Se desconoce cuántos policías están amotinados contra Evo Morales
Unidades de policías de tres ciudades se alzaron el viernes contra el presidente boliviano, quien denunció un golpe de Estado “en marcha”, mientras la oposición exige en las calles su renuncia.
La primera en rebelarse fue la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (Utop) de la ciudad central de Cochabamba y poco después se amotinaron los comandos de la policía de Sucre (sur, la capital de Bolivia) y Santa Cruz, rica región del oriente del país y bastión opositor. Finalmente se unió la Policía Boliviana de la sede de Gobierno, dejando sin resguardo la Casa Grande del Pueblo y la plaza Murillo donde está la Asamblea Legislativa y el “Palacio quemado”.
“Estamos amotinados”, dijo a una televisora local -con el rostro cubierto- un policía de la Utop de Cochabamba, unidad encargada de reprimir manifestaciones. “La policía de Chuquisaca (Sucre) se unió en apoyo a los camaradas”, declaró otro agente también con el rostro cubierto.
Ante esto Morales denunció a través de su cuenta en twitter un que “nuestra democracia está en riesgo por el golpe de Estado que han puesto en marcha grupos violentos que atentan contra el orden constitucional”.
No obstante, el gobierno había descartado ordenar una operación militar para someter a los policías rebeldes, según anunció más temprano el ministro de Defensa, Javier Zavaleta. “No se va a hacer ninguna operación militar en estos momentos, eso está totalmente descartado”, declaró.
En la céntrica avenida Prado, la principal de La Paz, decenas de policías marcharon esta noche dentro de una columna de manifestantes opositores gritando consignas contra Morales, observó la AFP. Las televisoras locales mostraron además a las personas dándose la mano con policías en el centro de La Paz, en contraste con las tres noches anteriores, cuando ambos bandos se enfrentaban.
Medios locales dijeron que los policías de otras tres regiones -Oruro (sur), Tarija (sur) y Beni (noreste)- se retiraron a sus cuarteles en apoyo a la oposición.
“No estoy en condiciones todavía para calificar esta movilización como un motín, un repliegue (o) un acuartelamiento”, dijo el ministro de Interior, Carlos Romero, la madrugada del sábado, cuando además comentó que “tenemos plena confianza en que vamos a poder superar esta situación que se presenta en la policía boliviana como lo hemos hecho antes, a través del diálogo”
Los expresidentes Jaime Paz Zamora (1989-1993) y Jorge “Tuto” Quiroga (2001-2002) pidieron a las Fuerzas Armadas que no repriman a los opositores “por un tirano que se va”, ya que ellas “no deben salir a enfrentar a su pueblo”.
El líder regional Luis Fernando Camacho, erigido como el rostro más visible y radical de la oposición, agradeció a los agentes y pidió a “la familia militar” que cumpla su “compromiso con el pueblo boliviano”.
Camacho había pedido el sábado pasado a militares y policías unirse a la oposición, que denuncia un fraude y exige la renuncia de Morales, en el poder desde 2006. También dijo que llevará personalmente una carta de dimisión el lunes a Morales para que la firme. Pretende ir acompañado de otros dirigentes.
En respuesta, Morales sostuvo a una reunión de emergencia con varios ministros y el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, general Williams Kaliman, según televisoras locales. Las protestas han dejado tres muertos y unos 200 heridos, y han restringido la circulación y el comercio, mientras que Morales, de 60 años, ha descartado renunciar, pues afirma que los comicios fueron limpios y ha hecho oídos sordos a los reclamos que lo acusan de buscar ganar tiempo al aceptar una auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) a las elecciones.