Impacto causa muerte de Miguel Fortt Zanoni emblemático ingeniero-rescatista de Los 33 mineros de la San José

En Santiago, en casa de una de sus hijas, rodeado del cariño y cuidado de los restantes hijos en horas de la madrugada del viernes, dejó de existir Miguel Fortt Zanoni, a consecuencia de un cáncer muy agresivo, causando en ellos un profundo dolor y desazón al observar en ese momento que todo el esfuerzo realizado por su padre por vencer la adversidad resultó en vano.

En Copiapó al irse extendiendo la infausta noticia en varios ámbitos, amistades, colegas y especialmente entre los integrantes de Los 33 de la Mina San José, causó sorpresa y casi se tomaba como algo incomprensible si hace escaso días se le veía recorrer las calles de su ciudad natal dando a conocer sus planes y proyecciones en caso de ser electo como uno más de los constituyentes encargados de redactar la nieva Constitución.

Ingeniero en minas de profesión, rescatista por vocación, Miguel Fort saltó del anonimato como un ciudadano más del quehacer diario hasta el reconocimiento a nivel nacional e internacional al jugar un rol preponderante en el rescate de los 33 mineros atrapados en la Mina San José, accionar muchas veces desestimado por quienes dirigían esa magna operación de salvataje, pero aquello no fue obstáculo para estar siempre a disposición de quien requiriera de sus conocimientos en rescates mineros, avalados por acciones similares en Ecuador en alguna oportunidad. Y por eso en su afán de colaborar en la odisea y una vez que se supo que los mineros atrapados estaban vivos se fio a la tarea de idear y lograr convencer a los encargados que la mejor forma de hacerles llegar elementos básicos para la supervivencia a las profundidades, era a través de unos delgados tubos, que se denominaron en el momento “palomas”.

Miguel Fortt Zanoni falleció a los 75 años, cumplidos hace pocos días y sus restos permanecieron en velatorio durante la jornada de ayer y mañana al mediodía se procederá, según sus deseos, a la ceremonia de cremación y posteriormente sus cenizas llegarán en una ánfora hasta Copiapó, donde en una fecha a determinar por la familia, deberán ser esparcidas en los faldeos del Volcán Ojos del Salado y así cumplir con los deseos expresados en vida por una zona de la cordillera de Los Andes que él tanto conocía, respetaba y amaba a raíz de su profesión.

Desde Diario Chañarcillo deseamos expresar nuestros más sentidos sentimientos de pesar por esta irreparable pérdida, de tan destacado copiapino, a todos sus familiares.