Búsquedas de Catalina Álvarez siguen sin dar indicios de su paradero
Rescatistas concurrieron hasta una zona ubicada en el Camino Internacional con equipamiento que permitió revisar otras faenas mineras.
(Por Frenny Kelly Granado). Hace más de un año que secuestraron a Catalina y todavía no hay rastros de ella. Por tercera vez, desde que el Juzgado de Garantía autorizó ampliar la investigación por seis meses, la han rastreado en nuevos puntos, pero no hay ningún indicio que dé señales de que están cerca de encontrar sus restos.
La Fiscalía de Atacama nuevamente dirigió un operativo de búsqueda en una de las nuevas zonas de faenas mineras abandonadas que habían sido georreferenciadas para desarrollar este trabajo, pero lamentablemente el equipo regresó con las manos vacías una vez más.
“En esta ocasión los rescatistas llegaron a la profundidad de estos trabajos ya abandonados y lamentablemente no hubo resultados positivos. Sin embargo, una vez finalizada la jornada de trabajo de inmediato se definió ya la próxima zona de búsqueda que se realizará con el mismo equipo”, indicó el fiscal Sebastián Coya que participó de la búsqueda.
La comitiva, integrada por personal especializado de “Rescate Atacama”, funcionarios de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) y el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), inspeccionó profundamente el sector de piques mineros ubicado en el camino internacional cerca de Copiapó, lo que permitió descartar dichas áreas como sitios de interés para la investigación.
Además de los profesionales, los padres de Catalina también asistieron a la búsqueda acompañados de profesionales de la Unidad de Víctimas de la Fiscalía Regional.
“A partir de esta solicitud la Fiscalía reorganizó a los grupos de búsqueda con quienes se coordinó la manera de reunirse cumpliendo con las medidas de prevención necesarias con motivo de la actual pandemia; además de gestionar las autorizaciones para poder salir en periodo de cuarentena”, dijo el fiscal jefe de Copiapó y quien dirige la investigación, Christian González Carriel.