Comercio y servicios públicos y privados cerraron temprano por la conmemoración del estallido social
Como medidas de prevención, y de cuidado hacia las personas, y atendiendo al llamado que aparecieron en redes sociales, por la conmemoración del segundo aniversario ayer lunes 18 de octubre, del llamado ‘estallido social’, es que diversas instancias, tales como el comercio, y entidades públicas y privadas, decidieron acortar su atención al público.
Es así que mayormente el comercio copiapino comenzó a bajar sus cortinas (metálicas adoptadas tras los hechos del primer y segundo 18 de octubre, en que fueron blanco del vandalismo), a tempranas horas.
A ello se agrega que por ejemplo el municipio redujo el horario de atención en sus dependencias, igual situación ocurrió en los vacunatorios, a donde debía acudir los llamados por la inoculación por el Coronavirus y la Influenza.
También se notó la ostensible disminución de los servicios de locomoción colectiva, mayor y menor, afectando principalmente a los usuarios que requerían desplazarse hacia sus domicilios.
Otro detalle se registró, según testigos, fue el alza del traslado de pasajeros desde el Aerpuerto Desierto de Atacama hacia la capital regional, y que incluso cobraban hasta los 30 mil o 40 mil pesos para el desplazamiento.
También se produjo el cierre de la calle O’Higgins entre Vallejos y Colipí, donde se ubican las dependencias de la Segunda Comisaría de Carabineros.
En tanto que el edificio del Gobierno Regional fue resguardado por las fuerzas policiales, y hubo algunas escaramuzas con protestantes.
Pasadas las 18.00 horas, en la Plaza Prat se congregó alrededor de un centenar de personas, con el propósito de realizar un acto cultural, para luego hacer una marcha que en horas de anoche llegó a congregar cerca de mil 400 personas.
Comentario aparte merece señalar las condiciones en que quedó la estatua a la Minería, situada en el centro de la Plaza, la cual nuevamente fue atacada nuevamente.
Una jornada que marcó inquietud en la comunidad, por los hechos que se pudieran registrar, ya que en las anteriores conmemoraciones hubo marchas, las que posteriormente se convirtieron en daños a la propiedad pública y privada; y que aún quedan huellas.