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DESCARBONIZACIÓN Y PROCESOS ENERGÉTICOS…DEL VETO DE LAGOS AL DIOS DE SPINOZA

Por Carlo Mora, abogado de la Universidad de Atacama con estudios de posgrado en la UNR, que ha asesorado a gobiernos locales y organizaciones ciudadanas en temas medioambientales y de RSE en la región.

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La insistencia por fragmentar cualquier problema y objeto de estudio nos puede traer como consecuencia que las soluciones planteadas para cada hipótesis terminen afectando a las otras y con ello afecten al resultado global esperado. La interdisciplinariedad y la especialización son enfoques excluyentes pero que se presuponen. Su interrelación debiera ser  base para estructurar un consciente, objetivo y pertinente tratamiento didáctico del conocimiento en virtud de la existencia real de los objetos, procesos y fenómenos en el mundo natural, sin embargo, observamos que en los procesos de tomas de decisiones en materia ambiental, en principio de nivel local, están participando de un punto de vista excluyente sin comprender el alcance de su interrelación dialéctica en la construcción del nuevo conocimiento necesario para enfrentar las soluciones que se requieren, por ejemplo, en materia energética frente a la descarbonización.

Ilustrativo puede resultar la visita de la Ministra del Ramo a una zona de sacrificio anunciando destacables medidas, pero que consultada respecto de los plazos de descarbonización de esa zona y sus implicancias inmediatas en la economía local, como el hecho de que, por ejemplo, solo en la recaudación de patentes municipales por el cierre de centrales coligadas en otros territorios – esto es, que si una Central de Melipilla cierra una chimenea, ello le permitirá depreciar su activo y con ello afectará el capital propio general de la empresa- lo que a su vez reducirá el monto a pagar por patentes en otras localidades, aquellas donde los plazos de descarbonización aún están muy distantes en el horizonte, manteniéndose el “estado de sacrificio” pero esta vez agravado doblemente, pues no solo debe seguir soportando la emisión de Co2 sino que el territorio deberá sufrir una reducción financiera en las arcas inmediatas de su gobierno local. La Ministra afirma que ello es materia que desconoce y que debiera ser planteado en la respectiva mesa de descarbonización. Pero los Municipios no forman parte de esa mesa ni han sido invitados, y eso también parece sorprender a la Ministra. Al parecer, la estrategia general no brilla por el diálogo entre sus miembros en orden a reflexionar sobre los efectos de unos planes sobre otros y así cada Ministerio parece operar en un peligroso estanco separado.

Insisto en que la descarbonización es una tremenda meta global, y el esfuerzo que pone el Estado de Chile en aunar las voluntades de corporaciones muy poderosas fijando plazos mientras se trata de generar una agenda de hidrógeno verde aprovechando la alta producción de energías limpias que ya tenemos, es un esfuerzo realmente valorable, pero podría fallar en los efectos colaterales cuando nos centramos en la mirada local que tanto se ha ofertado, el área más sensible, los efectos del proceso sobre las personas y sus territorios sacrificados.

Tal vez si se observara el proceso energético y ambiental ligado a lo humano, como un “Todo Interdisciplinario” el proceso de descarbonización podría recoger la necesidad de que el impuesto Verde sea recaudado y aplicado directamente en las comunas impactadas, a la vez que se podría esgrimir una transición justa con cargo a esos mismos recursos replanteando la matriz productiva de esas localidades, colocando por ejemplo, en esas zonas que pierden industria, los ambiciosos proyectos de hidrógeno verde (muchas de estas zonas de sacrificio ya cuentan con puertos que es un elemento trascendental para la venta de energía) y evidentemente, sin afectar la recaudación municipal de sus gobiernos locales. En definitiva, una tarea global como la descarbonización, se puede efectuar perfectamente sin deprimir la economía local de esos habitantes. Mal que mal se trata de un proceso ligado a la naturaleza, y siempre que nos encontramos de frente con problemáticas que la coloquen como centro, es prudente dialogar con ella con la intensidad que merece, como la entidad ante la que nos dirigimos, nada menos que “el dios de Spinoza” como afirmaba Einstein, como ese todo de materia y energía, de cuerpo y espíritu, postrados con la necesaria reverencia, tan lejana de lo que alguna vez planteara Ricardo Lagos cuando “surgió si la consulta a las comunidades donde están enclavados los recursos mineros es vinculante o no. Yo dije que me parecía un poco injusto porque le daba derecho a veto a un grupo sobre algo que era de todos los chilenos”, lanzando al sacrificio, una vez más, a unos pocos por unos todos y en contra del Todo de Spinoza, ese Todo que engloba todas las cosas y a todos los humanos, idea universalista porque todos somos igualmente partes del Todo, ningún grupo “nacional” ni ningún individuo tiene el derecho a considerarse superior, escogido por Dios o especialmente dotado por la Naturaleza, y como tales, como parte de la Naturaleza y permanentes aprendices de cómo funciona, la hemos de admirar y respetar y no creer que existe sólo para que hagamos de ella el uso que nos convenga, o que convenga a los mismos pocos de siempre y que sin prudencia, sacrifican al otro, como si no formara parte de su propio universo.

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