Raúl Araya, candidato al Consejo Constitucional: “En algunas cosas se ha notado que al Gobierno le falta experiencia”
*La armonía entre el Estado y el mercado, la necesidad de una pedagogía en tiempos electorales y una falta de manejo político en el oficialismo. Las definiciones de Raúl Araya Zepeda (PPD), el candidato a consejero constitucional más joven de Atacama.
Primera incursión en cargos de elección popular y el candidato más joven por Atacama. Para el vicepresidente de las Juventudes PPD, Raúl Araya (29), este nuevo proceso constituyente es una oportunidad para retomar la confianza hacia la política institucional.
El descontento ciudadano, materializado en el pobre respaldo hacia instituciones como el Congreso y otros espacios, se plegó al ni siquiera inaugurado Consejo Constitucional. “Hubo un descanso del tema constitucional en vacaciones, y también venimos de un proceso fracasado”, explicó Araya, respecto a los números del nuevo órgano que no alcanza ni un 40% de confianza.
La bicameralidad y separación de poderes, son parte de los pilares que el también consejero nacional del partido defenderá si es electo como consejero constituyente. Sin “reivindicaciones” a la centro izquierda “ni llevarse la pelota para la casa” fueron las declaraciones que el candidato de Todo por Chile dio para Diario Chañarcillo.
Juventud con experiencia
P: Usted es el candidato más joven de Atacama. ¿Cómo enfrenta este desafío? Donde el clima ciudadano pareciera re-inclinarse hacia figuras con más trayectoria.
R: Es todo un desafío. Si comparamos el escenario actual con el anterior, claramente estamos frente a un proceso donde hay más políticos o personas con trayectoria versus el espacio de la Convención, donde primaron las organizaciones sociales e independientes. Espero representar a Atacama desde el punto de vista de la juventud, que no significa falta de experiencia o preparación. No hay que encerrarnos en la supuesta contradicción entre juventud y experiencia, porque no configuran la política ni la vida.
P: Es su primera incursión en cargos de elección popular. ¿Cómo fue el proceso para llegar a ser candidato? ¿Mucho diálogo en la interna?
R: Mi nombre fue propuesto en el marco de la estrategia político-electoral del PPD que buscó, y como en casi toda la tónica de las otras listas, perfilar candidatos con recorrido en el mundo público o privado pero también con juventud. No constituyó mucho diálogo porque calcé en el perfil, pero claramente esta fue una decisión colegiada a nivel regional y nacional, donde tengo el apoyo de toda la directiva.
P: A su visión, ¿qué tópicos suelen primar en las nuevas generaciones políticas en comparación con las antiguas?
R: Las nuevas generaciones se ven más abiertas a discutir temas como la diversidad sexual, la sustentabilidad, las políticas de género y derechos de los animales. Pero quiero enfatizar en que el tema generacional no es un problema: no me considero el dueño de la verdad o un mejor candidato por ser joven, porque hasta yo mismo he leído o me he nutrido de los debates que postulantes con mayor experiencia han entregado. Tal como yo valoro esa trayectoria, ellos también deben valorar mi juventud y trabajo.
P: Llevándolo a lo constitucional, ¿por qué sería necesario que estos temas se lleven a la discusión en el Consejo?
R: Las sociedades por concepto evolucionan y es necesario que la política vaya en línea con esos contextos. La Constitución es política porque establece los escenarios donde se genera, pero también es social porque debe representar a las personas en su conjunto. Por eso se busca que este proceso sea transversal, aunque nunca pueda serlo en su totalidad, porque se necesitan los acuerdos más amplios.
P: ¿El proceso anterior no fue transversal?
R: Siento que la idea inicial fue esa, pero en la práctica se observó que no se escuchó a todas las voces. En algunas instancias no hubo la capacidad de dialogar, ceder y llegar a acuerdos por el bien del país.
P: ¿En qué medida no se hicieron esos esfuerzos para escuchar a todas las voces?
R: Más que esfuerzos, no existieron las suficientes intenciones. Hay un tema que está de moda y es desprestigiar a la política, y en ese momento el boom de los independientes y organizaciones sociales, agentes que son necesarios por supuesto, vino de la mano con un desconocimiento de los partidos políticos como actores fundamentales. Me da la impresión que las candidaturas independientes desconocieron el papel del diálogo político y no estuvieron preocupados de llegar a acuerdos; el mandato del Apruebo no les dio las facultades para imponer sus ideas en el proyecto, porque se necesita una cohesión y eso fue manifestado el 4 de septiembre.
Comunicar para triunfar
P: Este nuevo intento constitucional viene con una desconfianza que bordea el 60% según Cadem. ¿Cree que estas cifras van a repuntar?
