QUIEN ADOCTRINA A QUIEN
POR GUILLERMO NAMOR KONG.-
La Constitución actual dice: “La libertad de enseñanza no tiene otras limitaciones que las impuestas por la moral, las buenas costumbres, el orden público y la seguridad nacional. La enseñanza reconocida oficialmente no podrá orientarse a propagar tendencia político partidista alguna”.
Ayer la Superintendencia de Educación inicio una denuncia de oficio para verificar si se está afectando la “libertad de enseñanza” luego que personeros políticos y apoderados alegaran adoctrinamiento de parte de una profesora de historia, quien en clases exhibió la imagen de un carabinero apuntando a un niño y señaló que en Chile no se trata con igualdad a los mapuches.
¿Es mentira? Podríamos revisar el Caso Huracán, la sentencia del caso Catrillanca, o los antecedentes que motivaron el traslado de más de 800 efectivos de la PDI para allanar una comunidad mapuche.
Yo no los vengo a “adoctrinar”, pero quiero poner ciertas cosas sobre la mesa.
Exponer actualidad no es adoctrinar, es más, la promoción de la cultura cívica y la comprensión de la igualdad ante la ley forma parte del programa curricular nacional para alumnos de sexto básico.
El 2019 el Centro de Justicia Educacional de la PUC a propósito del proyecto de ley que buscaba sancionar el adoctrinamiento señaló en contra del proyecto: “El aprendizaje de una convivencia democrática que promueva la argumentación y el debate reflexivo resulta clave para la cohesión social, así como para el desarrollo moral y del pensamiento crítico”.
Así mientras la educación nos dota de autonomía para desarrollar el propio juicio, adoctrinar es dormir el espíritu crítico, es imponer una visión univoca y cerrada del mundo o régimen político imperante que no cuestiona las premisas de su existencia, y permea a quienes la reciben de intolerancia y oposición a la diversidad.
La historia no es física, y lo que para mí puede ser un tremendo héroe, para cientos de otras personas puede ser totalmente lo contrario, y esa es precisamente la idea, el problema es cuando alguien -de izquierda o derecha- cree que puede imponer la verdad o de plano negarla, y siquiera se cuestiona las premisas que sostienen su posición.
Un ejemplo ¿Para ti que es el estallido social? Para unos es la revuelta popular, el despertar contra las injusticias en búsqueda de dignidad. Para otros un ataque generalizado contra Chile, una guerra librada por un enemigo poderoso al cual no se dudó en hacer frente hasta logar restaurar el orden público.
La tensión es latente, y aunque es obvio que no es lo mismo intentar cultivar el espíritu crítico de un niño de 8 años quien probablemente siquiera tiene discernimiento, que inculcárselo a estudiantes de 17 años que creen que el “gobierno militar” – porque no hablamos de dictadura- estaba justificado en sus violaciones de derechos humanos, las cuales siquiera creen que ocurrieron, no podemos perder de vista que resguardar la convivencia democrática, es permitir la libertad de enseñanza.
Por ello, en palabras de IBAÑEZ-MARTIN su protección es resguardar las condiciones para que nadie se sienta coartado de exponer razonadamente lo que piensa, promoviendo que quienes ejercen la docencia sean capaces de demostrar el camino que han recorrido para llegar al conocimiento que exponen, y nos esforcemos por desarrollar bases morales que favorezcan la asertividad, la verdad, la evidencia y una actitud crítica frente a todo aquello que se le trate de imponer. Quién sabe, ¿quizás en el futuro los colegios voten por los himnos que quieren entonar en los actos?.