Banco Central de Chile proyecta la mayor crisis económica en 35 años

La economía chilena se contraerá entre 5,5-7,5 % este año en medio de un intenso impacto provocado por la pandemia de coronavirus, reveló el miércoles el Banco Central en su Informe de Política Monetaria (IPoM), en el que dijo que debido a la crisis las presiones inflacionarias se han reducido drásticamente y se prevé una contracción significativa en el segundo trimestre. En su informe de abril, el emisor había previsto una contracción de entre 1,5-2,5% este año.

“La economía comenzará a recuperarse en la segunda parte del 2020, aunque no alcanzará aún niveles de actividad comparables a los de principios de año”, reza el reporte del organismo que también pronosticó que la inflación alcanzará 2,0 % este año, desde el cálculo previo del 3,0 %, con lo que se ubicará en el límite inferior del rango de tolerancia del organismo. En tanto, el precio del cobre promediaría este año 2,5 dólares por libra, frente a los 2,15 dólares proyectados previamente.

Ningún país del mundo ha escapado a este fenómeno, indicó en Banco Central en el informe en el que proyecta que la mayoría de las Naciones experimentará significativas caídas de la actividad este año. “Chile no es la excepción, previéndose para el 2020 la mayor contracción en 35 años”, reiteró, al tiempo que admitió que el impacto inmediato del covid-19 “ha sido severo”, con una prolongación mayor a la esperada y repercusiones de largo plazo aún inciertas.

Durante los últimos cuarenta años Chile ha enfrentado tres períodos recesivos: uno a comienzos de los ochenta, producto de la crisis de la deuda externa y la quiebra de la banca local; otro a fines de los noventa, producto de la crisis asiática; y el tercero a fines de la década del dos mil, producto de la crisis financiera global.

Cada uno de estos episodios tiene diferencias significativas entre sí, explicó el BC, ya sea por el origen de la crisis, el marco de políticas imperante y la capacidad de respuesta, así como la sincronía de los efectos entre países. Pero la actual situación guarda “escasa relación con cualquiera de estos períodos”, tanto porque su origen no es económico y “su efecto tiene una sincronía nunca antes vista entre economías”.

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