R: Nos enfrentamos a un periodo de campaña muy acotado, así que es complejo dar predicciones. Pero tenemos que pensar, primero, que en verano la gente está pendiente de otras cosas. En marzo, con el despliegue electoral y los candidatos realizando activamente sus respectivas campañas, observaremos un clima donde la gente empiece a estar informada o por lo menos preocupada de las elecciones de mayo.
Cabe recordar que venimos de un proceso fracasado desde el punto de vista electoral, así que es necesario un cambio en el discurso donde se enseñe a la gente de manera verdaderamente pedagógica sobre estas elecciones. No es cualquier comicio: nos jugamos un acuerdo transversal, la Constitución Política de la República.
P: Sobre lo pedagógico, ¿la tecnificación del proceso aportará a una mayor aprobación?
R: Claramente que organismos más técnicos se incorporen al proceso, vuelve que también sea más complejo comunicarlo a las personas de manera efectiva. El trabajo de nosotros no será solo buscar los votos, sino enseñar a la gente lo que significa votar por alguien para redactar una Constitución. Y claro, explicar que ahora existirá un Comité de Admisibilidad, de Expertos y bases con las que trabajar. Aunque ojo, estos puntos no significan que no se pueda hacer nada más ni discutir otras materias, pero sí nos entregan un margen que debemos respetar.
P: ¿Cree que faltó enseñar mejor de qué se trataba la propuesta en el proceso anterior?
R: En Chile este elemento falta en general. Se ha tratado de mejorar a través de plazas de educación cívica o ciudadana, pero es un tema que atraviesa el tema constitucional. El ciudadano no es que no esté formado, pero se priorizaron otros temas: conseguir trabajo, dar buena educación a sus hijos, entre otros. Si uno conversa con gente en Atacama, se asocia la política al conflicto y no debería ser así, porque es sano discutir y conversar.
Definiciones constitucionales
P: Si usted es electo, ¿cuáles serían los puntos fuertes de su gestión? En otras palabras, llegando al Consejo Constitucional, qué defendería.
R: Pondría énfasis en las necesidades locales: intentar establecer la voz de Atacama. Uno tiene que ser capaz de transversalizar que las problemáticas de la región también se pliegan a otras zonas, como la inmigración desregulada, la seguridad pública o el medioambiente. Defenderé la generación de acuerdos, y por supuesto la bicameralidad y las bases constitucionales que me parecen un margen adecuado.
P: Usted se considera animalista, ¿estaría dispuesto a reincorporar el articulado de la Convención Constitucional sobre este tema?
R: En temas animalistas sí, pero también con responsabilidad fiscal. Esto último es una condicionante que está en el Acuerdo por Chile, así que no podemos, por ejemplo, establecer que existirá una veterinaria municipal en todo el país. Yo lo que planteo esencialmente es el cómo vemos a los animales, porque el Estado tiene que ver estos temas y reconocer que son seres sintientes. Debemos ser responsables con nuestras propuestas sobre todo en tema económico, buscando la armonía entre el mercado y lo público.
P: A propósito de esta armonía, en sus redes sociales afirma que “el Estado y el mercado no son antagonistas”. Desde esta premisa, ¿cómo resolvería constitucionalmente el tema del agua? Que sabrá es delicado en la región.
R: El agua debe ser un bien nacional de uso público, de propiedad estatal. Sin embargo, esto se tiene que trabajar en el Consejo porque no es llegar y quitar todos los derechos de agua a quienes tienen acciones o pertenencia de ellos.
P: Pero en específico cuál es su posición sobre los derechos de agua, ¿los quita gradualmente? ¿Algunos los deja?
R: Se tiene que estudiar bien esa materia, porque hay que preguntarse qué conlleva quitarlos. ¿Una expropiación? No estoy a favor de ellas. No hay que desconocer los derechos adquiridos, que no se pueden transgredir de manera categórica a una persona.
P: Y si no quiere expropiar, ¿qué haría?
R: Hay que discutir compensaciones a esas personas si se les llega a requisar dichos derechos de agua, porque no es llegar y expropiar a secas. Aunque serían montos justos y equitativos, parecidos a los conceptos del proceso anterior como “precio justo” o sus derivados. Esperaré a la discusión para tener una postura más definida.
Los cambios y la experiencia
P: El secretario general de su partido dijo que “es una necesidad” que el presidente realice un cambio de gabinete. ¿En qué puestos se necesita un cambio y por qué, candidato?
R: Los gobiernos realizan cambios y son necesarios. Todos los actores políticos han dicho que viene un cambio y es probablemente un hecho. No me atrevería a decir en qué carteras, pero hay que trabajar en Desarrollo Social…
P: ¿Está al debe Desarrollo Social?
