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Concejal Juan Manuel Cáceres: “El actual proceso constituyente es menos democrático que el anterior”

* Un segundo intento constitucional que no resuena en la izquierda no oficialista. La autoridad comunal abordó la situación de su sector post plebiscito, las críticas hacia el nuevo Consejo Constitucional y llamó a Apruebo Dignidad a realizar una próxima primaria municipal.

 

Las listas de independientes, que posibilitaron la entrada de nuevos actores sociales a la ex Convención Constitucional, quedaron fuera del nuevo pacto constituyente. El “Acuerdo por Chile”, suscrito a principios de enero por el Congreso, no convence a ciertas figuras que hicieron su debut en la política institucional tras el estallido social y que sufrieron el rechazo de su proyecto político.

El concejal independiente (Partido Igualdad) de Copiapó, Juan Manuel Cáceres, fue presidente de la Comisión de Participación Popular para la Nueva Constitución de la Municipalidad. La instancia organizó cabildos, asambleas y actividades de difusión en la comuna. Tras meses de funcionamiento, un decreto de Contraloría habría limitado la operación de este espacio justo antes del proceso de campaña.

En conversación con Diario Chañarcillo, la autoridad comunal comentó la actual desarticulación que vive la izquierda independiente en la región, sus críticas al Consejo Constitucional, al Gobierno y proyecciones de los próximos comicios municipales. Todo en la voz de un activo colaborador del proceso constituyente anterior.

 

Sin olor a pueblo

P: Se aprobó la reforma que dará pie al nuevo proceso constitucional. ¿Le parece que este segundo intento va a lograr finalmente una nueva Constitución?

R: Es muy probable que se apruebe la propuesta que emane del nuevo órgano, pero en definitiva no va a ser “nueva”. Tendrá características muy similares a la que tenemos ahora: planeada y maquinada por una élite que no tiene ningún interés en cambiar nada. De hecho, siento que puede hasta profundizar el actual modelo que mantiene precarizado al pueblo chileno. Es un proceso mucho menos democrático que el anterior, porque es impuesto por la derecha y el gran empresariado.

 

P: ¿Qué tiene de menos democrático?

R: Primero, la ciudadanía organizada, los territorios y las regiones distantes no están siendo protagonistas de este acuerdo. Todo se elaboró desde arriba, desde el centralismo. Entonces, no podemos hablar de un proceso democratizador solamente por emitir el derecho a voto; aquí no veo intenciones de incluir las distintas sensibilidades y culturas en una discusión amplia como ocurrió en la Convención Constitucional, sino a los mismos partidos de siempre.

 

P: ¿Y por qué cree que no se han incluido? ¿Tiene que ver con la falta de lista de independientes?

R: Sí, pero tiene que ver también en cómo se gesta. Claramente, la falta de este mecanismo imposibilita que otros actores sociales fuera de lo partidista puedan participar como antes, pero incluso permaneciendo siento que este proceso tiene una falta de legitimidad de base.

Ahora, siento que no es la solución definitiva llenar de independientes. Hay que trabajar con partidos, pero con aquellos que no estén al servicio del orden y status quo. En definitiva, debemos avanzar con quienes busquen el buen vivir y mejorar la calidad de vida de las personas.

 

P: ¿Qué opina sobre la incorporación de un Comité de Expertos para este nuevo proceso?

R: La idea de abogados constitucionalistas escribiendo la constitución, encerrados y de terno siempre ha estado, incluso antes del proceso anterior. Yo rechazo esa postura. A mi gusta que una Constitución tenga olor a pueblo: con presencia de pobladores, dueñas de casas, disidencias sexuales, artistas y todos los sectores excluidos que pareciera que no pudieran tratar este tipo de temas porque no son expertos. Acá lo importante es expresar la gran diversidad de vidas que habitan en Chile, y el Comité lo que viene a hacer es coartar esa expresividad.

 

P: ¿Y de las figuras que sondean los partidos para el Consejo? los ex presidentes Lagos y Bachelet, el ex alcalde Alessandri…

R: Todos son lo mismo. Son quienes han estado sentados en los sillones del poder bajo un mandato que responde a mantener un modelo excluyente, donde solo algunos tienen privilegios y al resto se les deja viviendo en zonas de sacrificio. Representan todo lo que, al menos, mi sector no quiere escribiendo la Constitución, sin heterogeneidad.

 

P: ¿Este proceso entonces debilita a su sector?

R: Claramente, pero la izquierda en realidad no debería legitimar este proceso. Como organizaciones sociales y partido en formación, llamaremos a la ciudadanía a votar nulo pues no apoyaremos ni postularemos a ningún candidato.

 

P: ¿Por qué según usted la izquierda no debería apoyar esta iniciativa?

