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Chile tendrá hasta abril para decidir cómo quiere escribir su nueva Constitución

Los habitantes podrán elegir entre una Convención Mixta Constitucional o una Convención Constitucional, lo que no es otra cosa que una Asamblea Constituyente. En ambos casos serán elegidos sus integrantes, solo que, en la primera opción, habrá un 50 % de parlamentarios.

(Por Frenny Kelly Granado). ¿Quiere usted una nueva Constitución?, aprueba o rechaza.

¿Qué tipo de órgano debiera redactar la nueva Constitución?, primera opción: Convención Mixta Constitucional; segunda opción: Convención Constitucional.

Esas son las dos preguntas que en abril del 2020 deberá responder la ciudadanía en el plebiscito que, la madrugada de este viernes, se acordó entre los partidos políticos, senadores y diputados -tanto de oposición como del oficialismo- tras una intensa jornada que se llevó a cabo en la antigua sede del Congreso en Santiago.

El “Acuerdo por la paz y la nueva Constitución” que anunció el presidente del Senado, Jaime Quintana, pasadas las 2:00 de la madrugada, se centra -casi en su totalidad- en la reescritura absoluta de la Carta Magna y en los mecanismos que se aplicarán para lograrlo. En general son 12 puntos y solo uno, el primero, se refiere a que los partidos que suscriben el documento deben “garantizar su compromiso con el restablecimiento de la paz y el orden público”.

Los demás, a partir del segundo, explican detalladamente los lineamientos que se seguirán para cumplir con el proceso constituyente; es decir, desde la consulta popular para saber cómo se hará, hasta la elección de los representantes que participarán en la redacción del nuevo texto y la revisión ratificatoria de lo que resulte tras la creación del instrumento constitucional.

PASO A PASO

Quienes voten en el plebiscito deberán entender la diferencia entre la Convención Mixta Constitucional y la Convención Constitucional, y en función de ello escoger la opción que mejor les parezca para responder a sus intereses de intervención ciudadana.

La primera significa que 50 % de los participantes serán elegidos de la ciudadanía y el otro 50 % estará representado por los parlamentarios. En el acuerdo se lee que “será integrada en partes iguales por miembros electos para el efecto, y parlamentarios en ejercicio”.

La segunda opción, por su parte, se refiere a que el 100 % de las personas que construirán la Carta Fundamental será elegido en su totalidad; es decir, no habrá intervención de legisladores a menos que estos renuncien a sus cargos actuales y se postulen como un ciudadano más. “Sus integrantes serán electos íntegramente”, dice el documento en su punto cuatro.

Una vez que se confirme que la mayoría de los chilenos quiere que se derogue la Constitución de 1980 y que se determiné cómo se hará, se escogerán a las personas que serán parte del órgano constituyente que resulte en el referéndum; dicho sufragio universal será en octubre, “conjuntamente con las elecciones regionales y municipales”.

“La elección de los miembros de ambas instancias se realizará en el mes de octubre de 2020 (…) con el mismo sistema electoral que rige en las elecciones de Diputados en la proporción correspondiente”, establece el acuerdo en el mismo ítem cuatro.

Con la decisión y los actores, comenzará el proceso de discusión, evaluación y redacción del nuevo ordenamiento jurídico nacional, pero aún no queda claro si la fecha de la instalación del órgano constituyente será inmediatamente después de la votación; lo que sí se esclareció en el acuerdo es que tendrá un plazo de funcionamiento de hasta nueve meses, prorrogable una sola vez por 90 días.

Las competencias del órgano serán exclusivas para redactar la nueva Constitución, por lo que los constituyentistas no tendrán “atribuciones de los demás órganos y poderes del Estado”; de hecho, para que se aprueben las normas y el reglamento de votación, deberá contar con “un quórum de dos tercios de sus miembros en ejercicio” que no podrá ser alterado en ninguna circunstancia.

La Constitución que resulte de ese proceso no será promulgada ni publicada hasta tanto no se realice un nuevo plebiscito ratificatorio mediante sufragio universal obligatorio. Esto deberá ser a los “sesenta días posteriores a la devolución del nuevo texto constitucional por parte del órgano constituyente” y, posteriormente a ello, entrará en vigencia y derogará a la actual.

Para entonces la Convención que haya sido elegida estará disuelta, puesto que su duración será hasta que esté “cumplida la tarea que le fue encomendada”. Cabe destacar que los miembros del órgano constitucional que hayan abandonado sus cargos públicos y de elección popular para participar en este proceso, estarán inhabilitados un año “desde que cesen en su mandato”.

PROCESO

El anuncio que esperaba el grueso de los protestantes que, desde los primeros días de octubre tomaron las calles para pedir un cambio estructural en el modelo político del país, demoró 28 días en establecerse. Por fin, Gobierno y oposición se pusieron de acuerdo para fijar los lineamientos que conduzcan a un proceso constituyente que lleven a la creación de una nueva Constitución lo cual, en teoría, pedían la mayoría de los manifestantes.

El “Acuerdo por la paz y la nueva Constitución” fue presentado por los partidos de oposición a excepción del Comunista (PC), el Progresista (PP), el Humanista (PH) y el Regionalista Verde (PRV); la oposición, por su parte evaluó la propuesta y, luego de consensuar los principales puntos, anunció que se sumaría a la iniciativa constituyente.

Los medios nacionales cuyos periodistas estuvieron en el Congreso durante la madrugada, informaron que el principal obstáculo se centraba en el cuórum requerido para aprobar la Carta Fundamental y si los dos tercios que establece el acuerdo, se aplicarán a cada artículo, a cada capítulo o de forma general a todo el texto. “Esa última opción sería la apuesta de la derecha porque de ser así, siendo minoría podrían vetar el texto completo”, publicó uno de los diarios.

El civismo que mostraron los parlamentarios y presidentes de los partidos al ceder desde sus posturas iniciales fue celebrado por la mayoría, incluso por el ministro del Interior, Gonzalo Blumel que monitoreó toda la jornada y a las 2:51 publicó en su cuenta twitter el documento de dos páginas.

La responsabilidad de comunicarle al país los detalles de este acuerdo histórico cayó sobre los hombres de Jaime Quintana, quien estuvo acompañado de los presidentes de Renovación Nacional (RN), Mario Desbordes; de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Jacqueline van Rysselberghe; del Partido por la Democracia (PPD), Heraldo Muñoz; del Partido Socialista (PS), Álvaro Elizalde, de la Democracia Cristiana (DC), Fuad Chahin; de Revolución Democrática (RD), Catalina Pérez y Partido Radical (PR) Carlos Maldonado.

También estuvieron con él los senadores integrantes de la comisión de Constitución, Alfonso De Urresti (PS) y Felipe Harboe (PPD) y el diputado de Convergencia Social, Gabriel Boric, además de otros dirigentes.

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