Verónica Garrido Briceño, candidata a Core: “Voy a trabajar por una Atacama como la que todos y todas soñamos”
Con una extensa trayectoria en el servicio público y en el área privada, madre de Sofía e Isabel, mujer emprendedora, dirigente y animalista, Verónica Garrido Briceño busca representar a Tierra Amarilla, Copiapó y Caldera en el Consejo Regional, confiada en que puede convertirse en un gran aporte para trabajar por un desarrollo armónico entre la vida en comunidad y las áreas productivas de Atacama.
“Toda mi vida he contribuido a la región, pero ahora lo quiero hacer como Consejera Regional. Me interesa contribuir en la implementación de políticas públicas en materia de salud, mejorando el acceso y apoyando proyectos para nuevos centros de salud en las nueve comunas, porque -independiente que seas electa por una provincia – se debe velar por el bienestar de toda la región. Por lo mismo, apoyaré los proyectos que permitan erradicar los campamentos, para que cada familia tenga acceso a una vivienda digna, así como también trabajaré para desarrollar los programas que beneficien a nuestros Adultos Mayores, con más protección y más acceso a actividades de recreación”, son las primeras reflexiones de la candidata Verónica Garrido.
P: ¿Qué la motiva a enfrentar este desafío?.
R: La convicción que se necesita una renovación en el Consejo Regional, gente nueva que realmente se preocupe por las y los atacameños. Si bien hoy el escenario es distinto con un Gobernador Regional elegido democráticamente, tenemos Consejeros Regionales que llevan más de 12 años en el cargo, que hoy se repostulan, y han sido incapaces de ejercer su labor fiscalizadora, por ejemplo, de la ejecución presupuestaria de Atacama.
P: ¿A qué se refiere?.
R: En junio del año pasado, donde el CORE era presidido por el actual Delegado Presidencial, se tuvo una baja ejecución presupuestaria histórica del Gobierno Regional, de un 29%, por lo que nivel central recortó más de 10 mil millones de pesos. Esto sin duda es responsabilidad ineludible del ente fiscalizador que es el Consejo Regional, donde nadie denunció esta situación; muy por el contrario, en los últimos años hemos sido testigos del gran silencio por parte de los actuales Consejeros.
P: ¿Y este año, cómo se ve este panorama?.
R: Este año la situación no es muy diferente: al 30 de junio hay un 36,8% de ejecución presupuestaria, según informe de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo del Gobierno de Chile. Esperemos que se pueda ejecutar el 100% para que nuevamente no tengamos que sufrir un recorte o devolver recursos a nivel central.
P: ¿Cómo se revierte esta situación?.
R: Primero, no da lo mismo por quién se vote. Cuando se es electo por votación democrática, se debe cumplir con el mandato que entrega soberanamente la ciudadanía. Para ello, hay que ejercer las atribuciones que tienen los Consejeros Regionales, es decir, aprobar el plan de Desarrollo de la Región, el proyecto Presupuesto Regional y fiscalizar su cumplimiento, como labores principales. Y hoy una de las nuevas facultades y que tiene especial relevancia para dotar de poder efectivo al Gobierno Regional, es la solicitud de transferencias de competencias que se le realizan al Presidente de la República. En efecto, el Consejo Regional hoy día tiene la facultad expresa de definir las tareas específicas que va a realizar en pos del desarrollo de la región.
P: ¿Cuáles serán sus principales líneas de trabajo si resulta electa este domingo?.
R: Obviamente, en nuestra región aún hay mucho trabajo por hacer en materia de vivienda, salud, educación, desarrollo de ciudades armónicas, compatibilizar el desarrollo económico con el bienestar de las y los vecinos, vivir en ciudades libres de contaminación, sin áreas de sacrificio. En vivienda no podemos desconocer el déficit habitacional que se arrastra y que es necesario abordar con políticas públicas adecuadas, para que todas las familias puedan tener acceso a una vivienda digna. Es urgente dar una solución habitacional y dignificar la vida de las familias que se han visto obligadas a vivir en los campamentos, sin los servicios mínimos, como consecuencia del señalado déficit.
Apoyaré los proyectos en materia de salud, educación, vivienda, productividad que permitan que Atacama dé un salto al desarrollo, tan anhelado por todos nosotros. También me enfocaré en apoyar programas de Emprendimiento y Encadenamiento Productivo con foco en la sustentabilidad y que nos permita cambiar el rostro de nuestra Región de Atacama, ya que el Consejo Regional debe establecer las prioridades estratégicas regionales en materia de fomento de las actividades productivas. Pero no basta con generar empleo, éste debe ser un trabajo decente, es decir, un empleo digno, que dignifica, que permite a cada persona desarrollar sus capacidades. No es decente el trabajo que no respeta los principios y derechos fundamentales, el que no permite un ingreso justo, no es decente el trabajo que discrimina por género, ni el que se realiza sin protección social. Sin embargo, todo este desarrollo sólo es posible si contamos con el elemento más básico de todos: el agua.
El cambio climático es un factor que afecta directamente a los recursos hídricos, así como el aumento de la degradación de los suelos y la pérdida de biodiversidad causada por la sequía. Estos son problemas de los que debemos hacernos cargo de manera urgente. Si resulto electa Consejera Regional, me ocuparé de promover la realización de obras de infraestructura que permitan proteger a la población de los efectos del cambio climático, a través de la celebración de convenios de programación, integrando a los Municipios, para asegurar que los proyectos se ejecuten oportunamente.
Mi mayor anhelo es trabajar desde el Consejo Regional, junto a las autoridades locales, para transformar las ciudades de nuestra región en comunas amables, con un desarrollo armónico, en la que las familias puedan acceder a una educación y salud de calidad, a espacios de esparcimiento, ciudades donde nuestros niños y niñas puedan vivir seguros, donde nuestros adultos mayores tengan más protección y acceso a una vida activa, comunas donde las mujeres caminen tranquilas y libres por sus calles, una región con un desarrollo equitativo para cada uno de las y los habitantes, una Atacama como la que todos y todas soñamos.