Deportes

La Columna Marcial

Nunca obligues a tu hijo a practicar Artes Marciales.

Por: Luis Astorga Camus. Presidente de la Federación Sudamericana de Karate Do

Muchos padres que son Artistas Marciales o que les gustan las Artes Marciales pretenden que sus hijos desarrollen el mismo gusto o afición que ellos.

Por otro lado, también están esos padres que sin conocer ni haber practicado jamás en su vida ninguna disciplina deciden enviarlos para «que aprendan a defenderse», para «que ocupen su tiempo libre» o peor aún: «para que aprendan a comportarse».

Sin ningún lugar a dudas todos los beneficios que tienen para aportar las Artes Marciales a los niños son increíbles, mucho ya he escrito personalmente al respecto y existen cientos de publicaciones que mencionan todos los aportes que hacen a su desarrollo cognitivo, psicológico, emocional, social y madurativo.

* NO IMPONER NUESTROS PROPIOS GUSTOS:

Pero el presente artículo pretende dar cuenta de los aspectos nocivos de obligar a un niño a asistir a clases de Artes Marciales.

La práctica de estas disciplinas deben de vivirse con un sentimiento de libertad y disfrute y justamente no como una tarea u obligación. Obligar a un niño a hacer algo en contra de su voluntad o preferencia tiene un efecto contraproducente.

Lo peor que un padre puede hacer es enviar a sus hijos a realizar una actividad que para él mismo en su infancia quedó frustrada (como esos padres que envían a sus hijos al fútbol) buscando alcanzar algún triunfo o logro que ellos mismos no pudieron, pero a través de sus propios hijos.

Peor aún son esos padres que presionan a sus hijos esperando que alcancen algún trofeo,  ganen en un torneo o competencia o se destaquen por sobre otros.

* CUIDADO CON NUESTRAS EXIGENCIAS:

Para que esos niños puedan beneficiarse de toda la inmensa riqueza que pueden aportarle las Artes Marciales lo primero y fundamental es que ellos mismos decidan y quieran asistir a las clases. Las medallas y los trofeos pueden llegar o no, pero lo importante serán los valores, la disciplina y la confianza en sí mismos que irán adquiriendo en el proceso. Los niños no deben estar obligados a cumplir con las altas expectativas de los padres o a alcanzar esas metas que sus propios progenitores no pudieron por sí mismos.

Tantas presiones y exigencias (sumado a la escolaridad) hace que los niños se frustren y pierdan el sentido principal de hacer una práctica extraescolar: que es relajarse, disfrutar y divertirse mientras aprenden Artes Marciales.

* SEÑALES DE QUE SU HIJO NO LO DISFRUTA:

Existen algunas señales inconfundibles para saber si nuestro hijo está o no disfrutando de una actividad:

– Si suele estar enfermo o con dolor de cabeza el día del entrenamiento.

– Si no se muestra emocionado cuando se acerca su práctica o se dirige hacia el Dojo.

– Si aún no se ha integrado o después de muchos meses no tiene amigos.

– Si no habla ni comenta sobre su práctica o lo que aprendió ese día.

En fin, cada padre conoce perfectamente bien a sus hijos, lo importante es que si detectamos estas señales podamos hablar con ellos francamente y ver si hay algún problema o simplemente no quieren hacer esta actividad.

* RECOMEDACIONES A LOS PADRES:

Como instructor de Artes Marciales siempre recomiendo a todos los padres que asistan a las clases que observen bien al profesor, su didáctica y pedagogía, si sabe tratar y trabajar con niños, si sabe cómo empatizar y llegarles. De nada sirve que las paredes del Dojo estén adornadas y llenas de medallas y trofeos si el instructor es incapaz de poder trabajar al nivel de un niño y acompañarle en su proceso.

De notar esto es mejor ir a buscar otra academia, no importa que esté más lejos de su casa, lo que importa es que su hijo se sienta contenido y trabaje en un ambiente correcto.

Además siempre es importante que los padres muestren interés y pregunten a sus hijos cómo va su entrenamiento, los lleven a sus prácticas, los motiven y alaben sus progresos y mejorías.

* CONCLUSIONES:

Finalmente me resta solo agregar que las Academias de ArtesMarciales no están para «criar», «enseñar educación», o «buenas costumbres» a los niños!! Esa es enteramente una responsabilidad de los padres en su hogar. Nosotros los instructores no estamos allí para «enderezar» a un niño mal educado! Si sus propios padres fueron excesivamente complacientes y permisivos ellos son los únicos responsables de acomodar y guiar a su propio hijo.

Los profesores de Artes Marciales podremos siempre acompañar y potenciar las buenas virtudes de cada niño y ayudarle a potenciar todas sus capacidades mediante el trabajo diario.

Y desde mi humilde lugar solamente puedo recomendar a todos los padres la práctica de estas bellas disciplinas para sus hijos, pero recuerden… ¡sólo si ellos así lo quieren!.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *