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Miguel Vargas, gobernador regional de Atacama: “No tengo una varita mágica, pero la gente me conoce porque hago la pega”

Este 14 de julio, el Gobierno Regional de Atacama cumplirá tres años al mando de las fuerzas progresistas en la región. Con una hoja de ruta en marcha para definir el destino de la segunda capital minera de Chile, el proceso de descentralización viviría momentos de retrocesos y avances. Golpeando la mesa, el gobernador Vargas expuso su cartera de proyectos, defendió su programa de gobierno y sinceró su posición frente a temáticas como el Caso Fundaciones, su legitimidad frente al pacto electoral oficialista y la permanencia de la Delegación Presidencial.

 

El gobernador de la región de Atacama, Miguel Vargas Correa, visitó las dependencias de Diario Chañarcillo para conversar en extenso sobre actualidad, el presente del Gobierno Regional (Gore) y su embarque en una nueva carrera electoral para lograr ser reelegido en la máxima magistratura de la tercera región. Este lunes se reveló que el profesor de Estado, apoyado por el Partido Socialista, se transformó en el candidato único del oficialismo y la Democracia Cristiana, con la baja de la directora regional del Instituto Nacional de la Juventud, Ericka Portilla (PC).

Pero no todo son grandes anuncios, acuerdos entre autoridades o alegres reuniones con la comunidad. Un paro de profesores que duró más de 70 días, un proceso de descentralización a paso lento, una investigación en curso por presuntas irregularidades en convenios con fundaciones y cuestionamientos desde miembros de la coalición por su capacidad “transformadora”, son las trabas que el gobernador Vargas ha sorteado a través de una agenda abultada de obras públicas. “No tengo una varita mágica, pero mi principal carta de presentación, y por lo que la gente me conoce, es que hago la pega”, enfatizó, distendido en su respaldar.

La magia no existe

Oficialmente es el candidato único del oficialismo. ¿Cuánto ha cumplido de su programa de gobierno? ¿Tiene la cifra?

El 100% –risas–. No, es imposible cumplir todo, pero sí hay avances importantes en nuestro plan de gobierno e insto a que la gente lo pueda comparar, para que vea que lo que dice el gobernador es cierto. Nosotros pusimos mucho énfasis en nuestro plan de inversión en infraestructura. Como decimos siempre, “obras son amores”, son las que generan esperanza de que los problemas se van resolviendo. También comprometimos nuestro plan con dar apoyo a los sectores productivos, y eso se ha traducido en programas que están en ejecución en el sector pesquero artesanal, con una inversión de casi 10 mil millones de pesos; un acuerdo de colaboración con la Empresa Nacional de Minería para comprar dos chancadores, uno en Planta Matta y otro en El Salado. Seguimos adelante con convenios de programación en salud, que financió la construcción de un hospital moderno en Huasco, uno en Diego de Almagro en proceso de construcción y el equipamiento de nuestros principales recintos de salud en Copiapó y Vallenar, junto al próximo Centro Oncológico. Hemos estado en terreno con las personas; hemos cumplido.

Quiero unir dos cosas. Si miramos la elección pasada, usted fue electo con una participación que no llega ni al 15%, y hoy el Partido Comunista en Atacama afirma que “tenemos que ver si Miguel Vargas encarna las ‘grandes transformaciones’” ¿Se siente portador de esos cambios, de capitalizar una gran adhesión ciudadana?

Todo candidato aspira a captar la adhesión de los ciudadanos y ciudadanas, y yo no soy la excepción. Lo importante aquí son las credenciales que tú tienes, y la gente de acá a mí me conoce como una persona que hace la pega, que está en terreno y que escucha las demandas de los ciudadanos y ciudadanas. Esa es mi principal carta de presentación, tampoco tengo la varita mágica para resolver todos los problemas que tiene Atacama, porque eso es imposible sin generar articulaciones. Ese es otro de los atributos tiene el gobernador Vargas, que es el de generar esa capacidad de llegar a acuerdos en un trabajo colectivo.

Se le ha cuestionado también por una investigación en curso por presuntas irregularidades en convenios de fundaciones con el Gore. ¿Qué opinión le merece este proceso?

Hemos actuado con mucha transparencia. Hay algunos que cuestionan el tema de los convenios, por ejemplo con las fundaciones, y debo recordar que hasta el año 2022 no era ningún inconveniente que llegáramos a acuerdos con fundaciones para financiar programas en el entendido que eran proyectos que beneficiaban a la comunidad. Cualquier persona puede revisar el contenido de ese financiamiento y medir los impactos que han tenido en las comunidades. Antes de venir aquí, me reuní con la Fundación Unidos por la Protección Animal, y nadie podría decir que nuestros amigos son todos delincuentes, que están robando los recursos. Entonces, aquí como que se ha instalado que todo lo que tenga que ver con una fundación es poco transparente es poco probo. Hemos trabajado en muchos proyectos beneficiosos para la comunidad, como la Fundación Levantemos Chile o la Fundación Simone de Sirene, para reducir las listas de espera y entregar asistencia técnica a la pesca artesanal, respectivamente. Hoy el rayado de cancha es distinto, pero nosotros estamos absolutamente tranquilos porque dispusimos a Contraloría todos nuestros programas y colaboraremos con cualquier solicitud de información mientras el Ministerio Público realice su investigación.

La esperanza en una estrategia

Según usted, la Estrategia Regional de Desarrollo Atacama 2024-2023 (ERDA) es el segundo hito más importante para la región luego de la elección de gobernadores en 2021…

Estuvimos 18 meses trabajando en esto, transformándose en una noticia relevante para el proceso de descentralización que, hay que decirlo, tiene algunos avances y también retrocesos. Valoro enormemente el trabajo en conjunto que se realizó con la Universidad de Atacama y a todas las personas que participaron de los encuentros. Debemos seguir consolidando este camino, porque si hay algo que le hace bien a los territorios, es que los gobiernos subnacionales tengan más facultades y recursos para hacernos cargo de las necesidades de las personas y distintos grupos.

Además del estancado proceso de descentralización ¿Qué nos asegura que esta ERDA vaya a funcionar? Considerando que su versión anterior en 2017, periodo donde usted fue intendente de la región, no fue satisfactoria.

Yo creo que el componente participativo que tuvo la elaboración de este documento le da un soporte muy importante. La efectividad de esta estrategia va a depender también de atraer inversión, entonces la ERDA integra un espacio privilegiado en materia de crecimiento económico, buscando que se genere una gobernanza donde el Gore tome un rol protagónico como articulador de la inversión pública. Por lo demás, el 53% de nuestro presupuesto se concentra en obras que están a la vista, como el hospital de Diego de Almagro, la subcomisaría Pedro León Gallo en Copiapó, el Parque Kaukari donde aportamos recursos, construcción de viviendas, convenios para mejorar nuestra educación y en general, trabajar en conjunto al Gobierno central para desarrollar ciudades vivas, verdes y comprometidas con la comunidad.

A propósito de la comunidad, hay una serie de desafíos que se plantea la ERDA. Los conflictos socioambientales son un punto clave, existiendo aún siete en Atacama según el INDH. ¿Cómo combatir este escenario desde esta estrategia?

Hemos dicho con mucha claridad que, así como nos importan las tareas de crecimiento, vamos a ser muy rigurosos en exigir que estas inversiones cumplan con las disposiciones ambientales. Eso no se discute en Atacama. Toda iniciativa tiene que establecer una estrategia clara de vinculación con el entorno, con las comunidades, porque hoy en día los problemas, como tú dices, son socioambientales. Se trata de que la región gane, no solo el dueño del negocio. Entonces, esta estrategia comprende trabajar muy de la mano con servicios como el Servicio Nacional de Geología y Minería, con las propias mineras y las organizaciones sociales para avanzar con más celeridad, por ejemplo, en el plan de descontaminación Copiapó-Tierra Amarilla, mayores políticas de responsabilidad social, tratar el tema de los relaves en la capital regional y garantizar la salud de los territorios con acciones concretas, como mayores exigencias para las empresas en los procesos de Evaluación Ambiental. No solo discursos bonitos, finalmente.

Menos escritorios y más terreno

Hay una sensación general en las ciudades y es la de una suerte de “abandono”. Microbasurales, problemas viales, en infraestructura, vivienda. ¿Tienen el mismo diagnóstico?

Creo que se ha ido instalando con justa razón una sensación, más que abandono, de postergación. Si se nos entregan más recursos a los gobiernos subnacionales y locales, indudablemente la consecuencia de eso será que seamos mucho más eficientes en la solución de los problemas. Pero si tenemos que depender de la decisión de alguien que está en un escritorio en Santiago, obviamente Atacama no es prioridad para esa persona. Si uno mira la inversión sectorial en la región, la curva ha sido descendente: todavía estamos en grandes anuncios, pero no tenemos grandes proyectos. Seguimos esperando la doble vía Caldera-Antofagasta, la nueva cárcel, las mejoras al aeropuerto, la continuidad del camino costero. Y en cambio, tenemos déficit de especialistas, los proyectos de infraestructura son lentos y en educación, que fue una voz de alerta el año pasado, tenemos problemas pedagógicos, de infraestructura, bajos promedios en las pruebas de selección a la educación superior y en el Sistema de Medición de Calidad de la Educación (Simce). Si enumeramos todas las dificultades, uno puede entender la sensación que tiene la comunidad. Yo suscribo completamente a la consigna de que Atacama merece un nuevo trato.