R: No tendría sentido llamar a participar si como sector, se supone, buscamos la superación del modelo neoliberal. Todas estas izquierdas concertacionistas que hoy se hacen llamar “socialistas democráticas”, en verdad trabajan para desmantelar el Estado y proteger a sus accionistas. Se quedaron en la comodidad institucional y hoy, quienes pertenecemos a un viraje extraparlamentario, estamos también muy perdidos y desarticulados.

 

No estábamos preparados

P: Hay sectores de la izquierda y el mundo de las organizaciones sociales que hoy, luego del Rechazo, se encuentran prácticamente inactivas. En la región, se encuentra el caso de la Asamblea Constituyente de Atacama, donde usted participó. ¿Qué pasó?

R: El plebiscito y la carga de elecciones que supuso la coyuntura política, cansó a la ciudadanía. Sobre todo, a las asambleas y movimientos territoriales, que experimentaron un desgaste que se tradujo en una aplastante derrota desmoralizante. Nos empezamos a echar la culpa del fracaso, y eso de alguna manera actuó como un reflujo hacia las organizaciones y al pueblo movilizado en general. En resumen, nos fuimos a la casa o nos replegamos.

 

P: ¿Y qué faltó para evitar esta desarticulación? ¿Mejores liderazgos, mejor contención?

R: Una combinación de varios factores. Pero yo creo que lo principal es el hecho de no habernos preparado para el peor de los escenarios, que fue el que ocurrió el 4 de septiembre.

 

P: Entonces no previeron una derrota de esa magnitud…

R: Claro, pero tampoco estuvimos preparados para la revuelta social y todo el proceso posterior. Si bien la Convención Constitucional desarrolló un trabajo impecable a mi visión, el poco tiempo que se dispuso fue una de las trampas que explica el resultado. Tampoco hay que olvidar la maquinaria de noticias falsas que orquestó la derecha, que confundió a la población.

 

P: ¿Pero no se sienten también responsables del resultado y del actual momento de la izquierda no institucional?

R: Por supuesto que hay cierta responsabilidad, por algo en la población Juan Pablo II votó más gente por el Rechazo que por el Apruebo. No supimos estar ahí, como sí supieron incidir espacios como “Evangélicos por el Rechazo” o los republicanos. Es cierto que lo lograron a través del clientelismo, pero finalmente ganaron. Debemos dejar de ir divididos como fuerzas transformadoras mientras la derecha va en un solo bloque; dejar de creernos los iluminados; dejar de llamar a comunicados de prensa que son inertes. Hay que ir a las poblaciones, a las ollas comunes y mancharse los zapatos con barro.

 

Desconfianzas de base

P: ¿Tiene el Gobierno parte de la culpa en la situación política actual del sector?

R: Sí, no pueden eximirse de responsabilidades. No puede anunciar pretensiones transformadoras que finalmente no son tales. El Presidente Gabriel Boric está trabajando muy bien con la oposición, y no está siendo capaz de encabezar un proceso que en distintas instancias está intentando ser suavizado por fuerzas de la ex Concertación.

 

P: Pero usted hizo campaña y votó por el actual Mandatario…

R: El tema es que nosotros siempre fuimos sinceros en que existía una desconfianza. Trabajamos para que no saliera Kast, porque en el fondo sabíamos que Boric no tendría el estandarte para liderar estos cambios.

 

¿Una primaria con Apruebo Dignidad?

P: Las elecciones de consejeros dejarán inhabilitados a quienes resulten electos para los próximos comicios luego de terminado el proceso. ¿No se han acercado a ustedes los partidos oficialistas en la región para tener otras alternativas?

R: Hasta el momento no. Veo difícil que se acerquen, pues hemos sido claros como un movimiento de oposición. Aunque ojo, no porque estemos en desacuerdo con el rumbo de este Gobierno significa que armaremos una campaña en contra, pues no queremos alimentar a la derecha.

 

P: De no recurrir al oficialismo, ¿se le ocurre algún plan para rearticular a su sector en la región?

R: Hay asambleas territoriales, movimientos de artistas, sectores de la Primera Línea Copiapó e incluso el Partido Comunista (Acción Proletaria) con quienes nos gustaría conversar. Sin embargo, se puede trabajar junto al oficialismo porque, repito, no es momento de dividirnos.

 

P: ¿Y de qué manera podrían trabajar?

R: Juntos pero no revueltos, en proyectos comunes. Incluso, fíjate, a mi me encantaría que con Apruebo Dignidad podamos sacar un candidato en conjunto para las próximas municipales, pero está difícil.

 

P: Convocaría a una primaria con el Frente Amplio y el Partido Comunista entonces…

R: Sí, llamo a Apruebo Dignidad a que tengamos una primaria en conjunto con el Partido Igualdad y otras fuerzas de izquierda, para enfrentar a la derecha que está fortaleciéndose en Atacama.