31 de marzo: Visibilidad Trans y la lucha por una inclusión real en Atacama
En el Día Internacional de la Visibilidad Trans, distintas autoridades, organizaciones y representantes de la comunidad se reunieron en una emotiva ceremonia en Atacama para conmemorar esta fecha clave para los derechos humanos. El acto, impulsado por agrupaciones locales, se centró no solo en la celebración de identidades, sino en la denuncia de las deudas pendientes del Estado y la sociedad con la población trans.
La jornada fue encabezada por la Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Carolina Armenakis, quien reafirmó el compromiso del Gobierno en avanzar hacia una sociedad más inclusiva:
“Estamos aquí porque las agrupaciones trans nos han pedido ser parte de esta visibilización. Hoy conmemoramos y, principalmente, nos comprometemos como autoridades a seguir avanzando en los derechos de las mujeres trans, porque creemos que son parte también de nuestra sociedad”, señaló.
Armenakis destacó los avances en integración social y laboral que algunas personas trans han logrado en la región, aunque reconoció que aún queda mucho por hacer. “El llamado es a que nos respetemos, nos admiremos y caminemos juntos para que cada agrupación siga avanzando en sus derechos”, concluyó.
Uno de los discursos más potentes de la jornada vino desde la propia comunidad trans. Lorena Herrera Borges, presidenta de la Agrupación Libertad Trans Atacama y del Comité de Vivienda LGBTQ+ de la región, recordó la importancia de la fecha y lo que representa para quienes luchan día a día contra la discriminación.
“Este día es especial para todas nosotras, como mujeres y hombres trans. Es un día para luchar, alzar los brazos, denunciar los abusos y recordar a quienes ya no están. Muchos asesinatos siguen impunes. Es un día para visibilizar nuestra bandera trans, para exigir que se nos tome en cuenta, porque aún somos excluidas de la sociedad y especialmente del mundo laboral”, declaró Herrera con profunda emoción.
Por su parte, Ana María Aguirre Canto, encargada de la Oficina Municipal de las Mujeres, hizo hincapié en el rol del Estado y en la necesidad urgente de garantizar derechos concretos. “Entendemos lo que las compañeras trans viven a diario: discriminación constante y falta de acceso a derechos básicos como trabajo, salud, vivienda, educación. Hemos acompañado a muchas cuando han perdido a sus compañeras, asesinadas o fallecidas en la miseria por falta de oportunidades”, dijo Aguirre.
La ceremonia fue mucho más que un acto simbólico. Fue una interpelación directa al Estado y a la ciudadanía para comprender que las personas trans no solo exigen respeto, sino inclusión real. Y mientras se avanza lentamente en la conquista de derechos, las voces que alzaron sus banderas este 31 de marzo en Atacama lo hicieron con la fuerza de quienes han resistido demasiado tiempo en los márgenes.
Porque la visibilidad es solo el primer paso; la dignidad, el destino.