Esto tiene que ver directamente con el proceso de descentralización, del que usted afirma hay retrocesos. ¿Tiene que ver con la permanencia de la figura del delegado presidencial?

Partimos como avión en este proceso y algo pasó en el camino. Se dejó de hablar del fin de la figura del delegado presidencial, una institución que muchos se preguntan qué sentido tiene que exista si hay una primera autoridad regional elegida por la comunidad. Quienes defienden el centralismo encontrarán razones para justificar su existencia, y hemos manifestado a la ministra del Interior, a la subsecretaria de Desarrollo Regional y al propio Presidente que avancemos rápidamente con la transferencia de competencias. Necesitamos definir qué servicios públicos pasarán a ser parte del Gore, qué programas de ejecución pueden ser traspasados, aprobar de una vez por todas la Ley de Rentas para tener una inyección de recursos permanentes. Si comparamos los presupuestos entre 2023 y 2024, el de este año es menor, sin considerar los aportes por Ley del Royalty, que además están destinados solo para proyectos de innovación, fomento productivo y desarrollo, que ya están incorporados en el presupuesto general. Vamos a pedir que aquello se corrija, porque se nos prometió que incrementarían los presupuestos y eso no fue así. Sin más recursos, no podemos hacernos cargo de las crecientes demandas de los municipios y la ciudadanía.

A propósito de esas demandas, conversando con el nuevo presidente de la Asociación Regional de Municipalidades de Atacama (ARMA), el alcalde de Diego de Almagro, Mario Araya, nos comenta que hay problemas de comunicación entre la entidad y el Gore. ¿Son perfectibles esas redes?

Lo que pasa es que no están todos los municipios en el ARMA. Eso ya es un tema que deben corregir, para incluir a las nueve municipalidades y facilitar el diálogo. Si hablamos en materia de gestión, tenemos una relación privilegiada, siendo nuestros principales aliados en materia de desarrollo y ejecución de proyectos de infraestructura. Además, estamos explorando nuevas líneas de apoyo a través de subsidios para la mantención y operación de los sistemas de alcantarillado; para la compra de medicamentos; para el funcionamiento de la farmacia municipales, comprando permanentemente vehículos y equipos, sistemas de televigilancia para ayudar en labores de seguridad donde también los municipios están aportando un rol protagónico, entre otros elementos.

En Atacama superamos el promedio de percepción de inseguridad, somos top 4 en tasa de homicidios consumados y hace poco un estudiante de colegio subvencionado entró con un arma al establecimiento. ¿Qué se ha hecho en concreto desde el Gore para prevenir en materia de seguridad?

Nos vamos a hacer cargo nosotros, en el marco de una alianza con la Delegación Presidencial, la Subsecretaría de Prevención del delito y los municipios, de toda la red de televigilancia con un proyecto piloto aquí en Copiapó. Por otra parte, apoyamos con el financiamiento a proyectos de alarmas comunitarias, proyectos de capacitación que postulan organizaciones sociales, proyectos de focos solares para barrios más iluminados y seguros. Se vienen proyectos muy importantes como la subcomisaría en Huasco, dos retenes en Vallenar, también el retén en San Pedro. Además, ya están aprobados los recursos en el Consejo Regional para un nuevo helicóptero que sobrevuele la sección aérea en el sector de Chamonate para Carabineros. Ahora, lo que nos falta es que la gente denuncie, entonces nos hemos estado reuniendo para evaluar cómo aumentar la confianza en la población, porque si no hay denuncia, no hay investigación y por tanto no hay persecución del delito.

Con esto se abre una arista importante, y es el caso de la desaparición de mujeres en Atacama donde tuvimos noticias hace poco. ¿Se ha hecho cargo el Gore de esta materia?

Acabamos de acordar con Carabineros la adquisición de un equipo que nos va a permitir ser mucho más eficientes en la búsqueda de personas desaparecidas: un georadar. Las mismas familias nos han pedido que no dejemos la búsqueda, que la focalicemos e incorporemos tecnología para ojalá llegar a resultados positivos.