para todos.

En el SLEP de Atacama hemos propiciado la firma de convenios con instituciones como Santo Tomás e INACAP de alternancias curriculares, no podemos ignorar que estas alianzas pueden traer consigo una ayuda para la formación profesional y la continuación de estudios superiores de nuestros alumnos y alumnas pero aún falta mucho trabajo de todos quienes estamos formando al capital humano de avanzada que potencie la matriz productiva de la región, con grandes oportunidades, en turismo de intereses especiales, minería no metálica, las energías renovables como la fotovoltaica, astronomía, paleontología, como hemos reiterado estamos frente a un desierto de oportunidades aún no exploradas.

En resumen, mientras celebramos los avances en la EMTP, no podemos perder de vista los desafíos que aún persisten. La educación técnica debe ser una puerta de entrada al desarrollo sostenible y equitativo de Atacama y de Chile en su conjunto. Para lograrlo, es fundamental que la crítica constructiva y la búsqueda de soluciones efectivas estén en el centro de nuestras acciones y decisiones en el ámbito educativo.