OPS llama a aumentar servicios de salud mental por COVID-19, ¿Cuál es la situación en Chile?
*»La pandemia ha provocado una crisis de salud mental en nuestra región nunca antes vista», dijo la directora de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa Etienne. En nuestro país diversos centros reportan un aumento en las consultas, además, otro tipo de entidades ofrecen su apoyo a los ciudadanos
La directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS o Paho, por su nombre en inglés), Carissa Etienne, es clara al enfatizar los efectos psicológicos de la crisis sanitaria: «la pandemia del COVID-19 ha provocado una crisis de salud mental a una escala nunca antes vista en nuestra región«, afirma.
«Se trata de una tormenta perfecta en todos los países, ya que vemos necesidades cada vez mayores y recursos cada vez menores para abordarlas», dijo la representante de la OPS esta semana en el marco de un llamado a que los países aumenten la oferta de servicios de salud mental para enfrentar el brote del virus. Para la OPS, el refuerzo se requiere en tres áreas: la salud mental de los ciudadanos, la ayuda para quienes puedan ser víctimas de violencia doméstica y el impacto que puede tener la sobrecarga de trabajo en los funcionarios de la salud.
La salud mental es clave en todo el mundo y especialmente en las Américas, grupo de países que tiene a la ansiedad y la depresión entre sus principales causas de discapacidad. Además, de acuerdo a la misma OPS, las investigaciones iniciales indican que hasta un tercio de los pacientes recuperados de COVID-19 pueden tener cambios duraderos en su estado de ánimo, sufriendo de ansiedad o depresión.
El doctor en Psicología y director del magíster en Neuropsicología de la Universidad Mayor, Héctor Burgos Gallegos, explica que la pandemia es un agente de estrés para las personas y que al mantenerse en el largo plazo puede ocasionar ciertos trastornos que deben abordarse a nivel psicológico. El experto explica que a raíz de esta situación se pueden desencadenar respuestas de miedo, rabia, pena o alegría y que «una combinación de ellas son las bases de la ansiedad, la depresión o las adicciones, entre otros efectos, es como un tsunami interior que sólo busca una vía de salida, como aguas internas que no pueden ser retenidas».
En un escenario «de riesgo» como este las conductas de autolesión, la agudización de síntomas ansiosos o de depresión, el exceso de consumo de sustancias y otras conductas de peligro pueden aumentar. Un estudio del Senda enfocado en comportamientos durante el «período COVID-19» concluyó que si bien gran parte de los encuestados consumió menos alcohol (en relación a su «normalidad») durante estos meses, casi la mitad reporta un aumento en la ingesta de medicamentos sin receta.
BUSCANDO AYUDA
«(Las consultas por salud mental) han aumentado», asevera el especialista de la Universidad Mayor, explicando que «la mayor parte acuden por la causa de pandemia, pero finalmente afloran otras problemáticas ocultas (…) en especial aspectos de duelos, conflictos parento filial, conyugales, laborales, entre amigos o amigas. Como es apreciable, la pandemia y los conflictos sociales en el mundo y el país, sólo son eventos que desembocan en un rebalse del agua del vaso, en este caso, el tsunami emocional que hablábamos previamente«.
A nivel nacional aún no hay cifras precisas respecto a cuánto han crecido las asistencias a citas por salud mental durante este período, aunque en algunos centros de salud reportan un alza importante. Al respecto, desde la unidad de Psiquiatría Adulto de la Clínica Las Condes indican a un aumento en torno al 50% en este tipo de consultas desde el proceso de transición, que disminuyó las restricciones de movilidad en algunas comunas del país. En el grupo RedInterclínica -que concentra los centros Nueva Cordillera, Los Carrera, Tarapacá y Los Leones- reportan que el 22% de sus consultas por vía remota son por salud mental, dato importante si se toma en cuenta que la telemedicina en sus establecimientos creció 9 veces durante abril y junio de este año.
Además de las consultas de psicología y psiquiatría en centros de salud o atención particular, algunos establecimientos educacionales y organizaciones no gubernamentales han aumentado o comenzado servicios para contener y ayudar a las personas que están pasando un mal momento a raíz de la pandemia de COVID-19.
La ONG Psicólogos Voluntarios, por ejemplo, amplió su canal de contención telefónica incluyendo los fines de semana y desde esa fecha ha atendido a más de mil personas. También es el caso de la Universidad Mayor, que abrió cupos para atenciones virtuales gratuitas en su Centro de Atención Psicológica, la Universidad de Chile a través de su plataforma Conversemos, el Gobierno en Hospital Digital; la Fundación Integra a través de su Fono Infancia y de otras agrupaciones y entidades.
El director del magíster en Neuropsicología de la Universidad Mayor hace énfasis en la importancia de buscar ayuda de un profesional, ya que allí se pueden aplicar las herramientas especializados al respecto. Además, ante una situación de crisis recomienda -en adición a asistir a un centro dedicado a estas problemáticas- utilizar técnicas de respiración que permitan disminuir el estrés, como cerrar los ojos y respirar profundamente en cuatro tiempos.
Para Héctor Burgos el rol de instituciones educacionales y organizaciones de todo tipo debiera ser el «tener protocolos de contención de estas situaciones con psicólogos a disposición o, al menos, convenios con otras instituciones con profesionales de salud mental». Esto porque los problemas de salud mental pueden ocurrir en cualquier momento y no solamente relacionados a la pandemia.
Las organizaciones comunitarias -como juntas de vecinos, centros de adultos mayores, asambleas, fundaciones, partidos políticos, grupos de iglesia y otros- también son un importante aporte a la hora de enfrentar los efectos de la pandemia en la salud mental. Así lo revela el estudio «Consulta ciudadana: Respuesta comunitaria a la pandemia COVID-19″ realizado por cinco universidades chilenas y que muestra que entre las personas que conocía algún grupo de este tipo con conexiones con algún centro de salud (como Cesfam, establecimiento de salud u otro) la mayoría reportaba distintas acciones de ayuda en torno al virus. De ellas, una proporción relevante apuntaba a actividades recreativas y vinculadas a autocuidado y salud mental.
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