“Cada cien sismos de grado 6, ocurre un terremoto de magnitud 8. Aunque lo más probable es que no suceda nada, no se puede descartar”, Director de Centro Sismológico sobre posibilidad de terremoto en el norte de Chile
POR CATALINA ELÍAS URRUTIA
Durante las últimas semanas se han registrado una serie de sismos en la zona norte de nuestro país, que ha dado paso a un debate de la ciudadanía en redes sociales, respecto a hipótesis y temores de lo que esto significa y si es que esto anticipa un terremoto en la zona. Es por esto que conversamos con Sergio Barrientos, Director del Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile, quién aclaró la normalidad de estos sucesos, pero no descartó la posibilidad de un evento mayor.
- P: ¿Puede explicar primero que nada si nos puede explicar esta serie de sismos que se han generado a lo largo de toda la zona norte y que si bien es muy grande, primero a qué se deben para quienes no entendamos mucho sobre el tema.
En primer lugar hay que entender que el paisaje sísmico de Chile se determina principalmente por la subducción – es decir, cuando una placa tectónica más densa se hunde por debajo de otra menos densa– de la Placa de Nazca bajo la Placa Sudamericana. Las zonas más activas en Chile respecto al número de terremotos y temblores que ocurre en la zona norte de Chile, yo diría que es bajo la cordillera, aproximadamente entre las latitudes de San Pedro de Atacama o de Calama e Iquique, pero bajo la cordillera, al interior.
Si uno observa cuál es la tasa de actividad de productividad sísmica en Chile, aproximadamente yo diría que los últimos veinte años aprox. (desde que tenemos un registro más seguro), hay un sismo magnitud 7 al año en el país. Y por cada terremoto magnitud siete hay aproximadamente unos diez de magnitud 6 y hay unos cien de magnitud 5. Así que con eso uno se puede dar cuenta que la actividad sísmica que hemos tenido en el último tiempo es esperable.
- P: Otra suposición que se difunde es que una serie de pequeños sismos antecede a un terremoto de gran magnitud, algo que se anticipa hace años para la zona norte del país ¿esta idea es real?
Como decía anteriormente, por cada terremoto de magnitud 7 hay diez sismos de magnitud 6, y por cada magnitud 8 hay aproximadamente 10 de magnitud 7, pero un terremoto de magnitud 8 ocurre cada 12 a 15 años en Chile, como promedio de los últimos 450 años.
Eso significa que por cada terremoto de magnitud 8 hay aproximadamente 100 eventos de magnitud 6, y eso es lo que estamos viendo ahora. Pero no todos los sismos de magnitud 6 van a ser seguidos por magnitud 8, porque solamente ocurre uno de grado 8 cada 100 magnitud 6. Entonces se puede pensar que lo más probable es que no suceda nada después.
Sin embargo, ha habido ciertos terremotos de magnitud 8 en Chile que han sido precedidos por sismicidad un par de semanas antes, como el terremoto de Chile Central de 1985, y el terremoto de Iquique del 2014.
Entonces, en algunos casos se ha dejado sentir actividad precursora, y uno solamente lo puede reconocer a posteriori, como elemento precursor. Pero, muchas veces ocurre que existen estas secuencias y no sucede nada, absolutamente nada después.
Es decir, las secuencias sísmicas decaen y mueren. Entonces, yo diría que lo más probable es que no suceda nada, pero sin embargo uno no puede descartar, no puede asegurar que eso vaya a ocurrir.
- P: Se suele hablar de que estamos frente a un “enjambre sísmico”, ¿que es esto? y, ¿estamos realmente frente a ello?
Un enjambre sísmico corresponde a una secuencia de sismos que están agrupados en el espacio y en el tiempo, en el cual los sismos principales ninguno se destaca por su magnitud. Los últimos sismos que hemos tenido en el norte de Chile corresponden a sismos principales con sus réplicas. Así es que yo diría que en este momento no corresponde la designación de enjambre sísmico para estas secuencias, sino que a temblores principales con sus respectivas réplicas.
- P: Otra hipótesis que surge en la ciudadanía es que los sismos son más frecuentes con las altas temperaturas, ¿esto es cierto?
Si uno pone un sensor de temperatura a metros de profundidad bajo la tierra, no se va a dar cuenta si es invierno o verano. La tierra es un aislante térmico muy importante, entonces los cambios de temperatura que nosotros presenciamos no penetran más allá de un par de metros de profundidad, y los terremotos ocurren a kilómetros de profundidad. Por lo tanto yo diría que la respuesta es negativa, no hay relación entre cambios de temperatura en la superficie con la ocurrencia de terremotos en profundidad.
- P: Director, ¿actualmente existe en Chile una tecnología que actualmente permite alertar los sismos a la población?
En este momento está la posibilidad de poder instalar un sistema que se llama “alerta temprana de terremotos”, que detecta las ondas sísmicas una vez que se ha producido el terremoto. Así se puede detectar el arribo de las primeras ondas, y con eso puede alertar a lugares que están más alejados de la ocurrencia de terremotos. Todo depende del financiamiento y los recursos económicos.
Eso es algo ya se está haciendo en otros países. En estos momentos nosotros lo estamos estudiando, tenemos un sistema de prototipo para ver cómo funciona y hasta ahora está funcionando relativamente bien. Tenemos que trabajar con el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres para poder implementar un trabajo, una metodología como esta.
El tema es que el tiempo de alerta sería muy breve, son solo segundos y sería para las personas que se encuentren más lejos del epicentro –donde el movimiento será mucho más débil–, cuando lo que nos interesa es justamente avisar a la zona más cercana. Por ejemplo en el caso de localidades que estén en la costa va a ser un poco tarde, a no ser que implementemos observación en el fondo oceánico. Así que también estamos trabajando en esa dirección.
- P: ¿Cuáles son las medidas preventivas que recomienda tener a la población, ante un eventual sismo mientras se encuentren en alguna zona costera?
La primera cuando se está en la costa, y la más evidente, es que si hay un terremoto grande después puede haber un tsunami. Por lo que se deben tener dos consideraciones: una de ellas es que si el terremoto es lo suficientemente grande, como para impedir que uno se mantenga en pie y pierda el equilibrio, significa que es un terremoto grande y por lo tanto hay que moverse a un lugar seguro. Entonces, a la primera oportunidad que uno tenga de recuperar el equilibrio, se debe desplazar a un lugar que esté, ojalá por sobre veinte o treinta metros de altura, sobre el nivel del mar. Esa es la recomendación más inmediata para la gente que está en la costa. Si bien depende de las condiciones del momento, lo más apropiado es evacuar a pie para no generar una congestión de tráfico.
Y respecto también como a la preparación en casa, se debe siempre estar pensando en cuáles son los lugares seguros en la habitación, en el trabajo o en el trayecto entre estos. También identificar cosas que estén libres y que puedan caer sobre la cabeza, además de estar lejos de las ventanas.
Lo más importante también es preocuparse por poner a salvo y poner en zona segura a aquellas personas que no lo puedan hacer por sus propios medios. Como por ejemplo niños, adultos mayores o personas con movilidad reducida.