R: No sé si al debe, pero hay un par de observaciones. En la materia político-comunicacional me parece que hay un discurso coherente a nivel nacional, pero se debe profundizar mejor en los niveles regionales. Ha estado débil la comunicación entre ministerios para dar a conocer los trabajos de sus espacios, entonces no hemos logrado llegar a la conciencia y problemáticas de las personas.
P: Me comenta que hay que evaluar también lo local. ¿Hay que hacer algún cambio en las Seremis de Atacama?
R: Los cambios siempre son sanos. No veo ningún conflicto en que se realicen, y creo que se pueden llegar a concretar. Eso sí, hay que tener en claro que esas son facultades de los ministerios y en primera instancia del Presidente.
P: Hay varios pronósticos. Urrejola fuera de Cancillería, enrosques en Subsecretarías, entre otros. ¿Cómo espera que salga el PPD de este eventual cambio?
R: En el partido estamos buscando resolver los problemas de los chilenos, y si la ciudadanía ve que los ministros de cualquier partido no están haciendo bien su trabajo, ellos deben saber dar un paso al costado por el bien del Gobierno o el país. No es una materia mayormente relevante para nosotros.
P: Entonces no es relevante para el PPD tener menos Subsecretarías o ministerios…
R: A ver… no es un tema por el que nos desvivimos. No es la materia que nos hace estar en política, ser seremi o ser delegado. Hemos dado nuestras críticas privadas y públicas, pero hemos intentado cambiar el rumbo en materias donde vemos cierta falta de expertise.
P: También su secretario dijo que “es un hecho que se necesita experiencia para gobernar”. A su juicio, ¿el Gobierno del Presidente Boric ha demostrado esa experiencia?
R: Ha tenido observaciones por supuesto. El Gobierno está intentando generar una cohesión y unidad política que quedó muy fracturada luego del estallido social. Tratar de reencantar a la ciudadanía con las instituciones no es una tarea fácil. Entonces, en algunas cosas se ha notado una falta de experiencia o manejo político que se deben resolver, y no hemos temido asumir los costos políticos que significan visibilizar estas situaciones.
P: Se lo pregunto porque medios nacionales afirman que en este cambio vendrían castigos políticos a su partido o ciertos vetos…
R: El PPD ha sabido comprometer su apoyo gubernamental pero también ser crítico, como ocurrió con el tema de las listas. No hay tensiones con el Partido Socialista ni una destrucción de la coalición, simplemente por temas electorales buscamos un electorado más de centro que adhiera a nuestras ideas y le de un mayor margen en la cantidad de votos al oficialismo.
P: De hecho, el propósito de las listas separadas según comentaron es “ampliar la base social y política del Gobierno”. Uno pensaría que al tener 10 de los 18 partidos constituidos en el oficialismo, la base política está cubierta…
R: La política, pero no la social…
P: ¿Entonces a qué se refieren con ampliar la base social?
R: Significa que tenemos que ser capaces de llegar a un electorado que en el proceso anterior quedó en el limbo. Debemos ofrecer posiciones como la conjunción entre Estado y mercado, lineamientos que quizá otras listas no tienen. Esto no es una traición como se nos ha dicho antes, sino que todo lo contrario y es dar mejores resultados electorales, cosa que se comprobará en la elección.
P: “Todo por Chile busca reivindicar a la centro izquierda”, Natalia Piergentilli, presidenta del PPD. El PS y el Partido Liberal decidieron no ir en su lista, ¿ellos no la reivindican?
R: Yo cambiaría las palabras “reivindicación” y “centro izquierda”…
P: ¿Cambiaría las palabras de su presidenta?
R: Sí, sin desconocer lo que ella emite. Esas palabras me dan la impresión que iban enfocadas a intentar restablecer las ideas bases del PPD en medio de la “izquierdización”, si así se le quiere llamar, del Gobierno. Obviamente los periodistas tienen que buscar la palabra específica, pero esos dichos no creo que vayan en línea con excluir a otros, porque estas dinámicas electorales siempre se repiten y luego todos somos amigos.
P: Me comenta que los periodistas buscarían la reinterpretación de esta frase. Sin embargo, hasta el candidato Ricardo Núñez dijo que estas declaraciones “intentan llevarse la pelota para la casa”. ¿Qué puede decir al respecto?
R: Tampoco estoy de acuerdo con esa frase. No dudo que lo dijo con la mejor de las intenciones, pero esto no es una división, ni reivindicación ni llevarnos la pelota. Es inevitable que en su momento hayan existido las discusiones y ciertos roces, pero nuestro fin es retomar las relaciones y el diálogo. Reitero que es una materia netamente electoral; seguiremos unidos y siendo críticos al Gobierno en las observaciones que correspondan como ha sido de público conocimiento.
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