Cómo organizarse en marzo y alcanzar los objetivos laborales luego de las vacaciones de verano
Sin duda, el retorno a la oficina luego de las vacaciones requiere de un período de adaptación para adquirir nuevamente el nivel de rendimiento habitual, sobre todo considerando que la mayoría de los trabajadores se toma entre dos y tres semanas de descanso durante la época estival. Se trata de una tarea dura en términos de retomar el ritmo, el estado anímico, la concentración, los horarios, reorganizar las tareas, resolver temas pendientes y, en definitiva, normalizar la rutina y recuperar la motivación que nos permite desempañarnos con éxito en el trabajo. Sin embargo, el tiempo que suele tomar la adaptación del biorritmo a la rutina varía en función de cada trabajador y de cómo planifique su vuelta, pero por norma general, debería estar comprendido entre un par de días.
Al respecto, Catherine Rojas, branch manager de la multinacional de Recursos Humanos Randstad, señala que tras los días de descanso generalmente se da por sentado que una persona debería estar conectada a un nivel habitual o por encima de lo normal para enfocarse nuevamente en los objetivos laborales del año, pero no siempre ocurre así. Por eso, una vez en el trabajo, existen puntos a considerar para conseguir que la adaptación se dé en el menor tiempo posible. “Tomarse el regreso a la oficina con calma, hacer un listado de prioridades, apoyarse en los compañeros, respetar los horarios de sueño, tener una alimentación saludable y realizar actividades deportivas o extra programáticas, son algunas de las herramientas que nos permitirán tener la energía física y mental necesaria para llegar a marzo de la mejor forma. Y es que la adaptación progresiva luego de pasar un tiempo desconectado repercute de manera directa en la motivación y en el desempeño de los empleados”, asegura.
Por otro lado, también es importante considerar aspectos que se pueden planificar de manera previa a la reincorporación y que son igual de relevantes. Por ejemplo, “si durante las vacaciones realizas un viaje fuera de la ciudad y retornas a tu hogar el día antes de volver a la oficina, no tendrás tiempo suficiente de recuperarte, por lo tanto, no llegarás en condiciones óptimas para enfrentar una nueva semana, especialmente si tomamos en cuenta que los atochamientos vehiculares, además del cansancio, generan estrés. En este sentido, es recomendable tomarse al menos un día de descanso con el objetivo de retomar los horarios y los hábitos cotidianos, preparándose para enfrentar el regreso de una manera más sana y menos ansiosa”, aconseja. Adicionalmente a esto, y una vez en el trabajo, la ejecutiva aconseja pensar positivo para favorecer el optimismo, compartiendo conversaciones con compañeros acerca de las celebraciones, enfocándose en las tareas más atractivas y proponiéndose nuevos retos que supongan un aumento de energía.
Por otro lado, tomando en cuenta que la adecuación es progresiva, es importante considerar que la primera semana será de reorganización, debido a que durante los días de ausencia, lo más habitual es que se acumulen tareas pendientes que deberán resolverse al regreso, con el fin de terminar septiembre de manera exitosa en cuanto a retos profesionales, dice Catherine. “A muchas personas les cuesta bajar el nivel de ansiedad al volver, especialmente a quienes trabajan por objetivos, debido a que especialmente febrero suele ser un mes “muerto” en cuanto al avance en el cumplimiento de metas, por lo tanto, este es un factor que suma tensión al retorno y generalmente requiere hacer un esfuerzo adicional durante marzo. Para poder dar respuesta de manera oportuna y eficiente a todas las tareas, se recomienda jerarquizar la importancia de cada una y alejar la idea de resolver todo el primer día. De esta manera, se reducirá el impacto emocional y el estado de ánimo se verá menos alterado para afrontar con motivación los labores que están inconclusas”, concluye.