Policial

Carabineros de Atacama rinde homenaje a Cabo Hugo Duque

La mañana del 18 de abril no pasó desapercibida para la comunidad atacameña y en particular para la familia Duque Catricheo y Carabineros. Producto de un accidente mientras los funcionarios preparaban el armamento para que sus compañeros del siguiente turno fueran a práctica de tiro, un disparo le quitó la vida al Cabo 2º Hugo Leonardo Duque Catricheo (Q.E.P.D.).

El Cabo 2º Duque era un joven que amaba su trabajo, pero por sobre todo a Carabineros de Chile. Se había graduado con honores de la carrera de profesor de Educación Física, pero su amor y vocación por servir a la Patria lo llevó a ingresar a la Escuela de Formación de Carabineros de Chile.

En su corta carrera dejó huellas profundas, ya que todo lo hacía con cariño, compromiso y profesionalismo. Eso le valió tres felicitaciones especiales en su hoja de vida. Hugo Duque Catricheo ingresó el 16 de enero de 2017, a la Escuela de Formación en Arica, para graduarse como funcionario de Carabineros el 25 de enero de 2018.

Su primera destinación fue la 2ª Comisaría Copiapó, en la IIIª Zona Atacama donde de inmediato se destacó por madurez, profesionalismo, valentía y alto espíritu de superación. Ello lo hizo merecedor de tres felicitaciones especiales en su corta carrera, dos de ellas en destacados procedimientos policiales donde se logró la detención de dos sujetos que participaron en un robo con violencia, usando armas de fuego, acontecimientos que además fueron destacados y reconocidos por sus mandos, autoridades y amplia cobertura en los medios de comunicación social de la región.

Su madurez, valentía y temple, en observación de los mandos, lo llevó a ser trasladado el 24 de diciembre de 2019 al Retén Sacramento donde el día 18 de abril del 2023 cumplió su último servicio de 2º patrullaje, bajo la mirada atenta de su querida comunidad lorina, de quienes se supo ganar el cariño y reconocimiento como un hombre sencillo, humilde, de pocas palabras, pero de sincero corazón, donde su sí era un sí y su no era un no. Dijo en sus palabras de despedida el General Jorge Muñoz Soto, quien además tuvo la oportunidad de conocer de cerca al Cabo 2º Duque y junto al resto de funcionarios del Retén, compartiendo la cena de navidad pasada.

“Me encontraba sólo sin mi familia a poco de arribar a la región, se acercaba navidad y tengo la firme convicción que fue Dios quien puso en mi corazón, que dentro de las 30 unidades, destacamentos y especialidades que podría haber elegido, fuera el Retén Sacramento, donde dicho sea de paso, nunca me quisieron cobrar mi cuota, porque era un invitado especial para la cena de navidad. Un privilegio para mí, donde compartimos, nos reímos e intercambiamos anécdotas, de hecho incluso, en medio de la cena ingresó un llamado telefónico donde dos de los integrantes de la mesa tuvieron que pararse raudamente para atender un procedimiento policial que se estaba gestando en esos momentos. Cuando llegaron el plato ya se había enfriado. Así es la vida de un carabinero, así es nuestra vida, la vivimos con pasión y con una eterna vocación de servicio, incluso a veces ni nuestras propias familias lo entienden, pero se resignan ante la elocuencia de nuestros actos como servidores públicos de una Patria que nos necesita y siempre va a demandar más de nosotros”, expresó el general.

Con una iglesia repleta de sus camaradas de armas y delegaciones de las Fuerzas Armadas y Autoridades de Atacama, entre ellas el Delegado Presidencial Cristian Fuentes y el Alcalde de Tierra Amarilla Cristobal Zúñiga se realizó la el responso de este joven carabinero que un día de enero del 2018 llegó a la región a cumplir con su vocación de servidor público.

Ante una familia acongojada conformada por su abuelita Gladys, su madre, hermanos, hermanas y tíos quienes no alcanzaban a entender lo sucedido y la pronta partida de su ser querido, se rindieron honores y despidieron los restos de Hugo Leonardo Duque Catricheo (Q.E.P.D.).

Un gran hombre, pero aún mejor carabinero, que pese a lo corto de su carrera y estadía en esta tierra marcó a fuego a sus jefes, camaradas de armas, vecinos y vecinas que lo conocieron  y que en silencio lloraron su partida.