21 personas han denunciado accionar de Carabineros durante violentas manifestaciones
En una reunión que hace unas semanas el Instituto Nacional de Derechos Humanos de Atacama sostuvo con el organismo policial, se le solicitó el recorte del uso de armas con balines de goma.
(Por Frenny Kelly Granado). La primera semana de noviembre un habitante de la comuna Tierra Amarilla denunció en el Instituto Nacional de los Derechos Humanos, con sede en Atacama, que había sido detenido por funcionarios de Carabineros de Chile sin recibir una explicación del porqué. Además, dijo que fue agredido física y verbalmente antes de ser dejado en libertad sin pasar por el respectivo proceso de formalización.
Su caso, es uno de los 21 que el INDH constituyó en las querellas que interpuso ante el Tribunal de Garantía de Copiapó hasta la noche del sábado. Esa es la única causa por presunta tortura; las demás son por nueve por apremios ilegítimos, 10 por violencia innecesaria con resultados de lesiones graves y una por vejación injusta. La Fiscalía ya inició las primeras diligencias investigativas con la entrevista a los denunciantes.
Si bien Carabineros está al tanto de las querellas que hay en su contra producto de las estrategias que han sido aplicadas para mantener el control y el orden público, el general Jorge Tobar Alfaro, jefe de la III Zona en Atacama, informó el sábado que no tiene mayores detalles del aumento de personas lesionadas a causa de los violentos enfrentamientos que se registran cada noche en Copiapó y Caldera, pero no descarta que existan.
Aseguró que, aunque después de cada altercado el personal policial pesquisa permanentemente los centros asistenciales para establecer quiénes acuden a recibir atención médica, no puede cuantificarlos a los heridos porque, “por lo general, lo que ocurre es que ellos se presentan y se van de inmediato”.
Sin embargo, Marcia Quezada, directora subrogante del INDH en esta región, aclara que es con base a la información ofrecida por los centros hospitalarios, que se ha podido constatar las denuncias que llegan al instituto por diferentes medios, ya sea presenciales, vía telefónica o electrónica; es decir, la acción de confirmar si hay o no heridos en cada manifestación se puede hacer con la facultad que tiene la institución para solicitad los antecedentes.
“Estamos hablando de personas que, en su mayoría, han recibido impactos por balines en distintas partes de su cuerpo, siendo el caso más grave el de un joven de Caldera que -los primeros días de manifestación- sufrió un trauma ocular sin pérdida de visión, que ingresó con urgencia al Hospital Regional y fue derivado a la unidad de trauma ocular del Hospital El Salvador en Santiago”, puntualiza Quezada para demostrar que “hay registros médicos de las fichas de atención clínica; es decir, es un dato objetivo. Existe”.
Todo esto corresponde a los 10 casos en los que los funcionarios, presuntamente, han hecho uso de una violencia innecesaria con resultado de lesiones graves, pero además de esto están las nueve denuncias por apremios ilegítimos que conciernen a situaciones que están al margen del uso del protocolo; es decir, “sin usar los procedimientos que están establecidos y que, se supone, son conocidos por todos”.
Al respecto Tobar justificó el sábado que “en los últimos dos días (jueves y viernes), la jornada fue bastante violenta; atacan a los Carabineros con bombas molotov y piedras apenas llegan al lugar y, ciertamente ellos -amparados por el protocolo- hacen uso de éste en su defensa. Nosotros no podemos dejar que no se defiendan de estos estos ataques que muchas veces son arteros y criminales”.
Para verificar que esto se cumpla conforme a lo previsto, sin exceso, Carabineros de Chile atendió al INDH cuando pidió una reunión para manifestar su preocupación respecto a la cantidad de denuncias que habían sido formuladas por el uso desproporcionado de las armas con balines de goma, en dicho encuentro -dice Quezada- la institución policial aceptó evaluarlo y posteriormente recortar su uso.
Lo mismo ocurrió para la utilización de las bombas lacrimógenas, no solo por el impacto que genera el gas, sino también por las lesiones que causa en la persona cuando es golpeada con ella, como en el caso de un joven que sufrió un trauma severo en la nariz. “Nosotros hicimos presentes al general la necesidad de recortar el uso de este armamento”.
EXIGENCIA
El requerimiento hecho a Carabineros para que recorte el uso de las armas de balines no fue una iniciativa exclusivamente regional, sino que también se hizo en todo el país “porque hay evidencia empírica de que el uso de este armamento es muy nocivo (…) las estadísticas indican que Chile lleva la delantera respecto de lesiones oculares por lo mismo”.
El INDH también solicitó que se reevalúe si efectivamente ésta es la mejor medida antidisturbios o no, puesto que “se atenta con los principios básicos para este tipo de acciones que son la proporcionalidad en el uso, la racionalidad, la progresividad y la legalidad de los instrumentos que se aplican”.
Sin embargo, el protocolo que hasta este domingo usaban los Carabineros para restablecer el orden y la seguridad, fue acordado por distintos actores de la sociedad en marzo de este año; o sea, la misma ciudadanía que lo diseñó hoy lo critica, y esto se debe, fundamentalmente, se hizo en un marco de acción donde no había protesta y, por lo tanto, el uso no había sido evidenciado sino hasta ahora, lo que lleva a concluir que “la prueba de este instrumento necesita una reevaluación”.
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