PASO DE SAN FRANCISCO
POR ULISES CARABANTES AHUMADA,
INGENIERO CIVIL. ESCRITOR.
Revisando la prensa on line, me encontré con una publicación en el diario El Ancasti de Catamarca, titulada “El Paso de San Francisco, ¿un error de cálculo?. En él, el catamarqueño Eduardo Aroca, quien se identifica como guía y experto en turismo, docente, fotógrafo y escritor, desarrolla un breve resumen histórico respecto de este paso fronterizo que une directamente nuestra Región de Atacama con la provincia argentina de Catamarca. Además, el señor Aroca efectúa en su publicación un interesante pero también sorprendente análisis del estado actual del uso del Paso de San Francisco y de sus “competidores”, es decir, los otros pasos fronterizos que unen a Chile con Argentina.
Valga señalar que la Provincia de Catamarca y el Estado nacional argentino han efectuado grandes inversiones a partir de la década de 1980, buscando convertir a este paso fronterizo en un eje de desarrollo de esta provincia argentina y su integración con Atacama. Por su parte, nuestra región no ha estado al mismo nivel de las inversiones desarrolladas por el lado argentino, pero dadas las convicciones de integración y de conveniencia para nuestra región que muchos hemos tenido (me incluyo), se han efectuado a través de los años inversiones para mejorar las condiciones de las dependencias del complejo fronterizo Maricunga y se ejecutó una pavimentación con asfalto desde este complejo hasta la frontera cubriendo una distancia del orden de 100 kilómetros. No obstante esto, uno se sorprende en la publicación del señor Aroca al constatar que las actuales autoridades de nuestra Región de Atacama tienen una bajísima valoración por la integración binacional entre Chile y Argentina, la que valoran sólo en el discurso cuando se da la oportunidad en una reunión con personeros del otro lado de la cordillera. Digo esto porque el Paso de San Francisco ha estado prácticamente cerrado, inhabilitado para el normal flujo diario de las personas. El argentino Aroca, al respecto señala en su ya citada publicación respecto de la actual situación del Paso de San Francisco: “Durante este verano fue una lotería cruzar a Chile, pues este país no habilitaba su frontera. Increíblemente, ello obligó al Gobierno de Catamarca a negociar (por no decir rogar) con los chilenos para que éstos sólo algunos días habiliten el paso. La alegría no duró mucho, pues desde fines de marzo, Chile comunicó que se cerraba el paso hasta nuevo aviso. Esta situación se mantiene hasta el día de hoy”.
Informado de esto uno no puede dejar de indagar qué es lo que sucede realmente en Atacama y reflexionar y recordar sobre el contacto o relación que uno mismo ha tenido respecto de este proyecto/desafío binacional.
La información que pude obtener en Copiapó es que hoy el Paso de San Francisco tiene un complejo fronterizo que no reúne las condiciones para operar con seguridad para quienes laboran en él, Carabineros, PDI, SAG y Servicio de Aduana. Surge la pregunta, ¿cómo entonces hace una década y más, el Paso estaba habilitado todo el año, excepto sólo cuando las condiciones meteorológica impedían el libre tránsito?. Veo una evidente desconexión de las actuales autoridades regionales con décadas de convicciones, sueños y también trabajo, una falta de valoración de la importancia estratégica para Atacama de darle continuidad en su operación al Paso de San Francisco. Después, cuando con el paso del tiempo se constate el daño que se le ha hecho al desarrollo de nuestra región esta imperdonable negligencia y falta de claridad estratégica, se acudirá al chivo expiatorio de siempre, el que justifica las ineficiencias e incapacidades instaladas endémicamente en Atacama, “la falta de descentralización”. Que no quepa duda que será así, porque todos los males de la región son, según algunos, por falta de descentralización, cuando el problema son las malas decisiones o la falta de adecuada toma de decisiones por parte de quienes conducen los destinos de nuestra región. Otros dirán, “para qué tener abierto un paso si el flujo es mínimo”, buscando justificar también la indolencia reinante. Como respuesta puedo aportar la siguiente información: en un medio de comunicación escrito de la Región de Coquimbo se informó hace unos días que el Paso de Agua Negra que une esa región con la Provincia de San Juan, ha tenido una de las mejores temporadas, con 66 mil cruces durante lo que va del año, convirtiéndose así incluso en una alternativa válida al tradicional Paso Los Libertadores, el que une la Provincia de Mendoza con la Región de Valparaíso y que es columna vertebral del modelo centralizado existente a ambos lado de la cordillera, constituido por el eje Buenos Aires-Mendoza-Santiago-Valparaíso/San Antonio. Pero los paladines de la descentralización de Atacama, paladines sólo en el discurso, nada hacen para aportar en lo concreto a la descentralización, en este caso con una alternativa válida de integración entre Chile y Argentina.
No puedo dejar de recordar mi relación con este proyecto estratégico, el que transité por primera vez en octubre del año 2001; desempeñándome profesionalmente en el mundo privado, efectuando una prospección de potenciales cargas en el noroeste argentino, las que fueran susceptibles de ser canalizadas hacia la cuenca del Pacífico por puertos de Atacama. Después, desempeñándome profesionalmente en el sector público tuve la suerte y privilegio de trabajar en esta línea de integración macro regional conjuntamente con Consejeros Regionales de la época, quienes tenían “el pecado” de ser elegidos en forma indirecta por la ciudadanía, a través de los concejales comunales, pero que eso no los eximía de ser personas con una mirada estratégica, de largo plazo, con claridad sobre esta materia. Me refiero a los ex consejeros regionales Maglio Cicardini Neyra, Edward Delgado Quevedo y el fallecido chañaralino Julio Palma Vergara. Como se estará revolcando en su tumba este último al ver la indiferencia de las actuales autoridades respecto de la integración chileno argentina a través de nuestro Paso de San Francisco. Como un recuerdo particular señalo que en aquellos años fuimos capaces de avanzar al convencer a un empresario del transporte de Atacama para que cambiara la ruta que utilizaba para ingresar bolas de molino al noroeste argentino y como retorno la salida de maxi sacos de molibdeno del proyecto minero de Catamarca, Bajo la Alumbrera. Aquellos camiones y dada nuestra gestión, dejaron de transitar por el Paso Jama en Antofagasta y se vinieron hacia nuestro Paso de San Francisco. ¿Se puede hoy pensar en desarrollos similares?. Sin una gestión pública como era en el pasado, imposible.
Muy lamentable, muy triste es para Atacama esta situación, espero sinceramente que no se culpe al “centralismo” de este nuevo daño a nuestra región. Las decisiones las pueden tomar sin problemas las autoridades regionales.
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