La Columna Marcial Por Luis Astorga Camus. Astorga Dojo
«Sentir Karate»
El Karate tradicional no es sólo una disciplina física o un conjunto de técnicas a aprender: es un estilo de vida, una filosofía que requiere dedicación, compromiso y, sobre todo, la capacidad de «sentir» profundamente lo que se está practicando. Este Arte no es para todo el mundo, no porque excluye a quienes se le acercan, sino porque requiere cualidades internas que no se pueden enseñar, como la resistencia, la humildad y la fuerza.
«Sentir karate», significa vivirlo no sólo en el dojo, sino en cada momento de tu vida. Entender que toda técnica no es el fin de sí misma, pero contiene una lección más profunda. El gesto físico se convierte en una expresión de una conexión entre mente, cuerpo y espíritu. Esta sensibilidad no se gana simplemente copiando movimientos, sino a través de la experiencia, la introspección y una sincera apertura a lo que el Karate puede enseñar.
Un aspecto que aleja a muchos de la práctica auténtica es la capacidad de lidiar con el dolor. En el karate tradicional, el dolor no es un enemigo, sino un maestro. Ya sea el dolor físico del condicionamiento o el dolor mental de la disciplina y el sacrificio, cada sufrimiento es una oportunidad para crecer. Soportar el dolor significa hacerse más fuerte, desarrollar resistencia y fuerza interior, cualidades fundamentales para aquellos que desean seguir el camino del Karate.
Muchos pueden intentar practicar karate, pero pocos pueden entender su esencia. La sociedad moderna a menudo busca resultados inmediatos y atajos, mientras que el karate tradicional requiere tiempo, dedicación y búsqueda personal continua. No es una práctica adecuada para aquellos que buscan sólo espectáculo o un pasatiempo: es un camino que requiere autenticidad y perseverancia.
Aquellos que practican el karate tradicional deben estar dispuestos a enfrentar no sólo sus limitaciones físicas, sino también sus limitaciones mentales y emocionales. Solo aquellos que están dispuestos a aceptar este desafío, día tras día, pueden descubrir realmente lo que significa «sentir karate» y vivirlo como parte integral de su existencia.